La Guardia Civil mantiene la búsqueda de Esther López con buzos y perros en el Duero

A las labores de rastreo se incorporó Baguira, una labrador negra adiestrada en la búsqueda de indicios biológicos sumergidos, que escudriñó con su olfato de nuevo el tramo del Duero situado aguas arriba de la pesquera de Traspinedo, un punto situado a escasos seiscientos metros de la calzada de la carretera de Soria y del cruce del restaurante La Maña, donde los testimonios de uno de los amigos de Esther la sitúan aquella madrugada. Los integrantes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas) peinaron así de nuevo el río con idas y venidas en la lancha con Baguira en la proa y centradas en las márgenes de las riberas. Pero no hubo resultados.

Los agentes, en paralelo, desplegaron nuevos drones con lo último en tecnología para inspeccionar distintos puntos en torno al río, esta vez aguas abajo de la pesquera, pero con el mismo resultado que en las jornadas anteriores. Los propios especialistas de los Geas, con la ayuda de otros efectivos de la Benemérita, retomaron las labores de inspección de los pozos localizados entre el casco urbano y el río, que comenzaron el viernes de la semana pasada. Son ya más de una decena los puntos examinados y la previsión de los agentes es de continuar este martes con esta labor.

Las investigaciones continúan abiertas explorando otras vías en el entorno más amplio de la mujer desaparecida sin que hayan trascendido avances en este sentido a la espera de los informes procedentes de las unidades centrales de la Guardia Civil en Madrid, donde están siendo examinados los indicios recogidos en el chalé y el coche de Ramón, El Manitas, el único detenido hasta la fecha, y puesto en libertad seis días después; así como del rastreo de los móviles, movimientos de las redes sociales incluidos, del segundo investigado (solo eso), de otro amigo, del propio Ramón y de la mujer desaparecida.

Las declaraciones de unos y otros situarían, en principio, a Esther López pasadas las dos de la madrugada de aquel 13 de enero en el entorno del restaurante La Maña, situado enfrente de la urbanización El Romeral, donde reside el amigo que ha declarado que la dejó allí a petición de su amiga. Nada se sabe desde ese punto. Y han pasado ya dieciocho días.