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La sequía que se arrastra desde el pasado invierno afecta severamente al sector agrícola y ganadero. En el caso de los cereales, se estima que la cosecha será un 40% inferior a la del pasado año y en relación al ganado, al incremento generalizado de costes ... se deben sumar la falta de pastos y de agua para abrevar los animales. «Aunque la situación afecta a toda Castilla y León, Salamanca es la provincia donde ha pegado más, es la más ganadera, y desde el año 1992 no se recuerda nada parecido», asegura Carlos Sánchez, presidente de UPA en esa provincia.
Desde la organización recogen las informaciones que les trasladan sus socios: «Tenemos gente que no ha parado de llevar cisternas ni en invierno porque como no ha llovido, las charcas, que cogen el agua superficial no se han llenado».
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También comienzan a recibir noticias sobre pozos de sondeo sin agua. «Estos son quejas de ganaderos de intensivo», aclara Sánchez, quien advierte de que «no nos podemos olvidar que septiembre es el peor mes porque arrastras la falta de agua de todo el verano». Con toda esta situación, la Alianza UPA-COAG ha cursado una misiva al consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, en la que solicita que «se pongan en marcha ayudas destinadas a garantizar el suministro de agua a las explotaciones ganaderas en régimen extensivo de aprovechamiento de pastos, de tal manera que se facilite y subvencione la compra de cubas, cisternas, contratos de abastecimientos, construcción de abrevaderos, obras de acometida de agua de la red pública, sondeos o pozos».
Nicolás Galán, ganadero salmantino de Ituero de Azaba, está viviendo en primera persona toda esta situación, y en estos días trata de llenar las charcas, en las que es posible, con cubas de agua. «En otras ocasiones he tenido que echar algo de agua pero a estas alturas del año nunca», aclara. Por otra parte, «normalmente, en junio, tenemos pasto seco hasta agosto y no hay nada».
En esa parte de la comarca de Ciudad Rodrigo, «no ha llovido y las charcas no han cogido agua, no es algo que me pase a mí únicamente, estamos todos igual por esta zona». Galán ya teme lo que pueda pasar de aquí a septiembre: «Eso puede ser terrible».
A estas alturas del año no es imposible que una charca se llene de manera natural, pero «tendrían que caer 60 u 80 litros de golpe, eso es una lluvia muy fuerte en un momento, que el problema que plantea es que te lleva por delante la bellota y nos estropea hasta los alambrados, como ha pasado en otras ocasiones».
Tiempo y dinero
Echar agua en las charcas o en los abrevaderos para este cometido supone tiempo y dinero, «imagínate al precio que está el gasoil o la gente que lo tenga que pagar porque no tiene cisternas de agua». Además, no todas las charcas admiten el líquido. «Si es arena aguanta, pero la mayoría son lodos y lo único que merece la pena ahora mismo, si no llueve, es limpiarlas para que nos duren otros 20 años».
En el caso de los cerdos, calcula que 200 animales necesitan 3.000 litros diarios. «Las charcas también les permiten bañarse», pero cuando se trata de vacas, «es necesario poner bebederos si no, se pueden poner hasta malas». Concluye este ganadero que hace años, incluso, «tuvieron que venir los militares, quizás se tiraron por aquí un mes, para remediar a todos los ganaderos la situación».
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