Los bomberos voluntarios, unos «auténticos héroes» que «han dado hasta el límite de sus fuerzas»

Son cerca de 3.000 las hectáreas calcinadas, un desastre medioambiental, agravado por la devastación del municipio de Santibáñez del Val, el más afectado por las llamas, que se han comido casi medio centenar de edificios. «Los que se han conseguido librar, ha sido una suerte», admite Ibáñez, y no solo en referencia a Santibáñez, sino a toda la comarca del Arlanza.

Por ese motivo, cuando lo peor ya ha pasado, el diputado destaca el trabajo realizado por los parques de bomberos provinciales, los de los voluntarios, que han estado trabajando codo con codo con los profesionales del parque de Burgos (reforzados por los de Miranda) y, en muchas ocasiones, en solitario, demostrando también su gran profesionalidad.

«Son los auténticos héroes», ha apuntado. «Han dado hasta el límite de sus fuerzas y más», pues Ramiro Ibáñez recuerda cómo han estado al pie del cañón, retrasando los relevos para que los compañeros «llegaran más frescos». «Ha habido mucho compañerismo entre los diferentes parques, me quito el sombrero ante la labor de los bomberos voluntarios».

«Se ha visto profesionalidad, esfuerzo, dedicación y calidad humana», también en las relaciones con los bomberos de Burgos. Ellos estuvieron trabajando en Silos y en Santibáñez, donde se vivieron momentos muy duros. Y la Diputación movilizó a todos los parques provinciales de la zona sur (aunque los de toda la provincia se ofrecieron a colaborar).

Además, Ramiro Ibáñez ha destacado «el gesto» de los bomberos de Miranda de Ebro, que se ofrecieron para relevar a los de Burgos. «Ha partido de ellos mismos», en un espíritu de colaboración que ha unido a todos los parques de la provincia, profesionales y no profesionales. El único pero lo pone el parque de Aranda de Duero, que no se pudo movilizar por falta de medios.

El diputado también destaca el «ejemplo» dado por Salas, que ha acogido a los evacuados. Y la multitud de gestos de generosidad recibidos. Todos los pueblos de la sierra ofrecieron sus dotaciones para albergar a desalojados, y todos los de la comarca del Arlanza se han volcado con las localidades afectadas. La solidaridad ha llegado también desde Soria, apunta Ibáñez.

Es la nota positiva de una desgracia, pues ver cómo ha quedado la zona tras el paso de las lamas «te parte el alma». Ahora toca reconstruir, recuperar, ayudar a los vecinos a volver a la normalidad lo antes posible. Todos los municipios desalojados ya han sido autorizados para volver, incluido Santibáñez, donde se evalúan los daños.

La Diputación también está analizando cómo pueden ayudar a los afectados, y contactando con las entidades financieras u otras sociales que tengan líneas de ayudas. Igualmente con la Junta de Castilla y León, que ha anunciado que cubrirá los daños que no se cubran con los seguros. Viviendas, inmuebles, negocios, naves, ganadería, agricultura... Hay que minimizar el impacto con ayudas.