«Costes disparados, colapso alimentario»

La protesta de los agricultores y ganaderos es simple: todos los insumos están disparados. El coste de los fertilizantes ha aumentado un 300 % y el del gasóleo un 140 %, recuerda Susana Pardo, presidenta de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) de Burgos. Así, y a pesar de que las cosechas han sido mejores de lo esperado y que «los precios del cereal están altos, no cubren los costes de producción».

«España es deficitaria en cerales en un año normal un 50% de lo que necesita», frente al 60% que tendrá que importar este año, advierte Jesús Manuel González, coordinador regional de la UCCL. Como consecuencia, el país tendrá una dependencia de más del 80 % de cereal importado que es necesario para alimentar al ganado si no se revierte la situación.

Pablo Camarero es un joven agricultor entre los muchos afectados. Asegura que la producción ha ido mejor de lo que preveía, pero el año que viene «será mucho más complicado». Su mayor preocupación es el elevado precio de abonos, herramientas, maquinaria, repuestos, herbicidas, fertilizantes... «Todo está muy caro».

Los ganaderos de la provincia burgalesa también protestan, ya que se ven obligados a vender vacas para poder pagar el pienso. «Esto es inaudito, es como si los agricultores vendieran tractores para poder comprar gasoil», denuncia González.

«Tenemos una incertidumbre enorme como nunca antes». De hecho, hay riesgo de desabastecimiento de leche dentro de dos meses en grandes superficies si la situación continúa así.

Además, la grave crisis que sufre el sector agrícola está obstaculizando el trabajo de los agricultores. «Tenemos incertidumbre sobre qué vamos a sembrar porque con estos precios no esperamos poder pagar los costes de producción».

Y por si fuera poco, agricultores y ganaderos están teniendo que lidiar este año con la sequía. «No se puede producir porque el agua de riego se está recortando», aseguran al tiempo que advierten de que es posible que se reduzca la siembra de productos básicos para la alimentación como la patata.

Lo que tienen claro los agricultores es que no pueden «arrancar el tractor para perder dinero». Se trata de un problema que concierne a toda la sociedad. «Todo apunta a que los alimentos tendrán una escalada de precios y no está garantizado el abastecimiento», advierte González.

Por todo ello, los manifestantes solicitan a la Junta de Castilla y León «un plan de acción que estimule la siembre y la ganadería». También a la Subdelegación del Gobierno, «porque tiene las competencias» para evitar la caída del sector. La bajada del IRPF en agricultura y del IVA de los input son algunas de las medidas que proponen los afectados, que recuerdan que no se trata de un problema específico de España, sino que se ha extendido por todo el mundo. Básicamente, «los estocajes mundiales de cereales están bajando día a día».

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