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El Plan de Carreteras de 2021 contemplaba como prioritaria la construcción de la A-12 entre Logroño y Burgos, pero más de dos décadas después, mientras la práctica totalidad de los tramos riojanos ya están en servicio, al otro lado del límite provincial no se ... ha ejecutado ni un sólo kilómetro.
Y las cosas de palacio van despacio. Actualmente, sólo está en obras uno de los tramos que afectan a la provincia de Burgos, y casi de manera tangencial. Se trata del tramo Santo Domingo de la Calzada-Villamayor del Río, que se introduce en la provincia burgalesa apenas un puñado de kilómetros y cuyas obras empezaron en 2020. A pesar del lento avance registrado en los primeros compases, los trabajos parecen haber dado un acelerón en los últimos meses. De hecho, ya es visible la plataforma de la vía en varios puntos y se han acometido ya buena parte de las grandes infraestructuras.
En todo caso, y en el mejor de los escenarios, los trabajos de este tramo no quedarán concluidos hasta bien entrado el año que viene o incluso principios de 2024. Y cuando acaben, la autovía morirá allí a la espera de que la Administración central de los pasos necesarios para acometer los otros tres tramos pendientes, un proceso que va para largo. De hecho, aventurar ahora mismo una cronología más o menos precisa se antoja extremadamente difícil.
A priori, el siguiente tramo en ver la luz debería ser el comprendido entre Ibeas de Juarros y la circunvalación de la capital provincial, un tramo que, según las previsiones iniciales, ya debería estar en servicio desde hace tiempo. Y es que, las obras, de apenas 7,2 kilómetros de longitud, se adjudicaron en 2016 a la UTE formada por las empresas Joca y Ocide por un presupuesto de 45 millones de euros, que rebajaba de manera significatica el presupuesto de licitación (83,7 millones). Dos años después, y tras un mínimo movimiento de tierras, la UTE solicitó un modificado del proyecto que el Ministerio descartó, abriendo así un conflicto que no se resolvió hasta 2021 con la rescisión del contrato.
Esa circunstancia ha retrasado y enfangado el proyecto, que ha de ser revisado y actualizado para adaptarse a la nueva realidad, derivada entre otras cuestiones de la liberalización de la AP-1, con la que entroncará directamente. La buena noticia es que el Ministerio adjudicaba días atrás la redacción de dicho modificado; la mala es que este trámite no es sino el primer paso de un proceso que se prolongará todavía varios años.
Más incertidumbre pesa aún sobre los otros dos tramos pendientes, entre Villamayor del Río y Villafranca Montes de Oca y desde Villafranca hasta Ibeas. Se trata de los dos tramos más complejos y caros (108 y 191 millones de euros, respectivamente), y ambos continúan en el limbo. No en vano, los dos proyectos fueron aprobados entre 2015 y 2017, pero todavía no se ha procedido a su licitación.
Esa es precisamente la mayor crítica que ponen sobre la mesa los alcaldes de las localidaes afectadas.. «Lo que clama al cielo es que no se vean avances en los trámites administrativos. Eso nos demuestra que hay desidia» por desarrollar el proyecto, protesta Álvaro Eguíluz, alcalde de Belorado, quien añade que la ejecución de la autovía es «un debe histórico del Gobierno», sea cual sea su color político.
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Gabriel de la Iglesia
En este sentido, lamenta, «el último documento oficial» es el referido a las exporpiaciones «y los propietarios ni siquiera han recibido las cartas», lo que está lastrando el desarrollo de una infraestructura «fundamental» para la localidad beliforana en muchos aspectos. «Es un proyecto clave» para mejorar la conexión con Burgos y facilitar la puesta en marcha de otras inversiones en toda la comarca, que además lleva años «sufriendo» los inconvenientes de la N-120, por la que en ese punto circulan alrededor de 5.000 vehículos al día, de los que aproximadamente la mitad son camiones.
Los atascos, los ruidos y los problemas para cruzar las travesías de las diferentes localidades que atraviesa la N-120 son parte del día a día para los vecinos del entorno.
Ejemplo de ello es Ibeas de Juarros, donde la densidad del tráfico es aún mayor que en Belorado en una vía que, además, parte el pueblo en dos. «Es un peligro mayúsculo», sobre todo en verano, cuando se acumula mucha circulación vinculada al ocio, explica el alcalde de la localidad, José Ignacio Colinas, quien lamenta que «en pleno 2022 no haya ni siquiera un carril de acceso en el cruce con la carretera de Arlanzón, el punto más conflictivo de todo el pueblo.
A su juicio, la construcción de la autovía, llamada a liberar de tráfico el casco urbano y a mejorar las conexiones con la capital provincial, algo fundamental teniendo en cuenta su cercanía, es una «legítima reivindicación» a la que todavía no se ha dado respuesta.
De hecho, Colinas no descarta la puesta en marcha de movilizaciones a medio plazo para exigir al Gobierno pasos en firme para desbloquear la situación. Para ello, el alcalde de la localidad apuesta por la fórmula de la concesión para agilizar la ejecución de los dos tramos sin adjudicar planteada por el PP en el Senado.
En todo caso, sea cual sea la apuesta, la espera será larga. Y mientras tanto, la N-120 continúa erigiéndose como la carretera con mayor siniestralidad de la provincia de Burgos después de que la liberalización de la AP-1 acabara casi de raíz con los accidentes en la N-1.
Así, sólo en lo que va de año se han contabilizado seis víctimas mortales en la N-120 en la provincia de Burgos, incluido un vecino de Belorado y su pareja, así como varios accidentes de gravedad. Eso, sin duda, es lo que más duele.
Todas las noticias de Burgos, en BURGOSconecta.
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