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La provincia de Burgos cuenta con iniciativas y ejemplos surgidos para impulsar el teletrabajo en sus pueblos. El trabajo asienta población y el poder hacerlo en remoto posibilita nuevos pobladores para los pueblos. Diversos estudios y realidades revelan el impacto positivo de esta modalidad en ... la repoblación y la calidad de vida, a pesar de que hay que seguir avanzando para superar algunos desafíos como la cobertura, el acceso a la vivienda o determinados servicios del medio rural.
En la provincia de Burgos encontramos varios ejemplos de proyectos que buscan atraer a teletrabajadores a los pueblos. Uno de ellos es el de los espacios de coworking o trabajo compartido, promovido por Agalsa y los ayuntamientos de Pineda de la Sierra, Pradoluengo y Atapuerca.
Javier Ruiz es el técnico de empleo y emprendimiento de Demanda Coworking Rural. Su figura, como un mediador entre la zona y los futuros repobladores, como él los llama, es clave. Se encarga de promocionar la zona en redes, en publicaciones, en ferias, dar a conocer la Sierra de la Demanda como un espacio de oportunidades. Además, asesora y acompaña en su proyecto a las personas que llegan. Él trabajo junto a la técnica de vivienda, encargada de la tarea de buscar alojamiento.
Este proyecto de coworking surgió antes de la pandemia, pero llegó la covid-19 y no se pudieron abrir. La pandemia de la covid-19 ha supuesto un punto de inflexión para el teletrabajo en la mayoría de los casos, según relata Ruiz y según ha podido comprobar BURGOSconecta al hablar con teletrabajadores que han optado por el medio rural burgalés para vivir una vez que han optado por el teletrabajo.
«Aún así, antes de la pandemia ya habíamos identificado que el teletrabajo y los espacios colaborativos estaban aumentando. Crecían para ofrecer a los emprendedores rurales un espacio colaborativo para trabajar y alimentarse unos de otros, además de contar con la figura del constructor de comunidad que sería yo, que lo que hay es ser mentor, poner en contacto a empresas, emprendedores, organizaciones que se necesitan para su desarrollo», explica este técnico. «Lo que ocurre es que en el medio rural no hay tanto emprendedor, pero apreciamos, después de la pandemia, que esas personas que tenían un vínculo con el territorio y se les permitía teletrabajar ya querían quedarse en su pueblo y prolongar sus estancias más», asegura Ruiz.
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Y ahí está el origen de estos espacios de trabajo conjunto. Ahora ya se puede hablar de «repobladores y de personas que están viniendo a teletrabajar al medio rural de Burgos para asentarse. Tenemos el caso de una pareja que vivía en Martorell y estaban cansados de pagar un alquiler elevado por la vivienda y por el espacio de coworking. Entraron en contacto con Agalsa y con el Ayuntamiento de Pradoluengo y llevan aquí desde octubre», ejemplifica Javier Ruiz.
El Ayuntamiento de Pradoluengo, por ejemplo, es una entidad muy activa en cuanto a la búsqueda de repobladores, participan en el programa Holapueblo. Una plataforma cuyo propósito es conectar a personas interesadas en instalarse en el medio rural e implantar su proyecto laboral y vital.
Otro ejemplo es una familia italiana que está en camino para asentarse en Pradoluengo con tres niños. Los padres son enfermeros y pasan consulta online para empresas. Javier Ruiz también se encuentra buscando trabajo a otro chico de Alicante que quiere asentarse en el territorio. Igualmente, no ha dejado de asesorar y seguir apoyando a la pareja de Martorell que se asentó en Pradoluengo en octubre, ese trabajo de acompañamiento en el territorio también es clave.
Todos ellos contactaron con Agalsa. Su trabajo en la despoblación es activo, están presente en redes, en grupos y comunidades online, hacen publicaciones constantes, acuden a ferias y quedadas. El objetivo de este trabajo es dar visibilidad al territorio de la Sierra de la Demanda como un buen sitio para vivir y desarrollarse. «Aquí existen los recursos adecuados para que la gente se desarrolle profesionalmente, en teletrabajo o en emprendimiento. El caso es que vengan, que trabajen desde casa o en los espacios de coworking, pero que vengan», explica Javier Ruiz.
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Aythami Pérez Miguel
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Así, con un trabajo que se prolonga en el tiempo y es constante han conseguido que una familia italiana sepa de la existencia de esta zona burgalesa y opte por ella como destino para asentarse. «Otra pareja lo hizo hace un año, ella trabaja en ciberseguridad desde el pueblo», recuerda Ruiz, quien asegura que han notado «un aumento muy grande del interés por asentarse en el medio rural burgalés para teletrabajar».
Y así van avanzando estos espacios de coworking porque se aprecia que el teletrabajo es una oportunidad para el futuro de los pueblos. La Revilla, otro pueblo burgalés, se ha interesado por abrir un espacio pequeño de coworking, por ejemplo. Además, en breves se abrirá otro espacio de trabajo colaborativo en Villasur de Herreros. «Hay un espacio identificado y tenemos el visto bueno del Ayuntamiento. Estamos a falta de poner los carteles, pintar y ultimar detalles», asegura este técnico.
En la búsqueda incansable por atraer gente al medio rural burgalés, desde Agalsa se está trabajando el concepto de 'workation', un término que se compone de dos palabras en inglés: work (trabajo) y vacation (vacaciones). En esta modalidad, los trabajadores tienen la posibilidad de trabajar en lugares que suelen ser destinos vacacionales. «Hay veces que en una familia no todos se pueden coger las vacaciones en las mismas fechas, pero uno de ellos puede teletrabajar en horario de mañana y apuntarse a los planes por la tarde, por ejemplo. Así que estamos impulsando los espacios de coworking para estos casos. Al final y al cabo son también pernoctaciones y estancias en la Sierra de la Demanda», apunta Javier Ruiz.
Uno de los problemas que encuentran los nuevos pobladores es el de la vivienda. En el medio rural hay viviendas en venta, pero menos en alquiler, según apunta este técnico. Pero quien acaba de llegar a un lugar no suele lanzarse a comprar, primero quiere conocer la zona y comprobar si encaja allí y se le encaja a la persona. «Lanzarse a comprar algo en un pueblo que no conoces es arriesgado, pero a la hora de comprar hay muchas opciones. Pradoluengo, por ejemplo, tiene pisos en venta por hasta 18.000 euros», asegura Ruiz.
Para repoblar hay que tener vivienda, no solo basta con el empleo. Así que el trabajo de este técnico de empleo y emprendimiento se ve completado con el de su compañera, una técnica de vivienda que trabaja exclusivamente en este tema. «Tiene que ir todo casado, teletrabajo con ayuda en la búsqueda de vivienda, un pueblo con infraestructuras y servicios y el apoyo institucional».
El medio rural español cuenta con un 42% de municipios amenazados por la despoblación. Conocida como la España vaciada o despoblada, la falta de oportunidades laborales es una de las principales causas. La provincia de Burgos sufre esta situación y la Diputación, a través de Sodebur trabaja en 'Repuebla' que considera la digitalización una oportunidad para revertir la despoblación y apuesta por el teletrabajo para combatirla. Cuenta con la colaboración de la Universidad de Burgos (UBU) y la Federación de Asociaciones de Empresarios (FAE).
El pequeño pueblo burgalés de San Miguel de Pedroso es otro ejemplo. Allí se encuentra el espacio de 'coworking' o de trabajo colaborativo que ha montado la asociación El Priorato en la casa museo etnográfico del pueblo. El proyecto nació desde el momento en el que se instaló internet en el museo. Aprovecharon la oportunidad para que quien quisiera acudir allí a trabajar pudiera hacerlo. Estos meses de junio, julio y agosto ha habido entre seis y siete personas trabajando allí y continúa también la demanda del espacio en el resto de estaciones.
A nivel nacional ha surgido la Red Nacional de Pueblos Acogedores para el Teletrabajo, una iniciativa impulsada por la Red Eléctrica de España, Booking y El Hueco. Al igual que la iniciativa Holapueblo, que apoya a los emprendedores para instalarse en municipios rurales con el objetivo de contribuir a la reactivación económica de las comunidades rurales. Esta iniciativa ofrece alojamientos, espacios de trabajo compartidos y una persona anfitriona por pueblo, buscando hacer de los pueblos destinos atractivos para el teletrabajo. Una línea similar a la seguida por el proyecto Arraigo, que acompañan y asesoran a los que buscan asentarse en el pueblo y a los propietarios de viviendas rurales.
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