Los pueblos de Burgos buscan juez de paz, figura en riesgo de desaparición

Estas localidades deben cubrir los cargos de juez de paz titular o sustituto. Una designación directa. Pineda de la Sierra es otro de estos pueblos que ahora mismo está a la búsqueda de juez de paz, en su caso, sustituto. Hay un juez de paz titular que asumió la responsabilidad después de que el hombre que había desempeñado esta función durante muchos años lo dejara. La edad fue uno de los principales motivos por lo que este vecino de Pineda ya no quería seguir siendo juez de paz, así que asumió el cargo otro vecino más joven.

Como se apunta desde al Ayuntamiento de Pineda, «sí cuesta encontrar quien quiera ostentar la responsabilidad de ser juez de paz. Sobre todo, ocurre porque el envejecimiento es una realidad en los pueblos. Con el aumento de la edad, los vecinos buscan más tranquilidad, menos compromisos», explican.

La marcha de la población joven también afecta. En el caso de Pineda de la Sierra, el cargo de juez de paz sustituto está vacante porque la chica que lo ostentaba anteriormente se ha mudado fuera del pueblo. Lo ha hecho por las exigencias formativas. «Se ha marchado a estudiar fuera y no va a estar tan pendiente de los asuntos del pueblo. Si da que el titular está ausente o necesita que le cubran, no va a poder hacerlo con total disponibilidad, por ello, por responsabilidad, dejó el cargo», explican.

En la provincia de Burgos, según datos del Tribunal Superior de Justicia, existen 364 Juzgados de Paz. Hasta el 2018, el Instituto Nacional de Estadística se encargaba de registrar los asuntos que estos juzgados de paz ingresaban y resolvían. Aunque no es la cifra más actual, una evaluación desde 2008 hasta 2018 refleja cómo han disminuido los asuntos resueltos por los juzgados de paz. Su actividad ha ido disminuyendo, principalmente, por la pérdida de población del medio rural.

Los juzgados de paz de la provincia de Burgos resolvieron en 2008 6.552 asuntos penales y 8.059 asuntos civiles. En el 2018, diez años después, habían resuelto 4.567 asuntos penales, un 30,3% menos, y 4.824 asuntos civiles, un 40,1%.

Pero es una figura que se ha puesto en cuestión desde hace unos años. Existe un Proyecto de Ley de Eficiencia Organizativa que hace un año planteaba la reforma de la administración de justicia en todos sus ámbitos. Entre los cambios que se plantean está la evaluación de los juzgados de paz a oficinas de justicia más modernas en los municipios.

Se explica que esta ley busca dar respuesta a la necesidad actual de evolucionar los instrumentos de la justicia. Por ello, la intención es crear las llamadas Oficinas de Justicia en los pueblos. «Una estructura administrativa que se nutre de las actuales secretarías de los Juzgados de Paz. La oficina no solo mantendrá los actuales servicios, sino que los ampliará, aumentando su catálogo de gestiones dentro de la Administración de Justicia y acercándola a todos los municipios», según se puede leer en este Proyecto de Ley.

La figura del juez de paz desaparecería dando paso a una nueva estructura que dé respuesta a estas necesidades, pero de una forma más ajustada a las actuales demandas sociales. Se busca un servicio público de justicia de calidad mejorando los recursos humanos y materiales. También se centra en que se evite el desplazamiento de los vecinos de los pueblos para realizar gestiones ante la administración, por ello se habla de dotar a estas Oficinas de Justicia de medios tecnológicos necesarios para la práctica de actos procesales y la intervención en los mismos a distancia.

La cercanía de los jueces de paz ha sido muy valorada en los pequeños pueblos como punto de contacto de la administración de justicia en el ámbito local durante casi dos siglos. También como mediador de la resolución de conflictos de convivencia, pero la evolución del contexto social y de la justicia han llevado a que los jueces de paz hayan perdido progresivamente la mayor parte de sus competencias.

Como señalan desde Pineda de la Sierra, los asuntos que resuelve actualmente el juez de paz ya no están relacionados con esos problemas de lindes, de rifirrafes entre vecinos, ahora se limitan más al ámbito civil, del registro de fallecimientos y nacimientos, por ejemplo.

Las competencias de los jueces de paz están reguladas por ley y son principalmente tres en la actualidad. Competencias del ámbito civil de asuntos de cuantía inferior a los 90 euros. La resolución de solicitudes o peticiones de jueces para realizar actos de comunicación, función que se reduce con la transformación digital que está implantando la administración de justicia. Y, como se ha mencionado, la participación en el Registro Civil.