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Laureano López es de Villarramiel, como canta el Mester de Juglaría en su canción 'La voz del vino'. Sin embargo, no es vecino de Gibraltar; sino de Burgos desde que tenía catorce años. Ahora, con 87 y sus propias manos, ha construido un Belén que ... ha dejado maravillados a todos sus compañeros de residencia.
La cosa empezó hace menos de un mes, cuando a López le propusieron en su residencia de Burgos hacer una figurita. «Yo lo que quería era pasar el tiempo, porque me pusieron a sumar y a restar y dije 'pero bueno, si esto yo lo tengo aprendido de memoria, esto no me hace falta a mí'». Así que sus cuidadoras le encomendaron un trabajo más manual.
Poco a poco y en unos 20 días, el de Villarramiel fue aumentando la colección de figuritas hechas con papel y cartón. Lo que iba a ser un rinconcito es ya un espacio de metro y medio de largo en un pasillo de su residencia DomusVi Río Vena. «Me decían una y yo la hacía», relata orgulloso.
En el Belén de Laureano no falta un detalle: hay un río, una iglesia, el portal al completo, un rebaño, un puente... Y todas las ideas han salido «de mi coco», como él mismo cuenta. Él ha sido el encargado de diseñar todas las piezas, dibujarlas, recortarlas, pintarlas y añadirles detalle, como las ventanas de la iglesia o las losas del pozo.
Respecto a los materiales, el hombre ha utilizado cartón, papel, pegamento y poco más, aunque luego su Belén cuenta con otros elementos como nieve artificial, arena o montañas. Todas estas cosas las ha colocado con ayuda del personal de la residencia.
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Con este pequeño rinconcito, Laureano ha alegrado la vida de la residencia, ya que les ha «gustado mucho» tanto a los usuarios como a los trabajadores. «Mis familiares no le han dado mucha importancia», sostiene, porque él ya era un manitas desde joven. Trabajó de mecánico y, ya en su época, hacía las piezas que cada coche necesitaba. «He sido un poco adelantadillo». En los últimos días, también ha hecho de mago para el resto de residentes, a quienes ha dejado boquiabiertos con sus trucos de cartas.
Además, López se emociona al recordar a su mujer, que está viviendo en otra residencia, y cómo sus hijas le han ayudado a lo largo de los años. Haciendo balance de su vida, López recuerda que no se puedo quejar «porque he tenido cuatro hijos y a todos les he sacado adelante y a mi señora también. No me ha faltado un duro», rememora con lágrimas en los ojos.
En diciembre de 2023, Laureano comenzó a elaborar las piezas de su primer Belén artesanal. Sin embargo, tras los buenos ratos invertidos en sus manualidades y lo que le ha gustado a todos los visitantes, no duda en que para las próximas Navidades volverá a hacer algo parecido.
«A ver si otro año, con más tiempo, hago más cosas y mejor», sentencia. Además, añade que lo cambiará completamente o, al menos, hará «algo nuevo» en el que quizás incluya algún elemento mecánico, como a él le gusta. «A ver lo que nos sale, algo me saldrá», comenta entre risas.
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