Secciones
Servicios
Destacamos
En los últimos años, muchos burgaleses han descubierto que el pueblo de Arroyal existía gracias a su taberna. La amplia oferta musical que ofrecía hasta ahora daba vida al pueblo, pero tiene fecha de caducidad. El incumplimiento del contrato por parte de los taberneros, según la Junta Vecinal, ha propiciado que no se renueve más el acuerdo.
Arroyal es un pueblo de unos 162 habitantes que forma parte del Alfoz de Quintanadueñas, a unos diez kilómetros de Burgos. En junio de 2021, con la pandemia, Sofía y Nacho se quedaron sin trabajo. Él desciende de Olmillos de Sasamón y ella es argentina, pero juntos decidieron mudarse a Arroyal para gestionar su taberna y vivir allí.
Sofía cuenta que les surgió «esta oportunidad» y que el alcalde de entonces les ponía «todas las facilidades del mundo», como pagar un alquiler «simbólico» (120 euros anuales), sufragar parte de sus gastos y tener algo de flexibilidad horaria. Todo sin previa experiencia de Sofía o Nacho a las riendas de un bar.
Desde entonces, este pueblo de Burgos ha acogido hasta 120 conciertos, el plato fuerte de los eventos que organiza la taberna. «Nos fue muy bien desde el minuto uno», explica Sofía, a pesar de que afirma que regentar un bar rural «no es para hacerse rico». Sin embargo, en Arroyal cambiaron mucho las cosas cuando, en las elecciones de mayo de 2023, el alcalde fue sustituido por una nueva regidora.
Según cuenta la tabernera, Sofía, la llegada de la nueva alcaldesa supuso un cambio. «Fiestas que se hacían en el bar las pasaron a otros lugares», explica, añadiendo que así dejaban de ingresar ese dinero. También señala que los animales de compañía antes entraban al local sin problemas.
Noticias relacionadas
En mayo de 2024 se renovaba el contrato de Sofía y Nacho para que la Taberna de Arroyal siguiera en funcionamiento otro año más. Sofía señala que la Junta Vecinal les tuvo «en ascuas» un tiempo, hasta que se firmó la aceptación de la prórroga por su parte. Mediante estas prórrogas, Sofía y Nacho podrían haber estado en Arroyal con su bar y su casa hasta mayo de 2026. Sin embargo, la última anualidad no la tienen firmada, por lo que cerrarán el próximo 15 de marzo.
Sofía señala que, en octubre de 2024, se celebró un pleno en Arroyal cuando ella estaba de viaje en Argentina. «Ella se puso muy estricta con lo que tenía el contrato», explica Sofía hablando de la alcaldesa. La tabernera señala los horarios establecidos como principal foco de conflicto. «Gente que no venía al bar nos exigía abrir a unas horas», detalla la tabernera, que aclara que en dicho pleno «se me acusó de mil barbaridades. [...] Un montón de cosas insostenibles».
Por otro lado, la alcaldesa del pueblo de Burgos, a través de un abogado y en nombre de la Junta Vecinal, en una nota de prensa informa de que la versión de Sofía y Nacho está «totalmente tergiversada de lo realmente acaecido». Explican que la «decisión de no renovarles» se tomó en junio de 2024 en pleno y por «unanimidad de los tres miembros» de la Junta Vecinal, incluido el exalcalde de Arroyal.
Ante lo ocurrido, muchas personas cercanas a la Taberna de Arroyal parecían no entender la decisión de la Junta Vecinal. Por ello, el 24 de octubre se inició una recogida de firmas para apoyar a Sofía y a Nacho «para que continúen gestionando la Taberna de Arroyal».
En la petición se mencionaba que el negocio había posicionado al pueblo de Burgos «como un referente cultural de la música en directo». Hasta el momento se han recogido más de 1.500 firmas. En su defensa, la Junta Vecinal señala que, en dicho pleno, «se les indicó que, como es lógico, ellos también podían optar a la nueva licitación», siempre y cuando se cumplieran «las condiciones del nuevo pliego», explican fuentes gubernamentales de Arroyal.
Por su parte, la Junta Vecinal de Arroyal, con la alcaldesa Ana María Gómez a la cabeza, señala que «el contrato se incumple casi en su totalidad», refiriéndose a Nacho y Sofía. Explican que el origen de las discrepancias es «la negativa de la nueva Junta Vecinal de seguir asumiendo el pago de las facturas por servicios contratados por los arrendatarios».
La Junta se refiere a los contratos de las cámaras de seguridad, los partidos de fútbol y la reparación de distintos electrodomésticos con los que contaba la Taberna de Arroyal. «Desde julio de 2021 a junio de 2023 han supuesto para el erario público un importe de 21.904,91 euros», explican. Según la alcaldesa, estos gastos «debían ser asumidos por los arrendatarios»; es decir, Sofía y Nacho. Además, explican que «todo está debidamente documentado».
En cuanto a los conciertos, la Taberna de Arroyal ha acogido a más de 120 desde que Sofía y Nacho la regentan. Al respecto, la Junta Vecinal señala que las licencias de estas celebraciones las concede el alcalde del Alfoz de Quintanadueñas, pero que ellos «nunca han puesto pegas para que se otorguen los permisos necesarios».
Desde la Junta Vecinal del pueblo de Burgos califican los movimientos de Sofía y Nacho como de un «claro intento no sólo en dividir a los vecinos de Arroyal entre partidarios y detractores; sino también con el fin de crear un clima adverso contra la Junta Vecinal. Explican que el objetivo de los taberneros sería «doblegarnos y que dejasen de cumplir nuestras obligaciones o que dieran un paso al lado, dimitieran y les dejasen el camino libre».
Por otro lado, en Arroyal también han pasado a la acción de otra forma: ha aparecido una pintada en la pared del centro cívico del pueblo de Burgos en la que se puede leer «¿Queremos un pueblo muerto? Junta Vecinal = inquisición». La alcaldesa del pueblo de Burgos señala que ya se ha «presentado la oportuna denuncia ante la Guardia Civil»; mientras que Sofía se desmarca de su autoría.
Ante todo lo ocurrido, Sofía y Nacho han decidido marcharse antes de tiempo de Arroyal. Sin embargo, antes realizarán una fiesta de despedida que contará con tres conciertos: el 1 de febrero con El cantante del Greco (de Tarragona); el día 15 del mismo mes con Silly Sally (Madrid) y, el último día de apertura, el sábado 15 de marzo, con el evento 'Arroyal no estaba mal'.
Ni Sofía ni Nacho dan crédito a lo ocurrido en Arroyal, mientras que la alcaldesa del pueblo mantiene su postura, defendiendo que los arrendatarios han incumplido el contrato y han intentado «crear un clima adverso». En el futuro, el matrimonio abandonará el pueblo y abrirá un negocio «en el centro de Burgos».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.