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La sangría poblacional que sufre desde hace décadas la España interior tiene «muy difícil solución». Así al menos lo piensan alcaldes y vecinos. Y así lo corroboran muchos de los autores que estudian una tendencia que parece totalmente asentada en la provincia de Burgos.
Uno de esos investigadores es Sergio Pérez, miembro del grupo de trabajo Polcom de la Universidad de Burgos y autor, junto con otros compañeros, del informe 'Actitudes ante la despoblación', mediante el que se quiso «poner negro sobre blanco» en torno a una «realidad que ya sabíamos», pero cuyo origen necesita un profundo análisis.
Para ello, el grupo de trabajo llevó a cabo meses atrás una gran encuesta entre los jóvenes destinada a conocer los motivos concretos por los que decidían emigrar. Y las conclusiones permitieron dibujar un perfil más preciso.
En este sentido, explica Pérez, ya era evidente que la mayoría de los emigrantes «son jóvenes con formación universitaria». No obstante, lo que no se había detectado era la precocidad de la decisión de abandonar Burgos. «Quizá, lo más interesante del informe es que nos permitió detectar que la mayoría toma la decisión de marcharse de Burgos muy pronto; a menudo antes incluso de empezar la carrera», subraya Pérez.
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A raíz de esa conclusión, el grupo de trabajo de la UBU se ha puesto manos a la obra y ya está elaborando un segundo informe centrado más específicamente en el entorno escolar para intentar determinar cuáles son los motivos que llevan a los jóvenes a tomar esa decisión tan pronto.
Y a la espera de abordar las conclusiones definitivas, Pérez esboza algunas consideraciones. «Estamos comprobando que muchos docentes incentivan que se marchen» ante la idea de que «aquí no tendrán oportunidades», un planteamiento refrendado por «el entorno», que anima a la emigración. «Yo lo llamo efecto de fruta podrida. El que se va lo dice con orgullo, mientras que el que decide quedarse lo hace con un perfil más bajo».
Y esa es, a juicio de Pérez, una de las barreras a derribar. «Al que se quiere ir no podremos retenerle. Tenemos que trabajar con el que se quiere quedar» y que, en muchas ocasiones «no puede hacerlo». No en vano, «una vez que se han marchado, es tremendamente difícil conseguir que retornen, sobre todo cuando ya han comenzado a desarrollar su proyecto de vida en otro sitio», ya sea Madrid, Barcelona, Bilbao o el extranjero, por muchas ayudas o beneficios que se puedan plantear, sostiene el investigador universitario.
Pero, ¿cómo se puede conseguir que quien quiera quedarse en su tierra lo pueda hacer? Esa es, sin duda, la pregunta del millón. Y, en realidad, tiene una respuesta tan sencilla de enunciar como difícil de llevar a cabo: con oportunidades laborales. «Eso es lo fundamental», subraya Pérez.
«Evidentemente, hay perfiles profesionales que no tienen cabida ni en el entorno rural ni en ciudades como Burgos, pero otros muchos sí«, y no tienen por qué ser actividades vinculadas a la agricultura, la ganadería o el agroturismo, con una escasa capacidad de creación de puestos de trabajo. Un clarísimo ejemplo es la industria, capaz de establecerse, no sólo en los grandes polígonos, sino en otros puntos de la geografía provincial.
A partir de ahí, la evidencia habla de la necesidad de potenciar los servicios públicos, como la sanidad o los servicios sociales, sin olvidarse del ocio. Y es que, «en el informe detectamos una especie de sensación de hastío» entre los jóvenes, que consideran que existen pocas alternativas de ocio. Se trata, según Pérez, de «un mal endémico de las ciudades medianas» que, en el caso del mundo rural, es más que evidente.
En este sentido, el investigador coincide en la opinión de muchos alcaldes de la España Vaciada, que consideran imprescindible volver a reforzar las cabezas comarcales para evitar la sangría poblacional en el mundo rural.
Ni que decir tiene que cualquier acción política contra la despoblación del mundo rural debe ir acompañada, inexcusablemente, de una mejora de las comunicaciones viarias y, sobre todo, de las telecomunicaciones.
No en vano, en pleno 2022, hay municipios de Burgos donde apenas hay cobertura móvil. Y de conexión a Internet, mejor ni hablar. «¿Cómo va a haber buena conexión si ni siquiera una ciudad como Burgos tiene fibra óptica en toda la ciudad?», se pregunta Pérez.
Todas las noticias de Burgos, en BURGOSconecta.
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