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Imagen de archivo de la Ganadería Álvaro Tomás González, de Palencia. ANTONIO QUINTERO
La crisis del vacuno de leche en Burgos: «En siete meses lo dejo, no puedo seguir trabajando a pérdidas»

La crisis del vacuno de leche en Burgos: «En siete meses lo dejo, no puedo seguir trabajando a pérdidas»

Gabriel Manrique Aguado es ganadero de bovino de leche en Pedrosa del Príncipe, en unos meses dejará el negocio al que ha dedicado su vida. Producir un litro de leche cuesta unos 53 céntimos y la industria se lo paga a 48. Sale más rentable enviar las vacas al matadero, la carne se paga mejor

Sábado, 3 de septiembre 2022

Gabriel Manrique Aguado es ganadero de vacuno de leche en el pueblo burgalés de Pedrosa del Príncipe. Lleva toda su vida en contacto con esta profesión, que heredó de su padre. Él y su hermano llevan muchos años gestionando la ganadería, pero esto llega a ... su fin. Lo dejan, no es rentable.

Gabriel conoce bien la situación de este sector en la provincia de Burgos y lo tiene claro, «el sector ganadero en Burgos está de capa caída, cada vez quedamos menos ganaderos de vacuno de leche. En Burgos hemos pasado de unos 150 ganaderos hace unos 10 años a no más de 70 en la actualidad. Al ritmo que vamos, muchos otros lo dejarán», asegura.

Este ganadero burgalés se quedó muy joven con este negocio en Pedrosa del Príncipe. Tiene 56 años y «desde que me salieron los dientes he estado con las vacas. Empezó mi padre con ello y seguimos mi hermano y yo, pero hasta aquí», confiesa. Su idea es dejar la explotación ganadera de aquí a siete u ocho meses. Tienen unas 120 cabezas ahora mismo. Confían en poder vender las más jóvenes, como novillas para primer parto y segundo. El resto irán para el matadero.

Más rentable al matadero

Y es que este es uno de los problemas que presenta la cabaña ganadera de vacuno de leche. Es más rentable llevar a estos animales al matadero que dejarlos para producir leche. «La ventaja que tienes haciendo esto es que ahora la carne se está pagando mejor que la leche. Al menos, tiene un precio digno», explica Gabriel, pero esta solución no es la definitiva y también tiene sus consecuencias negativas.

«Llevando las vacas para carne al matadero lo único que haces es pagar deudas que te está generando el producir leche, nada más. Además, así acabamos con la cabaña ganadera. Lo que conlleva esta alternativa a la que nos vemos abocados es a perder nuestro poder adquisitivo que es producir leche. Si yo cubriera los costes de producción de leche, no tendría estos problemas», explica este ganadero burgalés.

Costes de producción

Los ganaderos de vacuno de leche de la provincia se ven obligados a vender sus vacas para carne, en lugar de seguir produciendo leche con ellas, debido a los costes de producción. «Ahora mismo son muy elevados», asegura Gabriel. El precio de la materia prima se ha elevado. La tonelada de pienso está ahora mismo, según los cálculos de este ganadero, en unos 515 euros la tonelada. Hace un año se pagaba a unos 280 o 300. El forraje está ahora a unos 270 euros la tonelada, «el año pasado se pagaba a la mitad», asegura este ganadero.

Esto hace que la producción de leche no sea rentable. El último contrato que Gabriel firmó era para pagarle la leche a 447 euros los 1.000 litros. Para septiembre la industria le paga a 448 euros los 1.000 litros. Esto conlleva que la industria le paga el litro a 0,45 euros. A Gabriel le cuesta producir un litro de leche 0,53 euros.

Así que, no cree que ocurra nada en estos meses que le eche hacia atrás en su decisión de dejar su ganadería. «Es duro dejarlo, pero llevamos muchos años trabajando a pérdidas. Yo estoy quitando de mi explotación agraria para ponerlo en la ganadería. No me sale a cuenta, al final son pérdidas en los dos lados», explica.

Sin futuro y sin relevo generacional

Gabriel se quedará con su explotación agrícola, pero cerrará la ganadería. Y no es algo inusual en su zona. «En Itero del Castillo hay otro compañero que también está pensando en abandonar y el Valbonilla cerró otra explotación de vacuno de leche hace un año. Esto es un goteo», añade.

Los que están trabajando en ganadería lo dejan, no pueden seguir afrontando los elevados costes de producción y lo poco que se paga desde la industria, más preocupada por hacer aumentar sus beneficios. Así el futuro no es abocar. No hay relevo generacional porque los jóvenes no ven en este un negocio rentable y los que están se lo confirman. «¿Quién dejaría algo así a sus hijos? No queremos dejarlo a nuestros descendientes porque no vas a dejar algo donde lo vaya a pasar mal», reconoce Gabriel.

«La ganadería podría asentar población en el medio rural. A mí me da pena dejar un negocio en el que llevo toda la vida, que heredé de mi padre, pero se han ido cargando esto poco a poco», lamenta Gabriel. Tiene claro lo que se necesita para revertir esta situación, «precios dignos. No digo que tengamos que nadar en dinero, pero sí cubrir los costes de producción. Trabajamos todos los días del año, aquí no hay fiestas, bodas, ni el funeral de un familiar. Qué menos que tener un tres por ciento de beneficio a nuestro capital como cualquier empresa. Llevamos muchos años con los grandes distribuidores y la gran industria apretando y ahogando a los ganaderos», asegura.

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