Las visitas regresan a las residencias de la Diputación el 15 de junio con estrictas medidas de higiene

Ahora, más de tres meses después, muchos residentes podrán volver a ver a sus familiares pero solo será eso, ver, porque el estricto protocolo de seguridad limita el contacto físico, entre otras medidas para evitar el contagio de la covid-19.

Inmaculada Sierra, diputada encargada del área de Acción Social, explica que el lunes 8 de junio las residencias de Oña y Miranda ya podrían haber recibido visitas. Según el protocolo de desescalada, el Ministerio de Sanidad ya permite en fase 2 las visitas a residencias en las que no hubiese ningún residente positivo en covid-19.

Pero la pandemia nos ha demostrado que los planes cambian rápido y esta semana dos residentes de Oña han dado positivo en anticuerpos IgM, lo que indicaba que estarían en en la etapa aguda de la infección. En cambio, al realizarse la prueba PCR han arrojado un resultado negativo.

A partir de la segunda semana en fase 2, que en Burgos será ya en fase 3, las residencias pueden recibir visitas aunque tengan algún positivo en aislamiento.

Sierra explica que esta primera semana no se han abierto las residencias a las visitas porque la apertura conlleva mucha preparación y organización. La diputada se ha reunido con los directores de las residencias y acordaron que la apertura sería el 15 de junio. Esta primera semana se ha optado por organizar los calendarios de visitas y también el protocolo a seguir.

Durante esta semana, del 8 al 12 de junio, las residencias se han puesto en contacto con las familias para establecer su horario y día de visita y explicarles las medidas y comportamiento a seguir. «El objetivo es que todos los residentes puedan recibir una visita en esta primera semana», ha apuntado Sierra.

Los encuentros se harán con cita previa y, por supuesto, no podrá acceder ninguna persona con síntomas compatibles con la covid-19. A lo largo de esta semana las residencias han habilitado espacios reservados para las visitas y en estos lugares se reforzará la limpieza. Igualmente, a las personas que accedan se las desinfectará las manos, zapatos, entrarán con mascarilla y no podrán acceder con artículos personales, solo con lo imprescindible. «Se evitará el contacto aunque sea difícil y duro porque queremos ser prudentes, sabemos que dará mucha pena pero la prudencia en este momento es muy necesaria», señala Sierra.

Igualmente, solo podrá acceder un familiar por residente. Una visita de una cara querida que supondrá mucho para personas que llevan meses sin ver a sus familiares, exceptuando las videollamadas a través de las pantallas de móviles y tablets. «Hace mucho que no se ven y es una situación tremenda. Aunque desde este lunes se podían abrir a visitas hemos priorizado tener un protocolo establecido porque esperar cuatro o cinco días puede ser vital en este momento», aclara la diputada de Acción Social.

Hay que tener en cuenta que entre los cinco centros residenciales y centros para personas con discapacidad propios de la Junta de Castilla y León que hay en la provincia, y que gestiona la Diputación, suman 560 residentes. En total, desde que comenzó la pandemia han fallecido 20 residentes con covid-19 confirmado y 10 los fallecidos con síntomas compatibles.