«El HUBU tiene margen de maniobra pero los casos son tan alarmantes como en la primera ola»

Cuando la capital se encuentra al borde de un posible confinamiento, el hospital mantiene a 62 pacientes covid en planta y a 13 en la UCI. En estos momentos, el complejo burgalés cuenta con cuatro plantas habilitadas para pacientes con coronavirus, tres de ellas ya están ocupadas y disponen de una más «intermedia, para enfermos con sintomatología compatible pero sin confirmar».

Para ingresar a los pacientes covid, además de la planta H7 que se habilitó en la primera ola, se han preparado tres plantas más, y Grünewald explica que «a medida que aumenten el número de pacientes con coronavirus, se irán habilitando plantas«.

El subdirector incide en que «el esfuerzo del personal en el hospital ha sido inmenso, el servicio de hospitalización a domicilio está colaborando también, pero se está empezando a notar cómo está la provincia y esto es una curva progresiva, no tan pronunciada como en la primera ola epidémica, pero el nivel de casos es preocupante y no porque aumente progresivamente es menos grave, se va tensionando y cada vez hay más pacientes en planta, también en críticos«.

El número de camas estructurales de la UCI es de 42 y con la UCI extendida se eleva a 53. Pero no es el número ideal, porque estas camas estructutales están formadas por las de adultos, las infantiles y las de reanimación. En planta, hay 720 y ocupadas 545 de pacientes también no covid. «Siempre pensamos en anticiparnos a la situación, por si fuera necesario abrir o preparar otra planta dentro del HUBU»«, confiesa Grünewald.

Por otro lado, el Divino Valles es una alternativa que la gerencia tiene ya «preparada». Tal y como declara el subdirector, «está equipada la planta por si hubiera un rebrote muy muy fuerte que no pudiéramos asumir, entonces trasladaríamos pacientes a esas unidades, aunque de momento nos mantenemos con las del HUBU. Pero no descartamos hacer uso de esa infraestructura si esto aumenta«.

Sin embargo, a pesar de la previsión y de contar con refuerzos, Grünewald manifiesta que se ve el «desánimo» entre los profesionales, «porque la respuesta por parte de la población no siempre es la adecuada a la hora de mantener las medidas de protección». A este respecto es contundente: «Lo ideal sería que tuvieran una imagen de los trabajadores de las plantas covid, porque están extenuados».

Por este motivo, insite en reforzar el mensaje de precaución para los burgaleses porque «deben tener en cuenta que la gravedad es igual ahora que durante la primera ola epidémica y eso en la actitud de la población no se está viendo». Para ello pide un esfuerzo a la sociedad, «necesitamos no solo a los profesionales, sino que la gente respete las normas porque, cuantos menos contagios haya, menos pacientes ingresarán».