Una ciudad volcada con la marca y los trabajadores

El Ayuntamiento de Burgos, la Confederación de Asociaciones Empresariales (FAE) y la Federación de Empresarios del Comercio (FEC) lanzaron la campaña del 1 al 15 de diciembre. Esta campaña tuvo dos vertientes, una nacional con el lema 'Todos con Burgos' y otra local: 'Burgos, todos con Campofrío'. El objetivo final fue transmitir y encauzar la solidaridad de los españoles apoyando a la empresa mediante la compra de sus productos.

Estas campañas a favor de empresas desde las instituciones no suelen ser habituales y así lo reconoció el propio alcalde de Burgos en ese momento, Javier Lacalle, que dijo que no era usual que desde las instituciones se apostase por una acción singular a favor de una empresa concreta pero lo justificaba por la situación que atravesaba la industria cárnica tras un incendio que asoló la planta de la calle La Bureba.

La campaña estuvo compuesta por 120 grandes soportes, casi 60 tuvieron presencia en ciudades como Madrid, Barcelona y Bilbao. Unas 30 estaciones de metro de la capital española promocionaron productos de Campofrío, lo mismo ocurrió en 12 estaciones de metro de Bilbao. En Barcelona 15 soportes estuvieron presentes en diferentes lugares emblemático como el Paseo de Gracia, la plaza Catalunya o la Sagrada Familia, entre otros.

En Burgos se instalaron unos 60 carteles que se colocaron en el mobiliario urbano de la capital. Aquí la campaña se extendió más allá del 15 de diciembre y se alargó hasta los días previos a la Nochebuena. Lo que se quiso hacer fue aprovechar la solidaridad de los días previos a la Navidad.

El presupuesto de esta campaña ascendió a unos 50.000 euros. En paralelo a esta campaña de carteles en el mobiliario urbano se hizo un esfuerzo también en redes sociales.

La Junta de Castilla y León otorgó una ayuda directa de 25,9 millones de euros como subvención para la construcción de la nueva planta de Campofrío en Burgos. Esos fondos salieron del Programa de Desarrollo Rural 2014-2020 que está financiado al 53% por el fondo europeo Feader, en un 32,9% por la Junta de Castilla y León y en un 14,1% por el Estado.

Por otro lado, dentro del Plan de Reindustrialización General del Ministerio de Industria y Turismo, el Gobierno aprobó una partida de 92,7 millones de euros para la reconstrucción de la fábrica. El presupuesto total de la nueva planta, que se inauguró pasados dos años del incendio, superó los 215 millones de euros.

Por parte del Ayuntamiento de Burgos, Campofrío también ha recibido un trato fiscal prioritario. El Consistorio burgalés aprobó una bonificación de hasta el 95% en el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras que supuso a la empresa un ahorro de más de 7,5 millones de euros. Además se aprobaron bonificaciones fiscales en el Impuesto de Actividades Económicas por 10 años. El proyecto de la nueva planta cárnica fue proclamado de interés general en el Pleno del 8 de mayo de 2015, medio año después del siniestro. El acuerdo establecía que la multinacional se beneficiaría de las bonificaciones a partir de 2017, y eso es lo que se hizo, pedir las deducciones de los años 2017 y 2018. En total, el Ayuntamiento burgalés calculó que las bonificaciones fiscales alcanzarían los 11 millones.

La Junta también autorizó en diciembre de 2014 una ayuda directa de tres millones de euros para los trabajadores de Campofrío afectados por el ERTE. Los 774 empleados inmersos en el ERTE recibieron una ayuda para garantizar el mantenimiento de sus salarios durante dos años, que fue lo que tenía de vigencia el expediente de regulación de empleo. Los 290 euros al mes en 12 pagas que recibieron estos estuvieron financiados al 70% por la Junta y el 30% por la propia Campofrío. Para los que agotaban su contrato en los dos años de duración del ERTE se estableció una indemnización de 426 euros brutos en 12 pagas.

El Consejo de Ministros también aprobó otra medida a favor de la multinacional burgalesa. Se trata de la liberación total de los pagos de la cuota empresarial a la Seguridad Social durante doce meses, a contar a partir del 16 de noviembre de 2014, para los afectados por el ERTE. La ayuda se aprobó condicionada al mantenimiento de los puestos de trabajo en la fábrica y se prorrogó otros doce meses más.

En las redes sociales se generó una gran ola de solidaridad con la compañía, algo poco habitual en las cuentas de las grandes corporaciones cuyos gestores de redes sociales se enfrentan diariamente a miles de quejas. En Twitter y Facebook se sucedieron los mensajes de apoyo. El 'community manager' de Campofrío se pasó dos días publicando mensajes de agradecimiento a esta solidaridad.

Una semana después del suceso un foco continuaba activo en la planta y la mayor preocupación pasaba por la incertidumbre de qué iba a suceder con los 774 empleados (940 entre la planta principal y el secadero de jamones). La cúpula directiva de Campofrío presentó un Expediente de Regulación de Empleo con carácter temporal. La empresa dejó claro que la planta se reconstruiría en la misma ubicación y se dijo que las soluciones no contemplaban, en ningún caso, la extinción de contratos. La empresa se reunió con varias administraciones para poder solicitar todas las ayudas posibles porque aspiraban al retorno de los puestos de trabajo a la nueva planta lo antes posible.

La fábrica se levantó en el mismo emplazamiento pero no todos los trabajadores regresaron a sus puestos. Las muestras de apoyo y solidaridad con los trabajadores de Campofrío se sucedieron desde el fatal suceso y la compañía quiso agradecer el apoyo recibido a través de una campaña que lanzó en prensa con el siguiente mensaje: «Cuando uno se cae, puede tardar en levantarse. Pero eso sí, se levanta en el mismo sitio. Burgos. Gracias a todos por el apoyo recibido». Y finalizaba con el característico eslogan de Campofrío: «Que nada ni nadie nos quite nuestra manera de disfrutar de la vida».

Igualmente, esas navidades el tradicional anuncio de la empresa cambió respecto a la idea inicial y así se realizó 'La Bombería', spot rodado en Burgos. El eje central de la campaña reflejaba, a través del humor, el espíritu de superación de las personas ante las dificultades. Representaba los valores del optimismo, la ilusión y la esperanza habituales en los anuncios navideños de Campofrío. La ciudad de Burgos y sus vecinos, que tanto se volcaron con la empresa, fueron los protagonistas del anuncio, al igual que los Bomberos de Burgos que trabajaron para extinguir el fuego.