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Los profesionales sanitarios no acaban de ver cómo el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) va a poder asumir los pacientes, tanto de paliativos como de media y larga estancia, que se han venido derivando al San Juan de Dios, una vez este cierre sus puertas ... y se rescinda el convenio de colaboración con el Sacyl el 31 de diciembre. Falta personal para la actividad ordinaria, mucho más si se aumenta la carga de trabajo.
Así lo indica Miriam Dorado, vicesecretaria del Sindicato de Enfermería SATSE Burgos, quien insiste en que «llevan años denunciando la falta de personal para cubrir la estructura del HUBU». Dorado asegura que «la plantilla organizativa es muy pobre para las neceisdes que tenemos» y, si no se puede asumir el trabajo diario, más complicado será hacerse cargo de pacientes extra o asistir al Divino Valles.
A modo de ejemplo, Dorado explica que han hecho un estudio este noviembre con el personal de enfermería de la UCI de Burgos, donde trabajan 92 enfermeras. Se les deben 9 días por enfermera por exceso de jornada, que tendrían que estar a cero antse del 31 de diciembre. Estamos hablando de que se les deben más de 800 días, y eso solo en la UCI, pues la situación es similar en todo el hospital.
Además, no hay bolsa de enfermería y la última contratación que se realizó procedía de la lista cero, que también está «agotada». Los graduados en verano ya han entrado a trabajar, no hay enfermeras para contratar, se lamenta Miriam Dorado. Así que con este panorama no saben cómo va a hacer la nueva gerente del HUBU para hacerse cargo de los pacientes que no se derivarán al San Juan de Dios.
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Sanidad ya ha dado orden de parar las derivaciones, pues la media de estancia es de 22 días y quieren que, para el 1 de enero, se tenga que trasladar al menor número de pacientes posible. De este modo, los pacientes de paliativos se quedarán en Oncología y los de media y larga estancia, en otros servicios del HUBU, en función de sus patologías. Ello supone una sobrecarga, que se suma al aumento de las hospitalizaciones covid, recuerda Dorado, porque ya son dos las plantas destinadas a los contagiados.
Y todo ello sin perder de vista que también se habilitará, si es necesario, la planta que se usó en su momento para pacientes covid en el Hospital Divino Valles. La vicesecretaria de SATSE Burgos recuerda que, entonces, se derivó a enfermeras de consulta del HUBU al estar paralizados los quirófanos, pero ahora la sitaución es completamente diferente.
El HUBU funciona ordinariamente y, además, tiene una importante lista de espera en cirugías. No hay personal que se pueda derivar al Divino Valles sin que suponga un roto para el HUBU. «No tenemos ni idea de cómo lo pensarán organizar», asegura Miriam Dorado, quien insiste en que «las enfermeras están cada vez más desanimadas» porque se sienten «maltratadas».
Al principio de la pandemia se les reconoció el trabajo y el esfuerzo de adaptación. Pasados los meses eso ha quedado atrás, pero la sobrecarga física y mental sigue ahí. Cada planta covid exige enfermeras que, durante sus ocho horas del turno de trabajo, están con los EPIs puestos, sin poder ir al baño o beber agua. «Seguimos pasando el mismo calor», pero ya nadie se acuerda del colectivo, lamenta.
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