Saray Cantera es enfermera y trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos para pacientes pediátricos y neonatales. Sin embargo, la vida de esta burgalesa afincada en Valencia cambió repentinamente cuando hizo un viaje a Etiopía que marcaría su vida y ligaría su futuro al país ... africano.
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«Siempre he tenido mucha inquietud», comenta Cantera sobre los países llamados «del tercer mundo». «Quería hacer una labor social y a través de una amiga me enteré de la existencia» de la asociación con la que ha colaborado, Ambessa. De la mano de esta ONG, Saray viajó a Etiopía como voluntaria, acarreando con todos sus gastos, en un periplo que duraría 20 días en agosto de 2023.
En Holeta, la ciudad etíope donde trabaja Ambessa, Cantera colaboró en «la puesta en marcha de un hospital de campaña». Esto ocurrió porque en la ciudad etíope no hay asistencia sanitaria cerca y el centro hospitalario más próximo se encuentra «a tres horas en coche, por lo que la mayoría de la población no acude por imposibilidad».
Por ello, y porque en su grupo de voluntarios coincidieron varios sanitarios, Ambessa decidió poner en marcha, con el beneplácito del Gobierno de Etiopía, un hospital de campaña en Holeta. Sin embargo, la labor principal de esta ONG es cuidar de niños huérfanos, maltratados, fugados de casa y también de los enfermos o discapacitados, para los que se hacen campañas especiales de recogida de fondos para sufragar medicinas, operaciones u otras necesidades. Asimismo, también acogen a mujeres que han sido maltratadas o violadas y que ahora cuidan a los bebés y son cocineras en sus dos orfanatos.
Sin embargo, montar un hospital de campaña en Holeta hablando español es difícil. «Etiopía es uno de los países con más dialectos, 84, y en este pequeño poblado se hablan dos: amarico y horomo». Por tanto, otra de las dificultades que tenían Cantera y sus compañeros era la barrera lingüística.
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«Contábamos con la ayuda de adolescentes y jóvenes que han crecido en este orfanato», explica la enfermera. «Se defienden en español para poder traducirnos qué síntomas tenían y así poder ayudarles. Aún así, necesitábamos tirar mucho de signos», comenta.
De esta forma, con la ayuda de los adolescentes y jóvenes, Cantera y sus compañeros voluntarios fueron capaces de atender a una media de 50 personas al día en el hospital de campaña. La enfermera comenta que la mayoría de las patologías eran infecciosas y se trataban «a base de antibióticos llevados de España».
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Saray cooperó en Etiopía con la ONG Ambessa durante 20 días. «Me sorprendió la gran pobreza que tienen», explica, poniendo el foco en que la explotación animal es muy anticuada, por ejemplo. Respecto a los niños que cuidó, la enfermera burgalesa destaca que se lleva su «cariño inmenso».
En cuanto a su vuelta a España, Saray no duda en comentar que esta fue «muy dura. Vine con la maleta vacía, pero no sólo la material; sino también la sentimental». Hasta Etiopía cada voluntario podía transportar dos maletas de 25 kilogramos con ropa, medicación, productos de primera necesitad... y una mochila con sus pertenencias. Sin embargo, Cantera dejó todo allí y se vino «con lo puesto».
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Además, confiesa que «allí dejé mi corazón, vine siendo otra persona. Nunca me consideré una persona materialista, pero desde que estuve allí aún menos. Valoro más el tiempo y la dedicación de las personas que lo material», sostiene, afirmando que esta experiencia le ha cambiado al vida, la forma de ver a las personas y de tratarlas.
Por ello, la burgalesa decidió que este primer viaje no sería su último periplo en Etiopía. «Allí aprendí que no somos nada ni nadie. Que el orgullo y el estar sólo con tu avaricia no sirven de nada. Que se es más feliz siendo pobre y compartiendo que ser rico y estando solo».
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Por ello, decidió que volvería a colaborar con Ambessa en Holeta. «Tal cual abandoné el país, sabía que tenía que volver», comenta. Allí dejó su «trocito de corazón» en cada uno de los niños a los que cuidó. Cantera planea volver, si todo sale bien, este verano de 2024.
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Antes de partir, la enfermera burgalesa investigará qué se necesita allí, para llevar lo más necesario. «Claro está que, siendo sanitaria, mis maletas irán en su mayor parte llenas de medicación», sostiene. Además, espera coincidir con más voluntarios sanitarios, ya que sólo así el hospital de campaña puede funcionar.
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Pero, además de medicación, Saray Cantera llevará dinero y ropa en su próximo viaje a Etiopía. Esto lo ha conseguido en su pueblo, Adrada de Haza, al sur de Burgos. A través de la asociación local El Torrejón, Cantera ha conseguido decenas de prendas de ropa y 430 euros para cooperar en Etiopía.
Estas donaciones han sido posibles gracias a varias actividades de la asociación, además del interés de los habitantes y visitantes de la localidad ribereña. En pocos meses, todo viajará hasta el contienente africano, a Holeta, para ayudar a decenas de niños huérfanos que necesitan la ayuda de Saray y de otras personas.
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