Riocavado: de tener cinco bares a pagar para que se abra uno

Hoy ya no puede darse a la mejor oferta porque o se paga para abrirlo o nadie lo va a arrendar. «El invierno es muy malo, pero si se trabaja bien, se saca rendimiento», apunta Florentino, un vecino del pueblo, que cuenta con 56 empadronados. Recuerda que a lo largo de estos meses «habrá unas diez batidas de caza» y los cazadores regresan a comer a Riocavado tras su actividad porque el monte está al lado.

El pueblo está dentro de la reserva regional de caza de la Sierra de la Demanda y a lo largo del año sus bosques propician que sea un lugar privilegiado para la gestión de la actividad cinegética. De hecho, el municipio gestiona los permisos de caza mayor para las capturas de corzo, ciervo y jabalí y de la becada en caza menor.

«Se pueden dar no sólo cafés que, date cuenta», relata Florentino, «cincuenta cafés no se dan en muchos bares en Burgos». La realidad es «que si se le cuida bien al cliente lo tienes siempre», apunta Teodora, concejala del Ayuntamiento de Riocavado. En un lugar como este, que está apartado, lejos de una población grande, hacerse con una parroquia fiel es importante; «y tratar como es debido a la gente», subraya.

Ha corrido como la pólvora la información de BURGOSconecta sobre la oferta de bar y vivienda gratis en Riocavado, y la realidad es que se han interesado muchas personas por la oportunidad de regentar un negocio en el medio rural. «Claro, es que es muy atractiva la oferta», apunta Florentino. El alquiler del local es gratuito y su contrato será de un año, prorrogable por otros cuatro. El Ayuntamiento se hace cargo de todos los gastos excepto de la luz. Y para mejor satisfacer a quien lo arriende, sufragará con hasta 400 euros mensuales el alquiler de una vivienda para la persona que regente el bar.

De la mejor oferta de 2010 a pagar por explotar el bar. «Es que es necesario. Es nuestro lugar de recreo», apunta Florentino, que no duda en reiterar que «si en un pueblo falta el bar, se ha muerto. Es imprescindible». Además, el vecino insiste en que quien lo explote «tiene que ser serio y ofrecer lo que el pueblo le pide». Experiencias pasadas no han sido del todo agradables y, por eso, vecinos y autoridades prefieren esperar y elegir bien.

Por otra parte, Servando Martínez coincide con sus vecinos. Él tiene una casa en Riocavado, a la que acude con su mujer, Nico, durante los fines de semana y el verano. Para él, también es importante que exista un lugar en el pueblo que permita la convivencia a la gente de Riocavado, además de un sitio de encuentro con visitantes, cazadores, senderistas y turistas.

El pueblo ha despertado con niebla este viernes, pero pronto el sol ha ganado espacio a las nubes y a mediodía lucía con fuerza, a medida que calentaba las calles serranas. Con el viento en calma, se estaba muy a gusto en la presa del río Valdorcas. Las vistas del paisaje, extraordinarias. La mezcla de colores en las laderas, una pintura expresionista.

El camión supermercado hace sonar el claxon y aparece en la plaza. Acuden varias personas a aprovisionarse de pescado, fruta, carne o mermeladas para el desayuno. Por la calle de acceso a la sociedad recreativa sube con la llave Teodora, quien, estos días y hasta que se encuentre quien regente el local municipal, hace las veces y abre de 13:00 a 15:00 «para tomar un vino». «En un pueblo en el que somos cuatro, mejor llevarnos bien», explica Florentino.

«Había dejado abiertas las ventanas hace una hora para ventilar el recinto. Ahora es el momento de cerrarlas. Entramos con ella en el bar: hermoso, limpio, acogedor. Listo para abrirse. Florentino confiesa que es uno de los mejores momentos: «A la una venimos los hombres, tomamos un vino y abrimos una lata»; es un rato de convivencia, de charla, de compartir las cosas del día a día.

«A lo mejor hemos dado una vuelta por el monte y, a la una, al bar». Lo abre el Ayuntamiento para los vecinos aunque no haya concesionario. Ellos mismo se sirven. «¿Quieren ver la cocina?». Grande, totalmente equipada. Ideal para preparar comidas y cualquier otro evento.

«Luego, por la tarde de seis a ocho y media, se juntan las mujeres», apuntan. La partida de tute, brisca, chivirrín o lo que se tercie. Porque en los pueblo la gente es mucho de cartas; de juego recreativo y de algún que otro pique, que de todo habrá.

Lo que preocupa a la gente de Riocavado de la Sierra -seguramente a muchos les pasa igual – es el estado de semiabandono que las administraciones públicas tienen hacia las pequeñas localidades. Y es que los votos de esta gente, por mucho que sean iguales a los de una ciudad grande, no suman lo suficiente para que se acuerden de ellos.

Y como muestra varios botones: por ejemplo, el transporte público es inexistente, la red móvil muy deficiente; la televisión llega con cuentagotas y hay canales que no se ven; la fibra óptica ha aislado y bordeado a Riocavado y no llega a las casas. «Menos mal que aún viene el médico cada 15 días y una enfermera cada semana, eso lo hemos mantenido», dice con cierta sorna Florentino.

Mientras tanto, el pueblo sigue recibiendo ofertas por su bar. Si alguien se anima, el Ayuntamiento recogerá peticiones hasta el 29 de noviembre.