Secciones
Servicios
Destacamos
Falta de relevo generacional, cambio climático, instituciones alejadas del terreno, turistas que buscan un medio rural urbanizado, la caza… Estos cuatro hermanos de Quintana de Valdivielso, que se dedican al pastoreo y la ganadería en los montes de Valdivielso, reconocen que son muchos los ... problemas que soporta una profesión en peligro de extinción.
Llevan más de 20 años dedicándose a su rebaño de ovejas, una actividad que les permite vivir a los cuatro hermanos, pero el relevo generacional lo ven complicado. Ellos sienten pasión por lo que hacen, pero reconocen que es duro. «Aunque haga frío o calor hay que subir a atender a las ovejas», señala Carlos. Y es que ellos han optado por ser pastores, por estar con sus ovejas en el monte y así han evitado los ataques del lobo.
Pero es que la sequía también ha hecho que lleven dos años muy malos para el pasto. Un terreno que las propias ovejas se encargan de mantener. Un monte con ganado tiene menos peligros de incendios. «Cuando hay ganaderos en el monte, si pasa alguna cosa, puede avisar rápidamente. El problema de estos montes es que se están quedando sin gente», matiza Leandro. «No se valora la labor que hacemos por el monte. El ganado desbroza y mantiene este monte. La ermita está más protegida gracias a los mastines que duermen aquí. Pero las instituciones que controlan el monte están muy alejadas de él», lamenta Roberto. «Han hecho aquí una repoblación de pino cuando aquí nunca ha habido pino, por ejemplo, durante 30 o 40 años no se podrán cortar y las ovejas no pueden entrar», señalan.
Lamentan estos hermanos la falta de infraestructura en el monte y la falta de apoyo. Cuando reivindican apoyo se refieren a que se ignore una actividad como la suya que ha generado tanta riqueza en esta zona de Burgos. «Aquí siempre ha habido corrales y tenadas y ahora no podemos hacer nuevas instalaciones. Los animales tienen que estar bien cuidados y atendidos y, para ello, necesitamos esas infraestructuras. En cambio, vemos que, a los parques eólicos, por ejemplo, se les dan más facilidades», señala Leandro.
Noticia relacionada
Estos hermanos no han tenido ataques de lobos desde hace más de 20 años, pero sí han tenido muertes por el carbunco, una enfermedad infecciosa producida por una bacteria. «Cuando hicieron las obras de un parque eólico activaron la bacteria y nos produjo muchas muertes de ovejas. Tuvimos que aprender qué era eso porque no se hablaba de ello», lamenta Leandro.
Una de las novedades que han introducido estos pastores y ganaderos es realizar actividades con turistas o personas que visitan su pueblo o estos montes y quieren conocer más de ellos. «Muchos turistas quieren un medio rural urbanizado. Les molestan las ovejas, los perros. Pero lo que hacemos son actividades con ellos para que conozcan estas labores, que conozcan la realidad del mundo rural, lo que se produce y luego comen. Nos hemos dado cuenta de que hay mucho desconocimiento de nuestro trabajo», evidencia Leandro.
Y así, con paciencia y talante, van reivindicando y dando a conocer una profesión que ha sido fundamental para la provincia de Burgos, como es la de los pastores y los ganaderos extensivos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.