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El virólogo Juan Ayllón Barasoain dirige el Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Burgos. Desde que saltaran las primeras noticias sobre el nuevo coronavirus de China y posteriormente llegara a España, Ayllón ha realizado pedagogía sobre la covid-19 a través de diversos canales ... para arrojar algo de luz sobre una pandemia que ha puesto en jaque al mundo entero.
¿Qué sabemos hoy sobre este coronavirus que desconocíamos en marzo?
Sabemos mucho más sobre los aspectos clínicos y de todo el amplio espectro de síntomas y complicaciones que la infección puede llevar asociadas. Esto es bueno porque va a permitir a los profesionales clínicos gestionar mejor a los enfermos. Además, hay una monstruosa cantidad de información generada en tiempo record sobre todos los aspectos imaginables del virus. El problema es que no toda es fiable, ni de calidad, y que va a llevar mucho tiempo y esfuerzo separar el grano de la paja.
A usted como experto virólogo, ¿qué es lo que más le llama la atención del SARS-CoV-2?
Que puede producir una enfermedad muy larga, que se arrastra durante más tiempo de lo que otros virus parecidos suelen causar. Y que una parte importante del daño que produce es por la reacción mal encaminada de nuestras propias defensas, aunque esto último no es único de este virus.
¿El comportamiento de este virus es «normal» comparado con otros similares?
Pues sí y no. La expansión de la pandemia se parece mucho a lo que ya hemos visto en el pasado en las pandemias de gripe de 1918, 1957, 1968 y hasta la de 2009. Por su gravedad, por el impacto que está teniendo en muertes en la población, de momento es del rango de la de 1957. Lo que no sabemos es cómo va a evolucionar en el futuro por dos motivos: primero, porque no es un virus de la gripe, aunque se parezca. Así que no sabemos si como en las pandemias de gripe habrá oleadas durante un par de años y luego la situación se estabilizará y el virus ya no será un riesgo grave. Este es un escenario probable, pero repito que no lo sabemos porque no hemos documentado anteriores pandemias de coronavirus.
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El segundo motivo de incertidumbre, ya que por primera vez en la historia se está intentando contener una pandemia con medidas muy drásticas en gran parte del mundo y no sabemos cómo va a repercutir en la evolución natural de la misma. Lo que vemos con los rebrotes es que las medidas de contención funcionaron, pero el virus sigue circulando y en cuanto se relajan vuelve a aparecer. ¿Durante cuánto tiempo va a seguir pasando esto? Pues no lo sabemos porque nunca lo hemos intentado antes.
¿Ha cogido muy por sorpresa a la comunidad científica?
Sí que ha habido aspectos que no nos esperábamos, o más bien que no esperabamos tanto de este virus, como la transmisión por los asintomáticos, por ejemplo. Pero en general sabíamos perfectamente que iba a haber pandemias de virus respiratorios, y que iban a ser peores que la de 2009, con la que tuvimos mucha suerte. Seguimos esperando una de gripe, que es el sospechoso habitual, que llegará tarde o temprano. El coronavirus solo nos ha recordado que hay muchos otros virus ahí fuera.
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Rusia, EEUU, Reino Unido, China, de todos los países que aseguran tener una vacuna casi a punto, ¿cuál le resulta más probable?
El proyecto chino probablemente sea el primero en salir para la población general. Tanto ese como la vacuna de Oxford están basados en modelos que se han aplicado antes en personas y que tienen muchas posibilidades de ser eficaces. La vacuna promovida por los EE.UU es más novedosa, pero los resultados preliminares también son prometedores.
El problema no es que salgan vacunas o no, el problema es ver cómo de efectivas van a ser. Llevamos 70 años haciendo vacunas de la gripe y siguen sin ser ninguna maravilla, también se da el caso de enfermedades para las que tenemos muy buenas vacunas, como el sarampión, pero que siguen sin ser erradicadas y causan brotes ocasionales. No debemos apostar a que las futuras vacunas vayan a erradicar la enfermedad, porque es extremadamente difícil.
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¿Es posible que haya otras vías de contagio desconocidas? Por ejemplo por tocar una superficie contaminada, etc.
Las vías de transmisión importantes siguen siendo las mismas que se han dicho siempre. La única diferencia es que ahora se acepta que la transmisión por aerosoles más pequeños, que antes se consideraba muy limitada, puede estar más extendida en situaciones muy concretas: poca ventilación, mucha gente, poca separación y gente gritando o cantando. Respecto a las superficies, sí, como siempre hemos afirmado. Sobre todo por las manos, que luego contactan con los ojos, la nariz o la boca. Esta vía por contacto es peligrosa si la superficie está muy contaminada: una barandilla es mucho menos peligrosa que la parte interior de una mascarilla, así que hay que llevar cuidado con lo que se toca y cómo se toca.
¿Se podría afirmar que la covid es menos virulenta en las últimas semanas y que por eso provoca menos infecciones graves o hay otros motivos?
No, la covid es la misma. Lo que pasa es que la gente que se está infectando y a la que estamos detectando la infección no es la misma. Es gente más joven, muchos de ellos asintomáticos o con síntomas muy leves. Durante la primera ola o no se infectaban porque no salían de casa o se infectaron pero no se les hicieron pruebas porque el sistema estaba saturado con los casos graves.
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¿Cabe esperar mutaciones de este virus que lo hagan ir cambiando de cara al futuro?
Los virus de la gripe que han causado pandemias en el pasado se han ido acomodando a sus huéspedes humanos con el tiempo. Los coronavirus no cambian tanto ni tan rápido como las gripes, pero es esperable que sí que haya pequeños cambios. No es muy probable, sin embargo, que sean cambios tan sustanciales como para dificultar el desarrollo de una vacuna o introducir variedades mucho más virulentas.
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