Cómo se convive con agua no potable por exceso de nitratos en una comarca burgalesa

El día que acudimos a la zona, según los datos del Servicio de Información Nacional de Agua de Consumo (SINAC) los valores indicaban que en Hermosilla los niveles estaban en 60 mg/l, en Los Barrios de Bureba el nivel era de 55 mg/l, en Solduengo estaban en 140 mg/l, en Terrazos en 57 mg/l y en Las Vesgas en 140 mg/l.

En Hermosilla, por ejemplo, Ricardo del Olmo concluyó el año pasado la construcción de una casa rural de ecoturismo. «No puedo ofertar una vivienda de ecoturismo con unas aguas contaminadas», explica. Por ello, tuvo que instalar un equipo de osmosis inversa para que los inquilinos puedan beber agua del grifo con toda seguridad.

«Este equipo quita los nitratos y otras sustancias, lo que hace que el agua sea verdaderamente potable y se puede usar para beber», explica. La instalación de este equipo supuso un pequeño desembolso extra pero Ricardo explica que, cuando supo los niveles de nitratos en el agua de su pueblo, asumió que tendría que hacerlo. «Sube el precio pero estaba dentro de mis cálculos. No puedo dejar una vivienda que pueda crear un problema, por mi conciencia ética», añade.

Este sistema de osmosis inversa está instalado debajo del fregadero. De él parte una tubería que lleva agua a un grifo especial. En este caso el fregadero cuenta con dos grifos. Por uno sale agua sin tratar, con elevados niveles de nitratos pero que sirve para limpiar, lavar o fregar. Por el otro grifo sale el agua tratada que se usa para beber y cocinar.

Los vecinos de Hermosilla saben que el agua del grifo de su pueblo no es adecuada para el consumo. Los nitratos que se ingieren en el agua se transforman en nitritos cuando pasan por el sistema digestivo. Fruto de este proceso la hemoglobina se convierte en metahemoglobina, una sustancia que evita que el oxígeno llegue correctamente a la sangre. Además, los nitratos también pueden formar compuestos que son potencialmente cancerígenos, como las nitrosaminas.

Muchos de los vecinos compran agua embotellada. El problema es que el pueblo es pequeño, Hermosilla es una pedanía de Oña, y para adquirir las garrafas hay que desplazarse a Oña o Briviesca. En este caso, el Ayuntamiento no proporciona garrafas como sí se hace en Los Barrios de Bureba.

En la comarca apuntan a los fertilizantes químicos, estiércol o compost procedentes de la actividad agrícola como causantes de la alta concentración de nitratos en el agua. Es habitual en España encontrar cantidades excesivas de nitrato en suelos rurales de alta actividad agrícola como es la comarca burgalesa de La Bureba. El nitrato se mueve fácilmente a través del suelo llevado por el agua de lluvia y de riego hasta las aguas subterráneas.

«Conocer las tierras es fundamental para regular el abono que se echa. ¿Quién controla los abonos químicos que se arrojan por parcela?», se pregunta Ricardo. Recuerda cuando era joven, «el agua salía por todos los sitios, hay todo se ha secado. El río donde nos bañábamos de pequeños en verano ya no se puede usar para el baño. Hace tres años prohibieron regar porque no había agua, así que compré un depósito para poder almacenar el agua y regar», explica.

En Los Barrios de Bureba, municipio con varias pedanías, la situación es diversa. Elías Plaza, alcalde del municipio, explica que «nada más acceder a la Alcaldía, cumpliendo con mi principal promesa, contactamos con una empresa que nos hizo un informe detallado y nos aclaró que el sondeo de Los Barrios arrojaba agua con arsénico no apta para el consumo, aunque esta no tiene nitratos. En este caso, se ha cerrado este sondeo y se ha contactado con una empresa de minas. «Acudirá para ver si se puede, por algún sistema, limpiar ese arsénico porque hay mucha agua pero no se puede consumir. Además, ya que el arsénico tiene valor, igual podemos sacarlo un beneficio económico», informa Plaza.

En cuanto a otras captaciones de agua del pueblo, los análisis constantes arrojan unos resultados claros. De mayo a septiembre los niveles de nitratos suelen bajar a valores de entre 25 o 30 mg/l y se puede consumir. Pero no ocurre lo mismo en invierno, aunque el regidor apunta que «en los dos primeros años de legislatura no hemos tenido que cortar el agua porque los niveles no han subido. En verano, las tres captaciones se pueden usar porque también bajan los niveles».

En cambio, el invierno pasado sí subieron los niveles de nitratos, por lo que se cortó la captación que arrojaba este agua no potable. Se colocaron carteles informativos y se empezó a dar agua a la gente. Se da una garrafa de cinco litros cada semana, «sabemos que es poco pero intentamos ayudar», explica Plaza.

El mismo problema con los nitratos ha aparecido en la pedanía de Solduengo, en Barrio de Díaz Ruiz, en Las Vesgas y en el manantial de Terrazos; las cuatro pedanías. «En marzo volvimos a hacer las analíticas, vimos que habían bajado los niveles. Hemos medido todas las captaciones, algunas dan y otras no», explica el regidor de Los Barrios de Bureba.

En Solduengo, al bajar el nivel, en abril se pudo volver a consumir el agua. En Los Barrios se ha eliminado la captación más antigua que es la que arrojaba altos niveles. En Barrio y Las Vesgas están a la espera de que bajen los niveles, «si no lo hacen tendremos que pedir ayuda a la Diputación. Estamos pendientes de realizar un pleno entre el Ayuntamiento y las juntas administrativas», señala Elías Plaza.

Además, se ha pedido ayuda a la Mancomunidad de Pancorbo. Se ha solicitado un presupuesto para saber cuánto costaría conectarse a su agua. Además, se ha solicitado auxilio a pueblos vecinos como Vileña y Navas, «para que, en caso de que les sobre agua, puedan vendérnosla con un canon, buscando colaboración entre ayuntamientos».

«Lo que los vecinos deben saber es que, mes a mes, se hace un control exhaustivo de las captaciones y si los niveles de nitratos suben, se corta el agua de la captación que arroje ese agua no apta para el consumo. Estamos pendiente de ello y no se nos va a escapar», asegura el alcalde de Los Barrios de Bureba.

David Martínez, concejal de Llano de Bureba, explica que algunas opciones para solucionar este problema pasaría por desnitrificar el agua con una planta potabilizadora para varios pueblos, «algo que es costoso, tanto hacerla como mantenerla». Pero añade que sí se debería «avanzar hacia una agricultura ecológica o reducir los abonos químicos».

Martínez es, además, portavoz de la plataforma Granja No, en contra de la instalación de una macrogranja porcina cerca de su localidad. «Tenemos miedo de que, si se pone la granja, se contaminen más los manantiales de agua por los purines. Además, es que se necesita gran cantidad de agua para su funcionamiento», asegura.

En Llano de Bureba se trabaja para instalar una depuradora, ya que el pueblo no cuenta con una. Además, se va a aprobar una ordenanza para el cobro de agua. «La gente que la usa para beber la pagará a un precio moderado pero los que la usamos para regar o lavar el coche, pagaremos más. Están instalados los contadores para hacer un cobro anual y, en el próximo pleno, se aprobará la tasa», anuncia.