Los diez retos a futuro de la industria de Burgos

Burgos capital y su área urbana, en la que se integran otros 19 municipios del entorno, son por méritos propios una de las grandes referencias industriales del país. Sin embargo, en los últimos años se han encendido algunas luces de alarma y existen una serie de retos que se han de afrontar a medio plazo para mantener ese dinamismo.

Ese es el principal mensaje que se puede extraer del análisis socioeconómico y territorial de la industria en el área urbana de Burgos, un informe que Fundación Caja de Burgos elaboró ya en 2018 en colaboración con la Universidad y que acaba de ser actualizado para que sirva de referencia de cara a futuro.

Así, el estudio, coordinado por el profesor de la UBU Gonzalo Andrés, experto en este tipo de cuestiones, señala que Burgos sigue siendo a día de hoy líder indiscutible en materia industrial en España. Con 572 empresas y casi 21.000 trabajadores en el sector industrial, la de Burgos es la segunda área urbana del país en superficie de suelo industrial por habitante (121 metros cuadrados), en número de trabajadores industriales por cada 1.000 habitantes (106) y en proporción de suelo industrial sobre el total urbanizado (44,17%), así como la quinta en porcentaje de población activa industrial (20,9%).

Ese significativo peso de la industria deriva en unas condiciones socioeconómicas de primer nivel, con una de las tasas de paro más bajas (en torno al 8%) y una de las mayores rentas medias del país (22.500 euros por unidad de consumo).

Sólo un pequeño puñado de ciudades y áreas industriales de España superan a Burgos en todos esos índices, y en la inmensa mayoría de los casos se trata de grandes núcleos de población, como Madrid, Barcelona o Bilbao.

Sin embargo, y a pesar de contar con una base muy sólida, esa situación ha de mimarse si no se quiere caer en un paulatino ostracismo. De hecho, en los últimos años se han detectado algunos desequilibrios. Quizá el ejemplo más palpable sea el descenso del número de empresas activas, si bien, el tamaño medio se ha incrementado. Asimismo, también se ha detectado un singular movimiento empresarial desde la capital hacia los municipios del entorno y una «tercialización» de parte de los polígonos industriales, entre otras cuestiones.

Pero sobre todo, el estudio destaca la ausencia de grandes inversiones en los últimos años. Y es que, a pesar de que muchas de las industrias ya presentes en Burgos han ampliado su actividad, hace mucho tiempo que no se instala ninguna gran empresa nueva.

En este sentido, el informe destaca diez retos a afrontar a medio plazo si se quiere sostener y potenciar el posicionamiento de Burgos en el mapa de la industria de España. Según han explicado durante la presentación del informe Rafael Barbero, director general de Fundación Caja de Burgos y el propio Gonzalo Andrés, el primero de esos grandes retos pasa por crear nuevo suelo industrial de manera inmediata.

Sí, es cierto que las obras del Parque Tecnológico van a buen ritmo y que el Ayuntamiento ha comenzado a tramitar la creación de un gran área industrial junto al aeropuerto, pero ambas actuaciones «llegan tarde».

No en vano, sólo el 11% del suelo industrial ya urbanizado en el área urbana de Burgos está actualmente disponible. Una oferta totalmente insuficiente a medio plazo teniendo en cuenta, además, que en su mayoría se trata de parcelas de pequeño tamaño y muy dispersas. Vamos, que ahora mismo no hay suelo disponible para la llegada de una gran inversión.

Unas inversiones que, en todo caso, necesitan de una intensa actividad de captación de la que ahora mismo adolecen. Ese es precisamente el segundo gran reto a juicio de ambas entidades.

A partir de ahí, el informe insiste en la necesidad de reducir la dependencia que tiene el sector industrial de Burgos de las grandes empresas tractoras y de incrementar la presencia de centros de decisión en la ciudad.

También se considera fundamental poner sobre la mesa una apuesta clara en torno a la implatanción de actividades de alta tecnología, con el propio Parque Tecnológico como referencia, reducir en la medida de lo posible el precio del suelo industrial, potenciar las exportaciones de las pequeñas empresas y, sobre todo, 'pelear' por inversiones en grandes infraestructuras, como el nodo logístico, el eje ferroviario Madrid-Burgos o el aeropuerto.

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