Burgos no interesa a Ryanair, al menos por el momento. La compañía aérea, que se había comprometido a remitir a Promueve Burgos una propuesta de vuelos, ha confirmado lo que Vicente Marañón ya sospechaba. El aeropuerto de la capital no encaja en sus planes comerciales ... pues cuenta con operativos desde Vitoria y Valladolid, dos infraestructuras muy próximas a Burgos.
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Ryanair tenía de plazo hasta el pasado viernes para remitir la propuesta. Sin embargo, ningún documento llegó a la sociedad de promoción, así que Marañón se puso en contacto con la compañía este lunes y, rápidamente, esta le dio respuesta. «No estamos en sus planes de momento», admite el presidente de Promueve, y han explicado que «tienen cubierta la zona con Vitoria y Valladolid».
Eso sí, la compañía ha dejado abierta una puerta, emplazando a Promueve Burgos a una reunión en septiembre, en la que se hablaría del operativo de vuelos para 2023. Realmente, no es mucha la diferencia con respecto a lo que se quería negociar ahora, recuerda Marañón, pues Ryanair ya había indicado que cualquier acuerdo sería para la campaña de verano del próximo año (arranca en marzo).
«Este es un paso que había que dar pero era muy consciente de que este iba a ser el resultado más posible», recuerda el presidente de Promueve. «Ryanair tiene un encaje complicado en Burgos» y ya se demostró años atrás. En épocas del consorcio de promoción, la compañía hizo los mismos movimientos, afirmó que estudiaría Burgos pero nunca llegó a presentar una propuesta de vuelos.
De este modo, en Promueve Burgos van a seguir trabajando para encontrar una vía que permita reactivar los vuelos comerciales, tras la salida de Air Nostrum el pasado diciembre. La guerra en Ucrania no va a facilitar la situación, más bien al contrario, pues está repercutiendo en los precios del petróleo y, con ello, en los costes de las compañías, así que va a ser más difícil que apuesten por abrir nuevas vías de negocio.
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Aun así, Vicente Marañón insiste en que están abiertos a estudiar cualquier propuesta que les llegue, siempre que sea interesante y fiable, pues cuentan con un presupuesto de 900.000 euros. Sin embargo, el presidente tiene claro que «no vamos a tirar el dinero», no es cuestión de contratar cualquier operativo que luego pueda resultar un fiasco, como los que se han sufrido en épocas pasadas.
De momento, se van a poner en contacto con Volotea para valorar vuelos estivales. «El objetivo es dotar de una conexión áera a la ciudad, durante todo el año y bidireccional», pero mientras llega hay que observar otras alternativas. Marañón insiste en que el Aeropuerto de Burgos «no es atractivo», ya tiene una trayectoria, suficientemente conocida, y está «testado», así que la reactivación será complicada.
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