El Ayuntamiento de Burgos liquida el 2022 con un superávit de 33,8 millones

El Ayuntamiento aprobó un presupuesto en 203 millones, que se elevó a los 277 millones tras incorporarse varios modificados. No se ha ejecutado en su totalidad, fruto de las dificultades que supone mover una maquinaria tan pesada como la municipal, así que finalmente la ejecución se ha quedado rondando el 70 %. Es decir, los gastos han sido de 187,8 millones, según el decreto de liquidación.

Mientras, se ha ingresado lo que estaba previsto. En concreto, 202,6 millones de euros. De este modo, en las arcas municipales han quedado sin gastar 15 millones de euros, que tras los ajustes contables correspondientes, han hecho que el ejercicio se cierre con un superávit de 33,8 millones de euros. Es decir, en positivo, sin haber gastado más de lo ingresado, aunque ello derive de no haber podido ejecutar todo lo previsto.

Así lo reconoce el concejal de Hacienda, David Jurado, si bien insiste en que el presupuesto era mucho más ambicioso que en años anteriores (277 millones en total), lo que ha hecho que el volumen total de dinero invertido haya sido mayor (26 millones efectivos y otros 50 adjudicados pero no ejecutados recogía la liquidación del cuarto trimestre. También, que parte de lo que no se ha podido invertir se recuperará en 2023.

De hecho, el superávit permite elevar a los 71,1 millones de euros los remanentes de Tesorería, de donde van a salir los modificados que reforzarán el presupuesto de 2023 recién aprobado. El primero de ello, un modificado de incorporación automática con todos los compromisos adquiridos y no incluidos en las cuentas anuales, entre ellos, obras que han quedado comprometidas a finales de año pero sin poder ejecutarse.

Y luego llegar el segundo modificado, en el que se incluirán proyectos que se cayeron del anterior presupuesto, por diferentes motivos, como las obras de Villatoro, el modificado de la remodelación de la perrera municipal o la renovación de los contenedores soterrados. El primer modificado no será menor de 30 millones, explica Jurado, y el segundo estará entre los 30 y los 40 millones.

En total, 70 millones para reforzar el presupuesto de 2023. Eso sí, mientras el modificado automático se aprueba por decreto de Alcandía (es una cuestión técnica, no política), el segundo tendrá que aprobarse en pleno. Y primero deberá decidirse su contenido entre el equipo de Gobierno. Y peticiones no faltan, como partida para el carril bici de López Bravo, tramitada por el área de Movilidad.

David Jurado lamenta que se vaya a retrasar la aprobación de este segundo modificado. Su intención era llevarlo al pleno municipal de marzo, que se celebra el viernes 17, pero no va a dar tiempo. Así, se reprogramará para finales de marzo o principios de abril. Es una aprobación inicial, de modo que si hay alegaciones, se podría retrasar la aprobación definitiva a mayo y, con ello, la entrada en vigor de esos nuevos compromisos.