La declaración de la funcionaria que dio la voz de alarma, la documentación que se pueda recabar y las explicaciones del propio implicado serán claves para determinar si los indicios que apuntan a un posible delito de prevaricación por omisión se confirman y, por tanto, ... el caso acaba en manos de la justicia. No hay nada demostrado todavía, solo una investigación abierta dada la relevancia de la denuncia realizada, y que ha precipitado la dimisión de Julio Rodríguez-Vigil como concejal de Licencias.
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El informe del letrado municipal, emitido este lunes a petición del alcalde, Daniel de la Rosa, reconoce que los datos de los que se dispone hasta el momento «apuntan a un posible delito de prevaricación por omisión». Delito que conllevaría, en caso de condena, una inhabilitación especial para empleo o cargo público y para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo, que podría aplicarse por un periodo de nueve a quince años. Pena importante habida cuenta de que Rodríguez-Vigil es funcionario público.
Eso sí, insiste el letrado municipal en que «es preciso corroborar los hechos relatados en el correo electrónico, así como el conocimiento y la consciencia del entonces concejal del alcance e implicaciones de la conducta que se le atribuye y ausencia de justificación de la misma», como paso previo a llevar el caso a los tribunales si se estima oportuno.
El propio responsable de la asesoría jurídica municipal insiste en que la investigación parte del contenido del correo electrónico enviado al alcalde por una funcionaria el 14 de octubre. En el mismo, se indica que unos días antes (el 11), el concejal habría sustraído dos certificaciones del expediente referido al establecimiento de hostelería Carpanta, iniciado a petición de la Junta para la tramitación de una sanción por incumplimiento de los aforos.
El caso relativo al expediente del pub Carpanta no sería el único que está bajo sospecha en el área de Licencias tras el paso de Julio Rodríguez-Vigil. El alcalde, Daniel de la Rosa, ya indicó el viernes que, además de la «pérdida absoluta de confianza», había «irregularidades» que motivaban el cese del ex edil de Ciudadanos.
Y el propio informe del letrado municipal hace referencia a otro caso, la transmisión de un negocio de hostelería (La Farándula), al que menciona la funcionaria en su correo electrónico pero sin ahondar, ni uno y ni la otra, en el contenido del problema.
Lo que sí ha dejado claro la funcionaria es que lo ocurrido la semana pasada, la sustracción de las certificaciones, no era la primera vez que ocurría. La diferencia, es que ahora se había comprobado lo que en principio era una mera sospecha y el personal de Licencias es testigo de lo ocurrido.
Por ese motivo, se ha citado a comparecer no solo a la funcionaria sino a compañaros, tanto técnicos como auxiliares administrativos, ha explicado la portavoz socialista, Nuria Barrio. Comparecerán esta semana, «con las máximas garantías», pudiendo acudir con abogado y quedando grabadas las declaraciones, por si fuera necesarias utilizarlas como prueba.
Barrio reconoce que «no se descarta» que salgan a la luz otras irregularidades, por omisión o por exceso de celo, porque las funcionarias así lo han indicado. Sin embargo, en todos los casos debe primar la presunción de inocencia y, hasta que no se demuestren los hechos, no se puede hablar de la comisión de ningún delito.
Julio Rodríguez-Vigil comparecerá el martes, como ha pedido. Y, cerrado el proceso, el letrado municipal y el secretario elaborarán un informe, a partir del cual se tomarán decisiones. Si no se ven indicios de delito, todo quedará en nada, pero si por el contrario se confirma el delito de prevaricación por omisión, el Ayuntamiento tendrá que remitir los informes a la Fiscalía, explica Barrio.
De dicho mail «se desprende, en apariencia», tanto una negativa del concejal a firmar las certificaciones como la voluntad de que no se emitiesen, de ahí el hacerlas desaparecer, habida cuenta de que sin las certificaciones firmadas la Junta no puede continuar con el expediente sancionador. Hasta ahí los hechos relatados en el correo electrónico, insiste el letrado municipal, base de la investigación lo que no implica su «aceptación» pero tampoco se pone en cuestión lo indicado por la funcionaria.
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De ahí la necesidad de confirmar los hechos denunciados, con testimonios y documentación, antes de poner en conocimiento de la justicia el caso. Y es importante comprobar qué ha pasado exactamente y por qué, dado que si bien la investigación se centra en un posible delito de prevaricación por omisión, los hechos relatados por la funcionaria han rozado otros dos delitos: el de infidelidad en la custodia de documentos, en su modalidad de ocultación, y el de cohecho.
La negativa a firmar las certificaciones, sin causa justificada (y en el correo no se observa dicha causa), supone un incumplimiento de las funciones como concejal e impide la tramitación del expediente. El hecho de sustraer las certificaciones podría llegar a ser constitutivo de un delito de infidelidad en la custodia de documentos, en la modalidad de ocultación, pero al no estar firmadas (que es lo que les otorga validez), el letrado municipal considera que, «en apariencia», se estaría ante un delito de prevaricación por omisión.
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Patricia Carro
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Ahora, toca esclarecer si hubo esa sustracción y si existió o no justificación para no firmar las certificaciones, y si el edil era consciente de que su firma era indispensable para continuar con la tramitación del expediente. Y es que, según se apunta en el correo electrónico, la negativa a firmar y la sustracción «obedecerían a un aparente propósito de beneficiar al establecimiento hostelero», lo que llevaría a pensar en un delito de cohecho si hubiera habido algún tipo de dávida, que no se indica.
Así las cosas, y con el informe del letrado municipal en la mano, el alcalde ha procedido a citar a los funcionarios implicados y al propio concejal Julio Rodríguez Vigil, que deberá de comparecer el 2 de noviembre. El edil ya ha anunciado que irá, acompañado de un abogado, y que se reserva el derecho a cualquier acción para defender su honor ante «las falsas acusaciones» vertidas sobre su persona. Insiste en que «se querellará contra quien le injurie» y él se está sintiendo injuriado.
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