Exceso de nitratos y excrementos contaminan cinco acuíferos de Burgos

Estos cinco acuíferos presentan contaminación por nutrientes, sobre todo por nitratos de abonos y excrementos de animales. Esta contaminación se encuentra por encima del límite y con evolución ascendente. En cambio, todos ellos presentan buen estado cuantitativo, ya que los niveles de explotación se mantienen en parámetros óptimos.

En total, la superficie en kilómetros cuadrados afectada en la provincia por la contaminación por nutrientes es de 4.234,33 kilómetros cuadrados. El acuífero de Aranda de Duero es el más extenso de los afectados en Burgos con 2236,25 kilómetros cuadrados. Le sigue el de Castrojeriz con 1185,17 kilómetros cuadrados, el de Villadiego con 735,97 kilómetros cuadrados, el aluvial de Miranda de Ebro con 47,4 kilómetros cuadrados y el aluvial del Tirón con 29,54 kilómetros cuadrados.

Esta última reserva de agua subterránea, la del aluvial del Tirón, es el único acuíferos de la provincia que se encuentra en mal estado y se ha acogido a prórroga para intentar conseguir el buen estado más allá de 2027.

A nivel nacional, el 44 por ciento de las masas de agua subterránea se encuentran en mal estado, según los documentos de elaboración de los planes hidrológicos de tercer ciclo presentado por las distintas confederaciones hidrográficas. Según señala Greenpeace, «España ha incumplido ya el plazo de 2015, el de 2021 y corre un alto riesgo de incumplir en 2027 los objetivos ambientales fijados en la Directiva Marco del Agua».

La extensión de los 353 acuíferos en mal estado supera los 140.000 kilómetros cuadrados, lo que supone un impacto que abarca casi el 40 por ciento de la superficie total que ocupan las masas de agua subterránea en España.

La contaminación por nutrientes se debe, principalmente, a un exceso de nitratos por fertilizantes agrícolas no orgánicos, pero cada vez más a los purines de la ganadería industrial, además de otros compuestos utilizados en la agricultura. Este es uno de los impactos más extendidos.

Los impactos que sufre el agua subterránea por la contaminación por nutrientes suponen una presión o presiones que alcanzan en España un nivel que supone un riesgo en los objetivos medioambientales.

En este punto aparece el impacto de las macrogranjas. La ganadería industrial tiene un impacto significativo en las masas de agua subterránea, «especialmente allí donde se ha impulsado sin atender a los riesgos de su concentración ni al efecto de situar las explotaciones en suelos muy permeables y, por tanto, de mayor riesgo para los acuíferos», señalan desde Greenpeace.

Los principales problemas de las masas de agua subterránea de la cuenca del Duero tienen que ver, principalmente, con el sector agrícola y ganadero, tanto la contaminación por nitratos, como la sobreexplotación debida al alto nivel de las extracciones en la zona central de la cuenca.

La Confederación Hidrográfica del Duero reconoce a Greenpeace que no se ha conseguido disminuir significativamente la alta concentración de nitratos. Incluso han aumentado en algunas zonas. Hay tres nuevas masas de agua subterránea en mal estado químico por nitratos respecto al Plan Hidrológico anterior.