Poza invertirá medio millón en rehabilitar las Salinas de Rusalado

El presupuesto asciende a 489.415,95 euros. Una extensa memoria recoge los aspectos fundamentales de la explotación salinera y las actuaciones que se quieren llevar a cabo. Está elaborada por la arquitecta Eva Niño, la aparejadora Elia San Román, los colaboradores Diego Vicente y Carmen Carral más el historiador Gonzalo López Muñiz.

Unos trabajos que se van a realizar siguiendo la memoria histórica ejecutada por López Muñiz en la información recopilada en el libro 'Las salinas de Poza de la Sal', de Eduardo Sáiz. La intervención también se guiará por las recomendaciones y sugerencias aportadas por diferentes colaboradores de la asociación de Amigos de las Salinas de Poza de la Sal.

La actuación se basará en la restauración de las 'Salinas de Rusalado', o río salado, en el extremo noroeste del casco urbano de Poza. Ocupan las tres últimas plataformas en desocuparse de todas las ejecutadas en los diferentes valles del diapiro. Su cercanía al casco urbano da una oportunidad de visibilidad y fácil accesibilidad para el turismo.

En la memoria del proyecto se recoge que el conjunto está conformado por «cuatro pozos rectangulares en la plataforma inferior, un quinto ya restaurado y en uso al oeste del área de actuación y otros tres pozos en peores condiciones en la plataforma superior». Se conservan los restos de cinco eras de cemento en la plataforma intermedia, que están en mal estado, pues se encuentran cuarteadas, y otras cuatro recuperadas y en uso junto con el pozo situado al oeste.

Recientemente se llevó a cabo por parte del Ayuntamiento, en colaboración con la Asociación de Amigos de las Salinas, la reconstrucción de una choza y dos chozones de madera en esa misma zona de la actuación. Buscaba consolidar las estructuras que existían en este entorno; además, quedan restos de elementos auxiliares relevantes en el proceso salinero, tales como pingostes, arquetones o desbarciaderos.

Como consta en la memoria descriptiva, se ha considerado que la explotación de la sal en Poza podría remontarse hasta el Neolítico. Durante la época prerromana los autrigones, un pueblo de origen celta que pobló esta zona de la actual provincia de Burgos, también habrían aprovechado los surgimientos espontáneos de sal.

La existencia de varias cuencas salineras, producto del diapiro que conforma el subsuelo circundante, dio lugar a que, durante siglos, en toda la zona se llevara a cabo una importante actividad relacionada con este tipo de mineral.

«Siempre se ha vinculado el asentamiento autrigón de Salionca, situado en el cerro del Milagro, con la existencia de la sal. El propio nombre del poblado se tomó como prueba de esta vinculación. Pero las investigaciones recientes han descartado esta relación directa, aunque es evidente que los pobladores de Salionca aprovecharon la sal, aunque sólo fuera para su autoconsumo».