Estos son los precios que pagan los profesionales del campo en Castilla y León

Aseguran los profesionales que todos esos incrementos de costes no se han repercutido en el precio de sus producciones, da igual del tipo que sean, y que si esta situación se extiende mucho en el tiempo, mucha gente quedará por el camino.

Un ganadero que se dedica a la cría de pollos de engorde, un agricultor, otro joven que realiza trabajos a terceros y un criador de ganado charolés, explican cómo les están afectando de manera directa todas estas subidas.

Esperan que haya movimientos por parte de las administraciones que atajen sus problemas.

El ganadero de Medina de Rioseco Víctor Pedro Frontela tiene marcada en rojo la fecha del 20 de mayo. «Ese es el día en el que se cumplen los dos años del contrato de luz que firmé para mi granja de pollos y tal y como está el precio ahora mismo, pasaré de pagar 5.000 euros de luz al año a unos 20 o 25.000 euros al año».

Estas granjas dedicadas a la cría de pollos necesitan unas condiciones muy concretas de luz y calefacción por lo que también repara en el importante incremento del gas. «En mi caso tengo biomasa, más asequible, pero habrá gente que pase, perfectamente, de pagar 10.000 a 30.000 euros de gas al año».

Por otra parte, Víctor asegura que el sector avícola «es el que más trigo, soja y maíz consume de toda la ganadería; si la avicultura pisa el freno y muchos tienen que cerrar, se va a desplomar el precio de esos cereales y no habrá pollos en los lineales».

En su caso concreto, estima en un millón de kilos el pienso que necesita cada año en su granja con capacidad para 30.000 pollos y en la que lleva a cabo entre cinco y seis crianzas.

Considera que después de 30 años, «este sector se merece una ayuda puntual, nunca hemos reivindicado nada, una señal de que iba bien, pero ahora con un euro por plaza estaba solucionado el problema».

Por último, defiende que este sector contribuye a rejuvenecer el medio rural, dado que se han incorporado jóvenes y mujeres.

En opinión de este de ganadero «la crisis que sufrimos no es de ahora, comenzó hace dos años con el canal Horeca».

El pasado cuatro de marzo, terminó de sembrar la remolacha el agricultor abulense de San Esteban de Zapardiel, Roberto Rodríguez.

«El abono de fondo la campaña pasada lo pagué a 400 euros y esta a 750 euros/tonelada; la luz que estaba entre 0,5-0,7 euros/kilowatio está a 0,29 euros y el gasoil ha pasado en un año de 0,80 euros/litro a 1,50 euros». Con ese punto de partida calcula que «una hectárea de remolacha que tenía unos costes de 3.500 euros, se va a ir este año a 5.500 euros, 2.000 euros más por hectárea».

Reconoce que se lo ha pensado «mucho» a la hora de sembrar, «pero me incorporé hace dos años y tengo el compromiso con la Junta de mantener ciertas hectáreas durante cinco años».

En cuanto el tiempo lo permita, empezará a sembrar patatas y a primeros de mayo el girasol, «más de lo mismo en cuanto a gastos», insiste.

Roberto es una de las miles de personas que se manifestó este domingo en Madrid, «fui para reivindicar que queremos unas tarifas profesionales en la luz y en gasóleo».

Precisamente, la luz que necesita para regar es otro de sus temores más inmediatos. «El 20 de abril se me cumple el contrato, voy a pasar de pagar 0,5-0,7 euros/kilowatio a 0,29 euros en las horas valle, que van desde las doce de la noche a las ocho de la mañana y durante el fin de semana, las que más utilizamos». Como tantos otros, está pendiente del anuncio que hizo el Gobierno de rebajar la luz, «pero no sabemos más».

Además de contar con su propia explotación de secano y de regadío en Medina de Rioseco, Antonio Calonge también realiza trabajos a terceros por lo que en mayo comienza a empacar forraje y a partir de julio, paja.

«De momento, el fardo de cuerda que ya se pide en esta época, ha pasado de 31 a 41 euros, en un palé vienen 56 fardos, así que tienes 560 euros más».

La previsión es que el precio de la cuerda «se mantenga para todo el año o suba algo» y en el caso del tan necesario gasoil para el desempeño de su actividad, «esperemos que baje algo».

Antonio tendrá que repercutir estas subidas en sus clientes aunque «de momento, no sé cuánto, tengo que echar cuentas»,

La empacadora que adquirió hace dos años «ha subido un 20% más, cuando yo la compré en cuatro meses te la entregaban, ahora no te dan ni fecha».

En el caso de su explotación detalla, como otros agricultores, que el abono que utilizó en el mes de noviembre para sembrar el cereal de invierno, «costaba entre 600 y 650 euros, cuando la campaña anterior estaba a la mitad».

«Ha subido la semilla al subir el cereal, algunos herbicidas como el glifosato han pasado de tres euros litro a 7,50 euros», comenta, «y algunos te dicen que hemos vendido el cereal caro, pero es que la subida no ha sido proporcional a como vendimos en su momento». Recuerda, por otra parte, que «los gastos de abono, semilla, herbicida o gasoil son fijos, pero yo no sé el precio al que voy a cobrar el cereal esta campaña o si voy a coger mucho o poco».

«Entre el gasoil y la subida del precio de los cereales, el incremento del cebo de terneros y la cría de vacas nodrizas ha subido un 40%». Esos son los cálculos que hace el ganadero salmantino Ángel Santiago García, cuya explotación asentada en Boadilla es referente en la cría de ganado charolés.

«Lo más peligroso ahora mismo es la incertidumbre, no sabes cómo actuar porque lo nuestro son ciclos de casi 12 meses y no puedes hacer un análisis porque no tienes una base sobre lo que va a suceder».

Mantiene que hasta la fecha, ese incremento de costes «no se está repercutiendo a la hora de vender, habrá que replanteárselo».

Define la situación actual como «anómala y loca», y es que «es todo un cúmulo de circunstancias: el gasoil ya llevaba tiempo subiendo, también el coste del cereal y ahora, la guerra».

En el caso de su explotación explica que la única decisión que han tomado ha sido «vender más animales de desvieje que otros años» y se han decidido a quitar «aquellos más veteranos o que tienen una reproducción peor».

En el caso de los animales que venden a otras explotaciones para genética «la situación es igual de complicada o quizás más, tampoco hemos repercutido la subida» y aunque son animales que en el mercado alcanzan un precio superior que aquellos que son para carne, «también su coste de cría es muy superior así que también se ve reducido el margen«.