Revolución en un pueblo de Burgos por una futura macrogranja que podría afectar a su agua

Los pueblos de Burgos no quieren ser sedes de macrogranjas, plantas de biogás o ver sus paisajes afectados por los aerogeneradores que afectan sus recursos. Fuentemolinos, en la Ribera del Duero, es uno de estos municipios en los que sus vecinos pretenden frenar la instalación de una macrogranja de cerdos, por el miedo a que contamine su agua, afecte a la fauna local y a la vida de sus vecinos en general.

Este pueblo celebraba este fin de semana las fiestas patronales con un tema de conversación en el aire: la instalación de una macrogranja de cerdos en su término municipal. Esta tendría 1.999 cabezas, aunque con previsión de aumentar su capacidad, algo que asusta a los 99 habitantes censados de Fuentemolinos y a todos los que acuden al pueblo los fines de semana y en vacaciones.

El alcalde de la localidad, Sergio Martínez, celebraba el viernes 23 de agosto una reunión para explicar en qué punto se encuentra la instalación de la macrogranja. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha dado la razón al promotor y, por tanto, puede ponerla en pie. Una decisión que a los vecinos no ha gustado y que ha propiciado la creación de una plataforma ciudadana para luchar contra la instalación de la macrogranja.

Ya el sábado 24 de agosto, unos 300 vecinos y visitantes de Fuentemolinos realizaron una manifestación por las calles de la localidad burgalesa y realizaron una recogida de firmas. Niños, adultos y ancianos portaban pancartas en las que se mostraban mensajes contundentes en contra de la instalación: «¡No a la macrogranja!», «La avaricia rompe el saco»; «Los niños queremos un pueblo limpio» o «Fuentemolinos es nuestra casa. No queremos macrogranjas de cerdos».

Otro de los carteles rezaba «El vino se contamina», dado que Fuentemolinos está enclavado dentro de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Una denominación que ya ha expresado en reiteradas ocasiones su oposición a la instalación de macrogranjas en esta zona, además de contra las plantas de biogás, como la que pretenden construir en Milagros, otro pueblo en lucha contra su puesta en marcha.

La plataforma vecinal de Fuentemolinos no pretende parar en su empeño por detener la construcción de la macrogranja en su terreno municipal. Por ello, ayer recogieron firmas en su contra y elaboraron un manifiesto para dar a conocer su problemática a las administraciones.

En el escrito explican su «profunda preocupación y la más enérgica repulsa» a la construcción de la instalación. Señalan que la macrogranja pondría en riesgo el manantial, la fuente del pueblo. Asimismo, también podría mermar el acuífero del páramo de Corcos, del que beben Fuentemolinos y otros pueblos cercanos como Adrada de Haza.

Por otro lado, la instalación podría afectar a aves en peligro de extinción que habitan estos lugares, como la avutarda o la alondra ricotí. También se vería influido el tránsito de vehículos en el municipio, que sólo cuenta con una carretera de acceso, además de los olores.

Por último, los vecinos de Fuentemolinos ponen el foco en la reversión económica de la macrogranja. Señalan que esta es «escasa o nula» y que afectaría a agricultores de la localidad. Asimismo, llaman a los propietarios de parcelas aledañas a la macrogranja, que aún no está construida, a que no pongan a disposición de su propietario más terrenos.

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