Raquel Romero
Burgos
Domingo, 7 de julio 2024, 09:18
De majestuosa envergadura e inmenso tamaño; así es el buitre negro, un ave rapaz de aproximadamente tres metros de longitud que surca los cielos de Europa y que está catalogada como la más grande de la Península Ibérica, además de ser una especie vulnerable en el continente.
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En consecuencia, ya son varias las propuestas de organizaciones y asociaciones de protección animal que llevan años apostando por preservar la especie; como GREFA, el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat, que, con su Proyecto Monachus, ha logrado volver a asentar ejemplares reproductores en la provincia de Burgos después de estar más de cincuenta años extintos.
El Proyecto Monachus nació en 2016, según cuenta Ana Sáez, principal impulsora de del proyecto de GREFA. Ese año, se instalaron las primeras jaulas de climatación de buitre negro en diversas ubicaciones castellanoleonesas; una práctica que consiste en implantar jaulas de grandes dimensiones para acoger a las aves y que estas se vayan acomodando al hábitat. Un año después, en 2017, empezaron las primeras liberaciones de los buitres.
Gracias al eficaz sistema que han seguido los integrantes de GREFA, este plan ha conseguido asentar a 102 buitres en la comarca; de los cuales, un 40% se han fijado en Burgos, según apunta Sáez. Además, en consecuencia, han aparecido 12 nuevas crías de buitre negro, 10 de ellas en la provincia de Burgos.
«Nos ha sorprendido mucho porque en otros proyectos no había esos números y el plan está yendo demasiado rápido», explica Ana. GREFA, para el desarrollo del proyecto, ha contado con el apoyo económico de la Junta de Castilla y León, Medioambiente y el Ayuntamiento de Huerta de Arriba; además del soporte de particulares que han contribuido con la ONG apadrinando un ejemplar de buitre negro.
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El Proyecto Monachus no solo aboga por la preservación de esta especie vulnerable en Castilla y León y provincia de Burgos, sino que, también vela por su bienestar y su seguridad.
Tanto este, como el proyecto de Control Biológico del Topillo Campesino, ambos centrados en Castilla y León, son las dos propuestas de esta organización que han logrado aparecer entre los finalistas de los Premios Natura 2000; una iniciativa de la Comisión Europea que nace con el fin de proteger la biodiversidad en el continente y su contribución a la conservación de la naturaleza a escala mundial.
«Aunque ninguno de nuestros dos proyectos pudo resultar ganador en sus respectivas categorías, el hecho de haber quedado entre los 27 finalistas entre casi un centenar de iniciativas previamente seleccionadas por un comité de expertos, es un orgullo para nosotros», ha asegurado el secretario general de GREFA Fernando Garcés con respecto a los premios del pasado 31 de mayo.
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Mientras el plan centrado en el control del topillo actúa principalmente en zonas de Castilla y León como Valladolid, Palencia y Ávila, el Proyecto Monachus encuentra su principal ámbito de actuación en la Sierra de la Demanda de Burgos, donde realizan el 80% de sus actividades.
El plan propuesto para la reintegración de este ave rapaz en la provincia, encuentra su corazón y su sede en una pequeña localidad burgalesa: Huerta de Arriba, desde donde Ana Sáez, principal impulsora de del proyecto de GREFA en la comarca, realiza las tareas diarias de preservación de los buitres junto a un equipo de campo que vive y trabaja allí.
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