Secciones
Servicios
Destacamos
Como reza el mensaje de su última campaña nacional, la caridad no cierra. Y Cáritas Diocesana Burgos, tampoco. El estado de alarma decretado por la crisis sanitaria del coronavirus covid-19 ha obligado a la organización religiosa a modificar su forma de trabajar, pero ... sin dar carpetazo a programas, proyectos y recursos que, ahora, son más necesarios que nunca pues con la crisis sanitaria ha llegado una crisis social y económica que golpea especialmente a los más desfavorecidos.
La pobreza y la exclusión social suponen factores de riesgo de la covid-19, recuerdan en Cáritas Burgos, de ahí que sus servicios y programas sean catagologados de esenciales. No se han cerrado, ni un solo día, los recursos para personas sin hogar, el programa de acogida, los economatos o los centros de distribución de alimentos. Simplemente, se han adaptado procedimientos y metodología, recuerdan.
Así, desde el inicio de la crisis de la covid-19, Cáritas ha atendido a 1.369 familias, con ayudas económicas, en especie, alojamientos, acompañamientos telefónicos o asesoramientos legales y laborales. Se han realizado más de 4.000 intervenciones, pues lo que antes tenían problemas ahora los ven agravados y, también, llegan nuevos demandantes de ayuda.
Más información
BURGOS conecta
BURGOS conecta
«La mayoría de las familias que lo están pasando mal ya son conocidas por la institución», reconoce Cáritas. De hecho, en 2019 se atendió a través del programa de acogida a más de 3.5000. Ahora, demnadan un mayor apoyo, sobre todo para cubrir sus necesidades más básicas, principalmente de alimentación pues se cuenta con otras ayudas estatales para cubrir el pago de alquileres o suministros.
El programa de acogida ha atendido a 852 familias desde el estado de alarma y se han entragado 768 ayudas en especie a través de economatos y centros de distribución de alimentos. También han sido 336 las ayudas económicas concedidas, por valor de 16.788 euros, y 71 adelantos de ayudas de la administración (35.165 euros).
Un equipo de once trabajadores sociales y educadores sociales atiende telefónicamente al programa de acogida, para realizar una valoración de las necesidades de las familias. Y si llegan casos nuevos, se comunica también a los servicio sociales delos ayuntamientos para que puedan acceder a las ayudas de urgente necesidad. En el medio rural, Cáritas atiende igualmente a mayores que no pueden salir de sus domicilios para la compra de medicamentos o alimentación.
Cáritas Burgos está especialmente preocupada por la infancia, pues detecta que el confinamiento social tiene un fuerte sesgo de clases, especialmente duro en el caso de los menores. Los centros de Burgos, Aranda, Miranda, Lerma y Villarcayo mantienen contacto telefónico con los menores y sus familias a los que venían atendiendo y están detectando que numerosos problemas para que los chavales continúen con su formación escolar en casa.
Hay menores que no realizan las tareas ni los trabajos por desmotivación o falta de seguimiento; familias que no pueden acceder a las plataformas escolares por no haber pagado la cuota, la mayoría no tienen WIFI y la brecha digital de los padres les dificulta el acceso a los contenidos y tareas; falta material fungible y tecnológico mínimo para poder hacer los trabajos; hay conflictos y violencia intrafamiliar, abuso en el uso de la tecnología y de los juegos online por parte de los menores sin ninguna limitación o control, o menores que se quedan solos muchas horas por que los padres deben ir a trabajar.
De ahí que Cáritas haya reforzado los seguimientos telefónicos, mantenga contacto con los centros educativos para trasladarle las problemáticas concretas y ayude con préstamo de libros, material escolar o a imprimir las tareas que las familias no pueden. Han atendido ya a 255 menores de 178 familias.
La labor de Cáritas Diocesana durante esta crisis sanitaria y social incluye también un programa de empleo, en el que han asesorado a personas que han perdido el trabajo o requerían de asesoramiento legal para cumplir la normativa. Se ha atendido a cerca de 400 personas por teléfono y se han realizado 762 trámites, gestiones o informaciones. También se han gestionado contrataciones, para aquellos sectores que requieren de refuerzo, y se han conseguido 52 inserciones laborales.
Mientras, las personas sin hogar están siendo antendidas en el seminario de Burgos, donde se ha trasladado el punto de acogida de Cáritas, y en recursos específicos y pisos especialmente dedicados al programa de Aranda y Miranda. Actualmente son 83 las personas alojadas y acompañadas, que requieren de una atención permanente.
La atención de Cárista se completa con el Centro de Ayuda al Drogodependiente de Aranda, que sigue dispensando metadona; los programas de acompañamiento a mujeres de Ainkarem. Y las asesorías jurídicas de Miranda y Burgos.
Y todo con personal mínimo, pues la mayoría de los voluntarios permanecen en sus casas, cumpliendo con la cuarentena social, aunque muchos están echando una mano con labores administrativas, documentales o telefónicas. «La ausencia de muchos voluntarios se nota ahora más que nunca, lo que pone de manifiesto que, sin ellos, Cáritas no existiría», reconocen desde la organización.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.