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«Estamos muy contentos». Los vecinos de Fuentecillas repiran tranquilos al saber que las barracas no se instalarán en el Parque de los Ochos, sino que se reubicarán en la calle Laredo, en el Polígono de Villalonquéjar. Satisfechos también porque el Ayuntamiento de Burgos ... ha optado por una localización no residencial, que era la demanda que se hacía en Fuentencillas, pues la feria no debe de molestar a ningún vecino.
El alcalde, Daniel de la Rosa, y el vicealcalde, Vicente Marañón, se reunieron este viernes con la Asociación de San Pedro de la Fuente y Fuentecillas y con una representación de los vecinos más afectados por la propuesta de reubicación. Entre ellos se encontraba Saray López, una de las caras más visibles de la protesta vecinal, que arrancó el pasado 15 de febrero y ha sido un éxito.
López insiste en que, lo más importante, es que «se nos ha escuchado y se han puesto a trabajar en otras ubicaciones». Durante estas semanas, los vecinos han ido poniendo sobre la mesa alternativas, y los técnicos municipales las han estudiado. Se han demostrado que no eran «viables», caso de la calle La Obispa, pero el Ayunntamiento no se ha quedado ahí y ha seguido trabajando hasta dar con la calle Laredo.
«Nos sentimos bien porque se nos ha escuchado, entendido y comprendido», afirma López, así que «la alegría es enorme» en el barrio. Las barracas ya no se ubicarán en el Polígono Docente, pero tampoco en Fuentecillas, y hasta que llegue el recinto ferial, la nueva ubicación será el polígono. Eso sí, De la Rosa ha matizado que están pendientes de que todos los informes sean favorables. Si no es así, directamente no habrá barracas y se reubicarán los puestos más pequeños por la ciudad.
Como aspecto positivo de las protestas vecinales está el hecho de que Fuentecillas haya conseguido visibilizar los problemas que sufre: falta de iluminación, mobiliario urbano y arbolado; parcelas a medio construir; zonas sin adecentar; falta de servicios. «Vemos que el Ayuntamiento tiene disposición», afirma López, pero no depende solo de ellos, sino de la UTE a la que corresponde el desarrollo de la zona.
El convenio se revisó en 2020, justo antes de que estallara la pandemia, y hay que retomarlo, para que Fuentecillas pueda reactivarse. Mientras tanto, los vecinos quieren celebra lo que consideran una victoria y, cuando se calmen, hablar del futuro del movimiento vecinal que ha surgido en poco más de quince días. «Tenemos que plantearnos qué opción quiere la mayoría», decidir si hablar con la Asociación de San Pedro de la Fuente-Fuentecillas, con la que las relaciones han estado muy tirantes estos días, o constituirse como asociación independiente.
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