Síndrome de inmersión, la causa oculta tras muchas de las muertes por ahogamiento en Burgos

Burgos no es de las provincias de España con mayor número de personas muertas por ahogamiento en verano. Cada caso es una noticia trágica y, en algunos casos, se puede evitar ponernos en peligro siguiendo algunos consejos.

Desde 2022 han muerto en la provincia de Burgos en ríos y piscinas cinco personas. Una falleció ahogada en un río en 2022. En 2023 murieron dos: una en un río y un niño en las piscinas de Poza de la Sal y en lo que va de verano de 2024 han fallecido dos jóvenes más: uno en el pantano del Ebro, en Arija, y este martes otro joven en una zona de baño en el río cerca de Valdenoceda.

Según los datos recogidos en el Informe Nacional de Ahogamientos (INA), que elabora la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, julio no ha sido un buen mes a nivel nacional. Ha sido el tercer peor julio en ahogamientos en los últimos diez años. El número de muertos por ahogamiento se eleva a las 291 en los espacios acuáticos españoles desde comienzo de año, 93 solo en el mes de julio. Esto deja una media de tres fallecimientos al día.

El síndrome de inmersión o de hidrocución ocurre cuando el cuerpo entra en contacto con agua fría de forma repentina, de esta forma, se producen cambios en la presión arterial y en la frecuencia cardíaca.

Las primeras noticias por muertos en ríos y pantanos o zonas de baño llegan como fallecimientos por ahogamiento, pero desde la Guardia Civil, cuerpo que actúa en estas intervenciones, confirman que «gran parte de las muertes que primero se anuncian como ahogamientos se producen por el síndrome de inmersión, por esa diferencia tan grande entre la temperatura corporal y la del agua».

Una de las dos muertes que ha registrado Burgos en zonas de baño ha sido, precisamente, por esta causa. Fue la del joven fallecido en el embalse del Ebro, en Arija. «El aviso llegó por ahogamiento, fue lo que se dijo en un principio, pero la autopsia confirmó que fue por ese síndrome de inmersión o hidrocución», confirman desde la Guardia Civil.

El segundo suceso ocurrido este verano ha sido, en cambio, porque el joven no sabía nadar, se encontraba en una zona en la que hacía pie, pero la corriente lo acabó llevando a una poza o a una zona en la que cubría más y no pudo salir, explican desde la Guardia Civil de Burgos.

En ambos casos, hay algunas conductas que se pueden adoptar para evitar estos finales trágicos.

El problema es que, si ocurre, «cuando nos llaman, hay muy poco margen de maniobra», señalan desde la Guardia Civil. La actuación de salvamento debe hacerse inmediatamente. Y en la provincia mucha gente aprovecha ríos y pantanos para bañarse, lugares en los que no hay vigilancia ni salvamento. «En estos lugares hay que tener mucho cuidado con las pozas, la corriente, el desnivel y, lo aconsejable, es bañarse siempre acompañado», piden desde la Guardia Civil.

Es cierto que, en la provincia de Burgos, hay pocas zonas naturales habilitadas para el baño, pero también es cierto que todos conocemos en el pueblo algún lugar para bañarnos en el río y pantano cercano. La Guardia Civil no suele interponer denuncias por bañarse en estas zonas a no ser que haya muchas quejas o incidencias, pero también hay que tener en cuenta que, en estos casos, nos bañamos bajo nuestra responsabilidad y hay que extremar el cuidado.

En la provincia de Burgos, los dos últimos fallecidos en zonas de baño son jóvenes y procedentes de Vizcaya. El muerto esta semana era un joven de 25 años de Portugalete. El fallecido a primeros de agosto era un adolescente de 17 años, de origen gambiano, que estaba de campamento con otros compañeros de un centro de menores tutelado de Loiu, también en Vizcaya, a unos 17 kilómetros de Portugalete. Las Merindades son zona de veraneo y de visita para los vecinos del País Vasco.

A nivel nacional, destaca que gran parte de los ahogados son hombres. Las muertes de varones por ahogamientos son muy superiores a la de las mujeres.

En cuanto a la franja de edad a la que más se sufren estos incidentes, destaca la de 55 a 64 años y también la de 65 a 74 años.

En la procedencia de los ahogados también hay un dato claro, la gran mayoría son españoles.

Igualmente, se puede afirmar que la mayoría de los ahogamientos en zonas de baño de España se producen en las playas.

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