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La Navidad vuelve a estar en el foco de las autoridades sanitarias por el aumento de la incidencia acumulada de los casos de covid-19. Si en el año 2020 la Navidad fue el preludio de la tercera ola, que en la provincia de Burgos ... apenas se notó tras haber sufrido con virulencia la segunda, este 2021 parece que la sexta ola quiere hacerse fuerte en estas fechas festivas.
El 25 de diciembre de 2020 la incidencia acumulada de Burgos era de 260 casos por cada 100.000 y se encontraba en recesión tras pasar los peores momentos de la pandemia. El semáforo de la Junta de Castilla y León indicaba que la provincia se encontraba en 'riesgo muy alto' y las restricciones impedían a los burgaleses cenas de más 10 personas en Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo, que, además, solo podían juntar a dos grupos de convivencia y con la utilización de las mascarillas el máximo tiempo posible.
En estas fechas estaba en vigor el 'toque de queda' a las 22:00 horas, salvo para la noche del 24 y 31 de diciembre, cuya hora de vuelta a casa y cierre estaba establecido a la 1:30. Las programaciones de Navidad estaban reducidas a cero, con iluminación en los municipios, pero sin actividades ni cabalgatas, todo ello para frenar la tercera ola.
Para este 2021 las restricciones de movilidad no existen, no hay 'toque de queda' ni restricciones de comensales ante la mesa. Poco a poco las localidades burgalesas han recuperado las actividades navideñas de sus agendas, pero la situación está comenzando a complicarse. La incidencia acumulada a 15 días de Nochebuena es de 401 casos por 100.000 habitantes, lo que supone que la provincia se encuentre en 'riesgo alto' gracias al cambio en el criterio del semáforo (el año pasado con la mitad de casos este riesgo era muy alto) y con 58 municipios en riesgo muy alto.
Burgos, Aranda, Miranda, Medina de Pomar, Valle de Mena o Melgar de Fernamental son algunas de las 58 localidades que, según la información facilitada por la Junta, se encuentran en «riesgo muy alto»por una elevada incidencia acumulada de casos covid-19.
La incidencia más elevada, con datos del 6 de diciembre, los últimos actualizados, la sufre Valle de Mena, con 1.524 casos por 100.000 habitantes a catorce días. Le sigue, a distancia, Roa, con 692 casos, y con 564 está Merindad de Río Ubierna.
En su portal de transparencia, la Junta no aporta datos de todas las incidencias, solo del nivel de riesgo en el que se encuentran los municipios. de ahí que sepamos que Burgos capital acumula 462 casos por 100.000 habitantes pero solo que Quintanilla Vivar está en riesgo 'muy alto'.
En Miranda, la incidencia es de 480 y en Aranda, 325. Medina de Pomar tiene una 296 casos por 100.000 habitantes y Melgar, 258. Habrá que ver cómo evoluciona la situación en las próximas jornadas pues, en municipios pequeños, una ligera variación en los casos detectados dispara las incidencias o las reduce considerablemente.
En estos momentos, otras 10 localidades están riesgo alto, entre ellas, Briviesca, Lerma, Belorado, Oña o Pradoluengo. También hay 7 en riesgo medio, ninguno en riesgo bajo y 296 en niveles de 'nueva normalidad'
Sin embargo, la buena acogida de la vacunación en la provincia ayuda a que la situación sea menos acuciante que hace 365 días. Por eso en muchos de estos municipios están a la expectativa para modificar, o no, el programa de las actividades navideñas. Se encuentran entre la nueva normalidad y la incertidumbre ante un aumento de la incidencia y unas hipotéticas restricciones impuestas por las autoridades.
Este es el caso de Medina de Pomar, que por el momento mantendrá el programa presentado para estas fiestas porque, como reconoce su alcalde, Isaac Angulo, tienen «en cuenta la covid» en todo lo que hacen. «Iremos ajustándolo sobre la marcha como hicimos el año pasado, la incidencia está alta, pero de momento no hay ninguna restricción más, si todo el mundo cumple igual que en las fiestas no pasará nada», asegura.
Aunque hay algo que tiene claro: «De aquí a Navidad no sé lo que puede pasar». Por eso están trabajando para ofrecer «cultura segura» a sus vecinos y «adaptado a las necesidades de cada momento». «Si se puede hacer cabalgata de Reyes la haremos, si no, la haremos como el año pasado, de manera estática. Tenemos previstas todas las posibilidades porque ya estamos acostumbrados», confiesa.
En cuanto al miedo a la posibilidad de que la localidad reciba visitantes del País Vasco, donde la situación epidemiológica está peor que en Castilla y León, Angulo afirma que «miedo no hay». «Más gente que recibimos en fiestas y estuvimos en cero casos...», recuerda el alcalde. «Que venga gente o no, si cumplen las medidas de seguridad, no tiene que causar ningún problema. Al final los problemas pueden llegar porque nos confiemos, en verano hubo más gente que ningún año y no hubo ningún problema», repite Isaac Angulo que prefiere ser «optimista».
En Valle de Mena la programación para Navidad todavía tendrá que esperar. Lorena Terreros, su alcaldesa, asegura que esperarán «una semana más» para ver cómo evolucionan los datos de la pandemia. «La cabalgata y el parque infantil están todavía en el aire, si la evolución sigue como hasta ahora está claro que es imposible porque cada semana va a peor y es inviable», lamenta la regidora.
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En Valle de Mena tampoco tienen miedo a la llegada de forasteros, porque «unos vienen y otros se van» y porque tienen claro que desde el pueblo no quieren «criminalizar a nadie». «El problema son las multitudes, no que venga gente. Nos falta tomar la decisión final», incidía. De lo que sí podrán disfrutar los meneses es de las actividades programadas para este primera quincena de diciembre.
«Son actividades controladas, cultura segura donde se respetan las medidas de seguridad, con mascarillas y distancia. Teatro, las actividades del V centenario de la muerte de Sancho de Matienzo, conciertos sentados en el cine... Actividades que no conllevan multitudes ni riesgo que sí seguiremos manteniendo», afirma, al tiempo que desea que la situación mejore para no tener que privar otro año de la cabalgata a los más pequeños.
A medio camino de Medina y Valle de Mena, en lo que a programación navideña se refiere (no geográficamente), estarían casos como los de Melgar de Fernamental. Su alcalde, José Antonio del Olmo reconoce que este año han optado por unas Navidades intermedias. Actividades clásicas como el belén viviente no se harán. Requerían ensayos, preparación, y han preferido no arriesgarse.
Eso sí, a partir de Reyes sí tienen actividades. Por ejemplo, una pista de hielo. Y, como en este 2021, los Reyes visitarán Melgar aunque no se hará ningún acto que conlleve aglomeraciones. Los regalos se entregarán casa por casa. Y es que se trata de ser todavía prudente, aunque el alcalde cree que, en general, «la gente toma sus precauciones. Algo hemos aprendido», insiste.
Por ese motivo, al igual que Angulo y Terreros, no le tiene miedo a la Navidad. «La gente se juntará, pero menos que otras veces y con precaución». De todos es sabido que nadie está libre de pillar el virus, aunque el avance de la vacunación ha ayudado mucho a contener los casos graves, los ingresos y las muertes. En la zona básica de salud de Melgar ha habido algunos brotes recientes, pero en general «estamos bien»,
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