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La cosechadora descarga el grano en un remolque preparado para transportarlo, en la comarca abulense de La Moraña. R. R.
Agricultura en Castilla y León: Se estima una reducción de la cosecha de cereal del 40% en un año en el que se han triplicado los gastos

Las previsiones de reducción de la cosecha llegan al 40% mientras los gastos se triplican

La mayor parte de los cereales han dejado de cotizar en las lonjas de referencia de la región aunque UCCL alerta de bajadas

Silvia G. Rojo

Salamanca

Miércoles, 15 de junio 2022, 20:33

Atiende la llamada desde la cosechadora. Hace días que Luis Felipe Codesal, agricultor de San Pedro de la Nave (Zamora), tiene a punto la maquinaria para realizar las labores de siega en una campaña que, de manera general, va a dejar malos rendimientos.

«La ... cebada va a estar entre 2.500 y 3.000 kilos por hectárea, entre un 30 y un 40% menos que el año pasado», dice Luis Felipe, «esperábamos que incluso fuera todavía peor, pero no hay que olvidar que partimos de unos gastos que este año han sido el triple y si no, ahí tienes el ejemplo del gasoil».

En función de los últimos datos facilitados por UCCL, el gasoil ha incrementado su precio con respecto a hace un año un 215%, la electricidad un 77%, los fertilizantes un 140% y los fitosanitarios un 35%.

También desde la cosechadora, pero en este caso en la comarca abulense de La Moraña, Roberto Rodríguez ofrece datos similares: «Está saliendo poco y el grano es malo, no da el peso específico, estamos hablando de unos 2.000 kilos por hectárea».

Asaja Castilla y León también ha hecho sus cuentas tras una primera semana de siega y consideran que la cosecha alcanzará los 4,5 millones de toneladas, un 36% menos que la campaña anterior y un 47% inferior a la de 2020.

Con esos datos, el presidente de la organización, Donaciano Dujo, no ha dudado en calificarla como «mala» pues a los bajos rendimientos se han unido unos costes de producción que han triplicado su precio lo que la convierte en «uno de los peores años que se recuerdan de la historia».

No salen las cuentas

Según los cálculos de Dujo, el coste medio de producción de una hectárea hace dos años se situaba en 500 euros, sin contar la mano de obra o las amortizaciones, mientras que en la actualidad alcanzan los 1.200 euros. Solo para hacer frente a esos 1.200 euros hace falta cosechar de media, 3.000 kilos por hectárea, cuando ya se habla de una campaña que va a rondar los 2.350 kilos, por lo tanto, no salen las cuentas.

En el caso de UPA, ante las primeras estimaciones, «estamos ante una cosecha que podría suponer un descenso de entre el 40 y el 50 % respecto a la campaña pasada, si tenemos en cuenta la baja producción y el menor peso específico que están dando las primeras parcelas de cereal cosechadas en nuestra comunidad autónoma».

UPA ofrece datos un poco más a la baja y apunta que la cosecha «difícilmente» superará los 4 millones de toneladas, poco más de la mitad de los 7 millones de la campaña 2021, que supuso un 10 % más de la media de los últimos cinco años en Castilla y León.

La organización señala a la cebada como uno de los cultivos que quedó más dañado tras las altas temperaturas de mayo y la ausencia de precipitaciones. «Los rendimientos serán sensiblemente inferiores a los 3.700 kilos/hectárea de media de la campaña pasada, al igual que la avena, cuya producción se reducirá en un porcentaje muy elevado». Por otro lado, los 2,6 millones de toneladas de trigo de la 2021, «tampoco se alcanzarán ni de cerca en la presente campaña, con parcelas muy desiguales que en muchos casos no van a dar producción dado el fortísimo golpe de calor de estos últimos días».

Últimos siete años

Los cálculos que hacen desde COAG son en relación a la producción media de los últimos siete años, de 2015 a 2021, descartando la «catastrófica» cosecha 2016-2017. De este modo, valoran una caída de los rendimientos del 25,1% para el conjunto de la región, aunque los datos presentan grandes diferencias entre provincias. Por ejemplo, la producción estimada para Zamora en ese 2022, será un 43% inferior a la de los últimos siete años, frente al descenso del 30% de Valladolid, el 32% de León, el 27% de Salamanca, el 22% de Palencia y Soria o el 20% de merma de Ávila, Burgos, y Segovia.

Por parte de UCCL se aprecia que en las zonas donde ya se ha comenzado a cosechar, como Madrigal de las Altas Torres, el sur de la provincia de Valladolid o zonas de Zamora, la cosecha es «de mala calidad en el grano y poca producción».

Bajada en el precio

Esta organización agraria pone el acento en otra cuestión y es que durante los últimos ocho días se han producido «bajadas importantes» en el precio de los cereales, «de entre 40 y 60 euros la tonelada, que no tienen un fundamento ni una lógica ya que los imputs siguen estando por las nubes, la previsión de cosecha es mala y todos los indicadores dicen que las reservas están en mínimos históricos». En años anteriores «estábamos hablando de bajadas de cinco o seis euros tonelada».

Esta semana han dejado de cotizar la mayor parte de los cereales en las lonjas de Salamanca, Zamora y León a la espera de que la nueva cosecha que se acelere en las próximas fechas pues a día de hoy, las transacciones no son representativas

En Castilla y León se han sembrado esa campaña 1,9 millones de hectáreas de cereal, de las que 910.000 son de trigo, 757.000 de cebada, 116.000 de avena, 84.000 de centeno y 50.000 de triticale.

Siega de cereal en La Moraña. R. R.

Una campaña desastrosa desde el punto de vista de la climatología

A pesar de que las precipitaciones del mes de abril dieron cierta esperanza a los cerealistas, la realidad es que el invierno tan seco y, sobre todo, las extremas temperaturas de mayo y junio, van a dar al traste con la cosecha de cereal en Castilla y León.

Desde UPA califican la campaña como «desastrosa climatológicamente hablando», dado que durante los dos primeros meses del año apenas cayó una gota de agua sobre el campo castellano y leonés, y en muchos secanos de la región provocó una situación ciertamente apurada.

Las lluvias de marzo y abril dieron un respiro a los cultivos, pero la sequía de mayo, como mes más caluroso desde que comenzaron a registrarse de forma fiable las temperaturas, y por lo tanto desde hace 60 años, así como el intensísimo calor de junio, han destrozado una parte muy importante de la cosecha cerealista.

Por otra parte, UPA reclama que se constituya la Mesa de la Sequía a nivel regional, así como en todas las provincias donde estén presentes las organizaciones agrarias y las administraciones competentes para conocer de primera mano la realidad de la actual cosecha. Estas mesas de la sequía «deben servir para empezar a trabajar de cara a adoptar medidas ante una disminución global de la producción, que es generalizada, y que agrava una situación previa ya caracterizada por el aumento del precio de la energía, los combustibles, las materias primas y los fertilizantes, además, de las consecuencias de la invasión sufrida por Ucrania».

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