Imagen utilizada para el crowdfounding por las exclarisas de Belorado. Change.org

La última maniobra de las monjas cismáticas de Belorado que busca el apoyo popular

Su representante y jefe de prensa, Francisco Canals, ha abierto una cuenta en la plataforma change.org en la que solicita apoyos de la gente con el lema: «Salvemos a las Monjas de Belorado»

Sábado, 1 de febrero 2025, 12:46

Las religiosas del convento de la Bretonera de Belorado han iniciado una nueva campaña de apoyo a su causa a través de la recogida de firmas en la plataforma Change.org. Una campaña iniciada por su responsable de prensa, Francisco Canals, que busca limpiar la imagen que las díscolas con Roma iniciaban un 13 de mayo del año pasado con su salida de la Iglesia Católica. Añadido a la recogida de firmas va un comunicado en el que se afirma que se «enfrentan a un posible desahucio».

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El texto que acompaña a la recogida de firmas busca la compasión con frases como «¿Cómo podemos permitir que sean despojadas de su hogar?». Y alude a los derechos que las asisten: «Queremos que se respeten sus derechos y que se encuentre una solución justa que les permita seguir viviendo en el convento que con tanto esfuerzo han mantenido».

Describe a las exreligiosas como mujeres que «se dedican a la oración y vida en comunidad y que han servido con amor» y entrega durante casi 700 años -se entiende que ellas y sus predecesoras- y ahora se ven amenazadas con perder el lugar donde han vivido durante años. Hace referencia a la demanda de desahucio que pesa sobre las monjas cismáticas de Belorado.

No son pocas las iniciativas que han impulsado con el objetivo de mejorar su imagen y de aliviar sus deudas económicas, la más llamativa el pasado mes de enero con el lanzamiento de un disco.

El comunicado adjunto a la recogida de firmas dice que el convento de Belorado no es solo un edificio, «es un símbolo de fe, tradición y servicio. Sus muros han acogido a generaciones de religiosas que han dedicado su vida a la espiritualidad y la ayuda a los demás». Y eleva el alegato con la contundencia de la frase: «¿Cómo podemos permitir que sean despojadas de su hogar?».

El líder espiritual

A escasas semanas de que su líder espiritual, Rodrigo Henrique Ribeiro Da Silva, inicie su particular misión y abandone una vez más a las exclarisas llega esa recogida de firmas que persigue el objetivo que se marcaron al contratar a su jefe de prensa: Limpiar su imagen pública, muy deteriorada no ya por su salida de la iglesia y su insistente afirmación de que está todo el mundo contra ellas.

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Así que, por unos meses, este de febrero que se inicia este sábado y el de marzo próximos, las bretoneras se quedan sin su guía espiritual. Da Silva Ribeiro estará de visita pastoral en Brasil. La Sociedad Sacerdotal de San José a la que pertenecen este supuesto obispo y otras personas como el seminarista Paulo Roberto Calvacante Junior, un joven que se define en su muro de Facebook como contra-revolucionario y carlista y aferrado al sedevacantismo y vivir en Belorado, al abrigo de las bretoneras y del supuesto obispo de las exclarisas.

Pero Ribeiro quiere que esa visita pastoral la paguen los fieles. Aseguran que están «organizando una serie de actividades y eventos que requieren esfuerzos conjuntos y recursos materiales». Entre las acciones se encuentran las celebraciones litúrgicas, reuniones comunitarias y momentos de formación en diversas capillas y regiones, encuentro y retiro del clero y visitas a sus nuevas misiones y los nuevos sacerdotes que conforman la Sociedad.

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Da Silva Ribeiro iniciaba una campaña de recaudación de dinero a través de 'GoFundMe', una plataforma para recaudar fondos por internet. Lo hacía con la intención de adquirir una propiedad situada a 20 kilómetros en coche de la ciudad de Burgos. Se ubica a 1,5 kilómetros al norte del pueblo de Villandiego, pedanía de Sasamón. Junto a la carretera que une la primera localidad con Olmillos de Sasamón se encuentra el despoblado de Grajera, allí se encuentra ahora esta finca que fue una granja particular con iglesia denominada La Rosaleda de San Nicolás, el mismo nombre que recibe la ermita.

Desde entonces, no han movido ficha y el inmueble espera un nuevo inquilino.

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