«O salimos bien nutridos de toda esta situación o habrá más problemas de salud»

En este sentido, insiste, el «impacto en la salud de todos» que tendrá el confinamiento puede ser terrible si no se siguen unas pautas coherentes de alimentación. De hecho, el sobrepeso, que es un factor de riesgo «para todo», también parece influir de alguna manera en el avance de la covid-19. No en vano, la obesidad, o en su defecto, el «exceso de grasa», viene generalmente acompañada de otras patologías cardiovasculares y respiratorias. Así, parece estar ya consensuado por parte de los expertos que «los obesos son más propensos» a desarrollar sintomatología grave en caso de contagio.

Mención aparte, subraya, se merecen aquellos pacientes que han superado la covid-19 tras pasar por el hospital. En muchos casos, la enfermedad ha derivado en una significativa pérdida de peso, y hay que evitar por todos los medios que la recuperación suponga un problema a mayores. «No vale con recuperar el peso a toda costa», afirma. La clave, añade, no es generar mayor masa corporal. Esa debe ser «la consecuencia». La clave es aportar al cuerpo los nutrientes perdidos.

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Esa máxima también ha de ser aplicada a todos aquellos que permanecen sanos, pero en confinamiento. La falta de ejercicio, la ansiedad y el acceso constante a comida poco saludable es una mezcla complicada de gestionar, pero Izquierdo es tajante. «Tenemos que tomárnoslo en serio. O salimos más sanos de esta o no salimos. Tenemos que centrarnos en comer bien», en mantener una dieta equilibrada, en la que las frutas, las verduras, la carne o los cereales tengan su cuota particular. «Hay determinados nutrientes importantes para el sistema inmune, pero al final, lo que confiere una buena inmunidad desde la alimentación es un conjunto de alimentos diferentes», explica Izquierdo.

Con todo, los propios nutricionistas se encuentran ahora mismo en una situación complicada. No en vano, a pesar de no estar incluido como servicio en la cartilla sanitaria, se considera que los nutricionistas son una rama más del ámbito sanitario. Sin embargo, el estado de alarma también se ha llevado por delante muchos centros. «Algunos han tenido que cerrar. En nuestro caso, a pesar tener muchísimos menos pacientes y consultas, hemos decidido seguir, sobre todo por responsabilidad hacia los casos que ya habíamos comenzado a tratar», señala. Para ello, se ha establecido el teletrabajo y las videoconsultas, un método que al principio no convencía, pero que se ha acabado imponiendo a la fuerza.