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Hospital Universitario de Burgos, Divino Valles, Fuente Bermeja, San Juan de Dios y Recoletas van a funcionar, en parte, como un todo en esta segunda ola de la pandemia de la covid-19. El elevado número de ingresos de pacientes con coronavirus en el HUBU, ... que cuenta con 303 hospitalizados en planta y 43 en la UCI, ha vuelto a obligar a paralizar parte de la actividad programada y a solicitar el apoyo de centros hospitalarios, públicos y privados, para hacer frente a presentes y futuras necesidades.
De este modo, el HUBU destina 11 plantas a pacientes covid o con sospecha de covid, con traslado de los casos más leves al Hospital Divino Valles (ahora mismo hay 23). También se trasladan ya pacientes de Psiquitaría al Hospital Fuente Bermeja (6, según los últimos datos actualizados). La rápida evolución de la pandemia está forzando la toma apresurada de decisiones, bajo la previsión del plan de contingencia, y aunque inicialmente se planteó un traslado progresivo a Fuente Bermeja, esté se está produciendo ya en esta jornada.
El Hospital de Burgos ya ha superado los umbrales para mantener al completo la actividad programada, así que toca suspenderla y reprogramar intervenciones, pues en principio se tiene intención de mantener parte de esa actividad, garantizando en todo momento las urgentes y prioritarias. En concreto, se pretende tener operativos tres quirófanos para actividad programada diaria, siempre y cuando las condiciones de evolución de la pandemia lo permitan. También dos de urgencias y uno de partos, confirman desde el HUBU.
Si el Hospital Universitario de Burgos está desbordado por la covid-19, su personal no lo está menos. «Agotados, exhaustos y con mucho estrés». Así se encuentran los sanitarios, que están soportando todo el peso de la expansión del coronavirus, temiendo que lo peor todavía esté por llegar.
«Todo sale a costa del personal sanitario», apunta Fernando San Martín, secretario de Salud de la Federación de Servicios Públicos de UGT. En la primera ola, la situación fue crítica pero al menos se veía luz a final del túnel. Ahora no, porque no se sabe cuándo se va a tocar techo y, además, en la mente de los sanitarios está el hecho de que todavía queda el pico de la gripe.
San Martín insiste en que falta personal, en especial de Enfermería, TCAE y médicos. Un déficit que siempre ha estado ahí pero hasta ahora no se ha valorado en la gravedad que le corresponde. El colapso del HUBU, además, obliga a cambios permanentes de personal entre los servicios: «las enfermeras no saben dónde van a trabajar hasta que llegan al HUBU», apunta San Martín.
Y a ello se suma la situación de Urgencias, también al borde del colapso, con personal más que agotado y recortes de plantilla que hace la situación insostenible. Urgencias es la entrada al HUBU, gestiona un gran volumen de pacientes a diario y, una vez más, la covid-19 supone una sobrecarga y un estrés añadidos.
Fernando San Martín insiste en que el gran problema es al falta de personal. El desbordamietno por la covid-19 «no es solo cuestión de espacio», matiza, pues se cuenta con recursos como el Divino Valles que podrían llegar a paliar una carencia en ese sentido. El problema es que no hay personal para cubrir las necesidades, empezando por las unidades de críticos.
«La ciudadanía tiene que colaborar», afirma. «Los sanitarios agradecieron los aplausos pero ahora agradecerían un comportamiento más responsable que evite el colapso». Y para ello también es necesario que el HUBU sea más transparente. Se tiene que saber cómo está la situación para que los ciudadanos se conciencien de la gravedad de la segunda ola, que es mucho más que números.
La consejera de Sanidad ha explicado también que se ha transformado un quirófano de Urgencias para actividad programada y se están cambiando turnos de trabajo para garantizar que se puedan utilizar todos los que estén operativos. Así, el miércoles se encara con siete quierófanos disponables, pero día a día se irá revisando para adaptar el HUBU a las nuevas necesidades sanitarias.
Verónica Casado ha insistido en que, en esta segunda ola, que está siendo peor que la primera, hay que intentar mantener la atención no covid. «La situación es muy similar a la del 26 de marzo», reconoce, pero con la diferencia de que entonces se centró toda la actividasd en el coronavirus y ahora se tratará de mantener cuanta programación sea posible.
Además, en el caso del HUBU ya se cuenta con la colaboración del San Juan de Dios, a través del convenio en vigor, y se va a estudiar volver a colaborar con el Hospital Recoletas, que durante la primera ola atendió a pacientes no covid-19 para intervenciones, sobre todo de traumatología, cirugía plástica y medicina interna. En esta ocasión, la intención es poder mantener parte de la actividad programada a través de Recoletas, incluidas las intervenciones oncológicas, ha apuntado Casado.
Más información
En el Hospital Universitario de Burgos hay actualmente 303 pacientes covid ingresados en planta, de los cuales, 280 tienen confirmación de contagios y, el resto, son sospechosos a la espera de las pruebas. En las últimas 24 horas se han registrado 36 ingresos, por encima de las 24 altas, por lo que se avanza en la saturacion del centro hospitalario, que ha registrado tres fallecimientos en pacientes con coronavirus en las últimas horas.
La situación no es mucho mejor en la UCI, que cuenta con 43 ingresos y opera ya como UCI extendida. A Cuidados Intensivos se destinan las tres unidades UCI, más la URPA 3 y el Hospital de Día Quirúrgico, lo que obliga a un trabajo conjunto entre intensivistas y anestesistas para hacer frente a las demandas de la covid-19. El coordinador de las UCIs en Castilla y León, Jesús Blanco Varela, ha afirmado que los próximos 15 o 20 días «van a ser duros» en la región pero no se espera un colapso de las UCIs.
Las previsiones marcan un par de semanas todavía de aumento de los ingresos de pacientes críticos, seguidas de dos semanas de estabilización y de otras dos de descenso. Para que esta situación se dé será necesario que mermen también los ingresos en planta, que de momento siguen en aumento. Blanco Varela ha recordado que «la covid-19 no respeta a ninguna edad» y, si bien es cierto que la edad media de los pacientes en UCI oscila entre 60 y 70 años, también hay ingresos de más jóvenes en la región (como una mujer de 29 años «extremadamente grave»).
Mientras, en los hospitales Santos Reyes de Aranda y Santiago Apóstol de Miranda la situación está más controlada. En ambos centros tienen 19 pacientes covid-19 ingresados. En el Santos Reyes se han registrado dos ingresos en la última jornada, con dos altas y un fallecido. En el Santiago Apóstol los nuevos hospitalizados han sido siete, con una alta pero sin ningún fallecido. Verónica Casado ha afirmado que tanto en Aranda como en Miranda se mantiene la actividad quirúrgica programada sin alteración, al menos por el momento.
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