Los centros ópticos en un limbo, considerados sector sanitario pero cerrados al público

Hasta el momento, las ópticas han tenido la opción de abrir sus puertas, puesto que son negocios privados. Sin embargo, la mayoría han permanecido cerradas «por seguridad» y porque «es mayor el gasto de abrir en esta situación que de estar a puerta cerrada», admiten desde un centro de Aranda de Duero. Ahora solo atienden con cita previa o llamada de urgencia y no prestan el servicio habitual pero, al tratarse de un sector sanitario «que para la ley está operativo», deben seguir pagando sus cuotas de autónomos con normalidad a pesar de las grandes pérdidas que, como el resto de sectores, están padeciendo desde que se decretase el estado de alarma.

«Es ambiguo», explican desde otro establecimiento de Burgos, «porque no estamos ni abiertos ni cerrados del todo y sí podemos solicitar ERTEs porque nuestros empleados por seguridad no vienen, pero no sabemos en qué condiciones podemos hacerlo nosotros». Ellos solo atienden a llamadas de urgencia, pero no pueden trabajar con todas las garantías porque no disponen de material de protección adecuado. «La mascarilla y los guantes nos los han dado en una clínica dental porque tenemos amistad, no encontrábamos mascarillas para trabajar por ninguna parte», reconoce.

Estos profesionales destacan que las demandas que más están atendiendo son ventas de pilas para audífonos y líquidos para lentes de contacto. «Son productos que no se encuentran en otros establecimientos así que los clientes nos llaman y abrimos para vendérselo», afirman. Sin embargo, no pueden ejercer su actividad normal y algunos muestran reservas para arreglar monturas de gafas que se puedan haber estropeado durante estos días. «A mí me da reparo arreglar gafas porque no tengo material de protección en condiciones para tocar un objeto que lleva otra persona en la cara, devolvérselo...Lo hago, claro, pero no es 100% seguro», manifiesta un oprometrista.

Su situación es la misma que la de los podólogos, fisioterapeutas, logopedas o terapeutas ocupacionales. El Ministerio de Sanidad ha decretado que estos servicios son esenciales, «si bien su apertura al público únicamente será obligatoria en aquellos casos en que la asistencia sanitaria que presten sea necesaria para resolver aquellos problemas de salud que pudieran tener una evolución desfavorable si se demorase su tratamiento». Todos ellos restringen, por el momento, su actividad a los casos que consideren de urgencia.

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