Inician la resolución del contrato del fallido sector S-9 en Burgos

El sector, denominado S-9, nació sobre el papel como una necesaria unión entre La Ventilla y Capiscol, una zona de 187.000 metros cuadrados incrustada entre el río Arlanzón y la carretera de Logroño en la que la maleza y las construcciones ilegales campan a sus anchas. Fue el equipo de Gobierno de Ángel Olivares el que a principios de siglo, y en mitad del boom inmobiliario 'dibujó' el sector, con aprovechamientos urbanísticos para 400 viviendas.

El desarrollo del sector se adjudicó entonces por concurrencia competitiva a la UTE La Ventilla Oeste, formada por la cooperativa Luis Labín, Hormigones Sierra y Construcciones Jacinto Lázaro. Una UTE que no llegó a introducir maquinaria. De hecho, la cooperativa acabaría liquidándose en 2014, poniendo en entredicho el desarrollo de las obras comprometidas.

Desde entonces, el sector continúa totalmente bloqueado, y a la vista del tiempo transcurrido, el bipartito ha decidido al fin dar un paso al frente y acaba de acordar el inicio de la resolución del contrato firmado hace ahora veinte años y la retención cautelar del aval depositado en su día por la UTE, que se eleva hasta los 724.929 euros.

Se trata del primer paso de un proceso que, sin embargo, se antoja largo, tal y como ha reconocido hoy la portavoz del equipo de Gobierno, Andrea Ballesteros. No en vano, la desaparición de uno de los socios de la UTE original complica toda la tramitación del expediente.

Además, con la futura rescisión del contrato, llegue cuando llegue, no se habrá solucionado del todo la situación. Simplemente se regresará a la casilla de salida dibujada hace ahora 20 años.

En este sentido, será el departamento municipal de Urbanismo el que valore las opciones reales de desarrollo del sector en un contexto que nada tiene que ver con el del boom inmobiliario. Esa decisión, en todo caso, no se ha abordado todavía.