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La labor de Jesús Sánchez, psicólogo clínico del HUBU, también es formar emocionalmente a sus compañeros. AYTHAMI PÉREZ
El lado humano en el HUBU: «Se puede mejorar en cómo se habla al paciente y a los familiares»

El lado humano en el HUBU: «Se puede mejorar en cómo se habla al paciente y a los familiares»

La figura del psicólogo clínico interconsulta se encarga de formar a los profesionales del hospital de Burgos en el trato a los pacientes y familiares, respetar la intimidad, gestionar situaciones complicadas. Además, acompaña a los profesionales en épocas de baja salud mental

Sábado, 19 de noviembre 2022, 09:18

Cuando una persona ingresa en el hospital no debería perder esa condición, no debería convertirse en un paciente con una pulsera. Mejorar en el trato emocional al paciente es una de las tareas en las que está trabajando en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU). Lo hace desde la figura del psicólogo interconsulta, una unidad que solo tiene un profesional, Jesús Sánchez, que lleva diez años, desde que se estrenó este servicio, desempeñando esta labor.

No se trata de un psicólogo clínico atendiendo la salud mental de los pacientes, no es solo eso, se trata de un psicólogo clínico atendiendo la salud mental de todo el hospital: pacientes, familiares, profesionales y el trato de estos con los pacientes.

Dentro de las labores de Sánchez está atender a los pacientes ingresados de otras unidades que necesitan esa intervención. También atiende a sus compañeros, profesionales del HUBU y ayuda a las familias en el acompañamiento a pacientes. Interviene en la UCI, UCI de neonatos, duelo perinatal, rehabilitación cardíaca, unidad de dolor, hematología...

Refuerzo del aspecto emocional

Y dentro de sus funciones se encuentra la formación de los profesionales en el aspecto emocional. «Está muy en boga ahora el humanizar el trato con el paciente, pero con más psicólogos clínicos se podrían estructurar más programas. Será necesario e inevitable reforzar y estructurar esta unidad», evidencia Sánchez. Y es que un refuerzo con más personal ayudaría a poder desarrollar de forma paralela esta atención emocional.

La formación de los profesionales en el aspecto emocional es una parte de su trabajo que se quiere potenciar. «Creo que es hacia donde tenemos que ir y mis jefes lo quieren potenciar», asegura Sánchez. Pero, de momento, como psicólogo hospitalario solo está Jesús Sánchez.

Hasta que esta unidad de psicología interconsulta no comenzó a funcionar, no se estaba abordando de una forma tan específica y profunda la parte emocional de una persona mentalmente sana que tiene su trastorno adaptativo y de repercusión emocional porque está ingresado en situaciones difíciles. «Esa parte no se estaba abordando, solo cuando tenías un trastorno de salud mental», asegura Sánchez.

Y es que, además, hay demanda en formación de profesionales en este aspecto. Sánchez imparte cursos de abordaje emocional del paciente hospitalizado. Ofrece charlas y formación, sobre todo, a equipos de UCI. «En ocasiones todos hemos vivido situaciones duras. Después de estas intervenciones en el hospital hemos tenido charlas todo el equipo y yo para abordar cómo lo han vivido y cómo lo han gestionado», explica.

La salud mental de los profesionales

Pero Sánchez, dentro de su trabajo, también aborda la salud mental de sus compañeros y profesionales del HUBU, personal de Medicina, de Enfermería, auxiliares de Enfermería... Esto también es crucial para el buen desempeño de su trabajo y el desarrollo de su vida personal. Las consultas más comunes entre los profesionales son las relacionadas con la saturación laboral o cuando se sienten sobrepasados por una vivencia en el hospital, algún vínculo especial con pacientes o los fallecimientos, sobre todo de niños o bebés. «También hay alguna situación conflictiva por el trato humano. Es que el hospital no deja de ser un grupo humano. Después hay situaciones personal de fuera que afectan dentro del hospital o situaciones profesionales que afectan en su vida personal», explica Sánchez.

«Esa es la pregunta del millón» para los profesionales de la sanidad, reconoce este psicólogo clínico, y especialmente para su trabajo. Cómo te implicas con tus pacientes sin que te influya luego en tu vida personal. En su caso, explica que en el tramo con la bata puesta tiene que tener una cercanía absoluta, una empatía real y reconocer y valorar la situación emocional del pacientes y su familia. En el rol como psicólogo clínico tienes que ensuciarte con toda la emotividad y no tener miedo a ese vínculo, pero fuera del hospital son Jesús, soy padre, entonces el rol personal cubre al laboral», apunta.

No deshumanizar al paciente

Cuando una persona ingresa en el hospital, en el momento en el que le ponen esa característica pulsera, ya comienza un periodo de indefensión, incertidumbre. Por ello, el HUBU se está esforzando para formar a sus profesionales en ofrecer un trato empático a pacientes y familiares. «Se tiene en cuenta al paciente a la hora de comunicar diagnósticos, pero se debería tener más en cuenta. Porque esa comunicación la tiene que hacer el médico, no el psicólogo clínico. Estamos trabajando en ello, pero creo que se puede mejorar mucho más en cómo se habla al paciente y a los familiares, sobre todo», reconoce Sánchez.

Por ejemplo, se explica a los profesionales médicos que es importante cómo para también dónde se comunican determinadas cosas a los familiares, «hay que intentar que no sea en un pasillo, sin intimidad, para determinados mensajes se requiere confidencialidad. Igualmente, hay que respetar el espacio del paciente», explica. Sánchez señala algo que pasa desapercibido, los pacientes ingresados están en una bata o pijama que no es propia, casi semidesnudos, además, «la cama mira hacia la ventana, no hacia la puerta, por lo que ni siquiera controlan en un primer momento quien entra a una habitación que, al final, es la intimidad del paciente», añade. También se les explica que hay que respetar esa intimidad, desde limpieza a médicos deben entrar con respeto a esos cuartos.

Y en el desempeño de su labora, reconoce que la retroalimentación que recibe de otras unidades es de reconocimiento de que esta figura les ha supuesto «aprender a estar más pendientes de cómo abordar a los pacientes, están más alerta de lo emocional».

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