Los trámites y los altos costes, trabas para los emprendedores rurales de Burgos

Así lo estima 'La realidad del medio rural burgalés: tejido productivo, cooperativo y social', un estudio realizado por la asociación Ábrego. Por medio de entrevistas, los asociados han realizado una radiografía de cómo se mantienen los proyectos sostenibles de la provincia. Para ello, han hecho una revisión bibliográfica y se han entrevistado con diez productores de Burgos.

En concreto se han estudiado cinco sectores económicos asociados al medio rural: ganadería extensiva, agricultura ecológica, procesamiento de alimentos, turismo rural sostenible y la bioconstrucción. La primera conclusión a la que Ábrego ha llegado es que la provincia de Burgos reparte algunos oficios según zonas: en el norte los proyectos ganaderos y en el sur los agrícolas de secano.

Otra de las conclusiones a la que llega el estudio es que «la mayoría de los proyectos nacen como asociaciones». Sin embargo, con el paso del tiempo estas pasan a formarse como empresas o personas autónomas. Sin embargo, se inicie el negocio como se inicie, se suelen enfrentar a dificultades comunes.

Por ejemplo, la excesiva burocratización es una de estas trabas. Los exhaustivos controles, el papeleo... Son cuestiones de las que otros profesionales, como el exganadero José Nieto, también se quejan. Asimismo, los grandes costes iniciales para dar comienzo y mantener el proyecto económico también son una piedra en el zapato de estos emprendedores rurales.

Por último, Ábrego también cita las dificultades generales para acceder a la tierra y a los recursos. Vuelven a este punto los abundantes trámites administrativos; bien sea para pedir permiso para excavar un pozo o para encontrar a los numerosos herederos que a veces ostentan una sola parcela que se pretende cultivar.

Sin embargo, emprender en el medio rural de Burgos no sólo tiene aspectos negativos. Ábrego también recoge en su estudio algunas virtudes con las que cuentan estos proyectos sostenibles, como por ejemplo, si la persona que lo inicia recibe una herencia o el traspaso de un negocio.

Otra de las ventajas son las redes de apoyo. Mediante estas, los productores rurales pueden comenzar sinergias y colaborar en nuevos modelos de negocio. Por ejemplo, una casa rural que venda miel de un apicultor cercano u ofrezca paseos a caballo en la granja próxima.

Asimismo, estas redes también sirven a los productores como un apoyo en todo momento, tanto en lo profesional como en lo personal. Los vínculos también repercuten en la actividad económica. Además, en estas redes también se pueden desarrollar nuevas «ideas y proyectos innovadores vinculados a las necesidades reales del entorno».

Las personas detrás de los proyectos rurales estudiados por Ábrego conocen sus fortalezas, sus limitaciones y cómo se podrían solucionar. Por ejemplo, una de ellas sería la necesidad de un «mayor apoyo económico», como exenciones fiscales a las actividades productivas tradicionales y medioambientalmente sostenibles.

Esta iniciativa también podría completarse con un respaldo financiero de instituciones públicas y empresas, o el respaldo con materiales y bienes que puedan «cederse, compartirse o donarse». Asimismo, según el estudio también se requeriría una «mayor sensibilización» social respecto a los proyectos sostenibles: que el consumidor sepa qué compra y el porqué de su precio puede hacer que los proyectos reciban más apoyo y clientes.

El último pilar sería la «urgencia de un nuevo relevo generacional», ya que muchas explotaciones se están perdiendo por la falta de nuevos trabajadores. En este caso, las redes de apoyo también podrían funcionar para buscar emprendedores o alternativas para que estos oficios no se pierdan.

Además de su estudio, Ábrego también presentó otros tres proyectos que han llevado a cabo como asociación a lo largo de 2023. El segundo fue el documental 'La generación de la regeneración', en el que aparecen tres de los proyectos del estudio. En el metraje se muestra la visión sostenible de estas iniciativas, que ofrecen posibilidades de repoblación del medio rural más respetuosas con el entorno.

El tercer proyecto de Ábrego ha includo varias formaciones en las que los asistentes conocían de primera mano la realidad del medio rural. Viticultura, quesería, llevar una huerta o construir un gallinero han sido los proyectos, llevados a cabo con la colaboración de otras asociaciones que trabajan con personas en riesgo de exclusión social.

Por último, Ábrego ha intentado trabajar directamente con productores del medio rural burgalés. Han llevado a cabo foros de producción donde más de 50 personas han participado tejiendo una red donde han puesto en común las necesidades del sector y buscar soluciones de forma conjunta.