El Ayuntamiento de Miranda aborda las obras del nuevo aparcamiento del C.D. Casco Viejo

No transcurrirán más de dos meses y medio —plazo máximo estipulado para la ejecución de las obras— para que la calle Eras de San Juan disponga de un nuevo parking en superficie con el que el Consistorio «dará cumplimiento a un compromiso adquirido con el C.D. Casco Viejo», tal y como ratifica el concejal de Obras, Adrián San Emeterio.

Y lo hará con un proyecto que contempla la creación de ciento veinte plazas de aparcamiento entre las que se incluyen cuatro destinadas a personas con movilidad reducida, estratégicamente ubicadas junto al acceso peatonal a las instalaciones deportivas.

Con un presupuesto de 157.894,82 euros (IVA incluido), este proyecto busca mejorar las condiciones de estacionamiento en la zona. No en vano, de acuerdo con el edil, «se habilita un espacio, tanto para actividades deportivas que se celebran allí, como para el resto de la ciudadanía o cualquier evento que tenga lugar en la zona».

El área designada para el aparcamiento se encuentra en el mismo lugar utilizado en la actualidad como estacionamiento adosado al vallado que delimita el campo de fútbol. Allí se ha planificado la distribución y ordenación de los recorridos en torno a dos filas de aparcamiento centrales, que incluyen filas adicionales de plazas en el perímetro exterior del parking. El acceso rodado contará con una única entrada y salida, que coincide con la actualmente utilizada desde la calle Eras de San Juan.

La solución elegida utiliza la solera de hormigón para los recorridos del tráfico rodado y un acabado de césped estabilizado con rejilla de polietileno para las plazas de estacionamiento. De esta manera no se recogen las pluviales que se filtran directamente al terreno al colocarse ambos pavimentos sobre encachados drenantes.

En cuanto a la iluminación, se aprovecharán los báculos del alumbrado público de la calle para colocar proyectores conectados a la red de alumbrado municipal, orientados hacia el aparcamiento. Estos proyectores estarán equipados con relojes temporizadores para limitar su funcionamiento a las horas de uso de las instalaciones deportivas.