La vaca romera volverá a correr por La Gallega para recuperar las tradiciones de Carnaval

Uno de ellos es La Gallega, un pueblo burgalés de unos 44 habitantes donde un grupo de vecinos y oriundos se ha molestado en recuperar estas tradiciones de las fiestas de Carnaval. No solo recuperan la vaca romera, también se escucharán los cánticos del gallo.

La vaca romera es una tradición conocida en esta zona de la provincia de Burgos, al igual que en otros puntos de la geografía española. Este grupo de gente de La Gallega se ha molestado en recuperar, para las fiestas de Carnaval, esos actos y tradiciones que sus mayores sí recuerdan haber vivido.

Para ello se han construido dos vacas romeras. Un armazón de madera y tubos cubierto por sábanas y colchas y con más adornos, además de los cencerros y cuernos propios de una vaca. Así, esta simulación de una vaca es portada por una persona que se encarga de perseguir y mochar al resto.

Recuerda Francisco Peñas, alcalde del pueblo, que en el pasado un vecino pegaba un tiro al aire, simulando haber matado a la vaca, y con las botas de vino se simulaba la sangre de la misma. Vino que, posteriormente, se repartía entre los presentes.

Esta persecución carnavalesca tendrá lugar el sábado a las 12.30 horas en la plaza Mayor del pueblo.

Pero no solo se recuperan las vacas romeras. Los cánticos del gallo también se escucharán el sábado por la mañana en La Gallega. Se trata de una tradición en la que los mozos tenían que coger un gallo y otros impedirlo. En el pasado se mataba al gallo y durante esos momentos los chavales del pueblo recitaban y cantaban versos. Son estos cánticos los que el sábado volverán a escucharse en La Gallega.

Después se celebrará un almuerzo y, por la tarde, a las 19 horas, es el momento de la gran fiesta de disfraces.

El origen del Carnaval puede que no sea una gran inquietud ni tenga relevancia para disfrutar de la fiesta. Ya sea una extensión de los ritos de adoración a Saturno (Saturnales), de las fiestas en honor a Baco o al buey egipcio Apis en Egipto o sean un pase festivo y colorido a la Cuaresma, lo que está claro es que es un momento de distensión, de libertad, de colorido y socialización. Un momento en el que los vecinos disfrutan de un tiempo de diversión con comida, bebida, música, baile, imaginación y disfraces, un paréntesis en los largos días de invierno.