Las máquinas llevan ya varias jornadas trabajando en el entorno de Ubierna GIT

La A-73 comienza a dibujarse entre Quintanaotuño y Montorio

Operarios de la empresa adjudicataria trabajan desde hace ya unos días en la construcción del tercer tramo de la futura autovía entre Burgos y Aguilar de Campoo

Domingo, 26 de noviembre 2023, 09:03

El inicio de las obras se ha hecho esperar mucho más de lo inicialmente previsto, pero las máquinas ya están funcionando. Operarios de la unión temporal de empresas formada por FCC Construcciones y Obras Llorente, adjudicataria de la obra, ya han comenzado a trabajar ... a pleno rendimiento en la construcción del tramo de la A-73 ubicado entre Quintanaortuño y Montorio.

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Así, ya se han acometido buena parte de las labores preparatorias, como el montaje de las instalaciones y oficinas de obra. También se ha realizado el replanteo topográfico de todo el tramo, se ha estaquillado el eje de la carretera, se ha marcando la franja expropiada y se han realizado diferentes catas de suelo.

A partir de ahí, los trabajos iniciales se están concentrando en la zona más cercana a Quintanaortuño. Allí, donde la A-73 'muere' y se convierte en carretera convencional, varias máquinas pesadas han comenzado a mover tierra. Ese es el punto, a priori, más sencillo de afrontar, toda vez que se trata de una zona fundamentalmente llana en la que la carretera apenas ha de salvar algún pequeño accidente geográfico, incluido el río Ubierna.

Las complicaciones llegan un par de kilómetros hacia el norte, en el entorno de Ubierna. Allí es donde quizá sea más visible ahora mismo el trasiego de maquinaria, toda vez que la futura autovía debe superar en ese punto el primer gran accidente geográfico y es necesario acometer un importante desmonte antes de que el trazado continúe hacia Montorio atravesando numerosas elevaciones y pendientes.

En total, el tramo, cuyas obras se adjudicaron por un valor de 108 millones de euros, tiene una longitud aproximada de 11,5 kilómetros y contempla la construcción de tres pasos superiores, ocho pasos inferiores y un ecoducto sobre la traza de la autovía, además del viaducto sobre el río Ubierna. Asimismo, y como es habitual en este tipo de infraestructuras, el proyecto también contempla la adaptación de sendos caminos paralelos para dar acceso a las fincas colindantes.

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Diferente trazado

Habida cuenta de la complejidad del terreno, la futura autovía presenta un trazado muy distinto al de la antigua N-627. Así, una vez alcanzado el enlace de Quintanaortuño, que actualmente supone el fin del doble carril, el trazado se separa en dirección al noroeste, evitando así el paso por el desfiladero de la localidad de Ubierna y su histórico túnel. A partir de ahí, la autovía se mantiene alejada de la antigua nacional hasta alcanzar el final del tramo, donde se ha previsto la construcción de otra conexión provisional con la N-627.

En principio, la adjudicataria cuenta con un plazo de 36 meses para la ejecución de la obra, por lo que, en el mejor de los escenarios posibles, el tramo no entrará en servicio hasta el segundo semestre de 2026. Eso si los trabajos se desarrollan tal y como están planificados sin grandes imprevistos, algo que con proyectos de este calado no se puede garantizar. Prueba de ello es el historial que arrastra la propia A-73.

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La autovía, llamada a conectar Burgos con Aguilar de Campoo, creando así una alternativa de gran capacidad entre la meseta y Cantabria, lleva casi dos décadas sobre la mesa del Ministerio de Transportes.

Desde un primer momento se decidió dividir los poco más de 70 kilómetros en seis tramos, con sus respectivos proyectos y tramitaciones. Así, el primer tramo en impulsarse y ejecutarse fue el más cercano a Burgos capital, que entró en servicio hace ahora diez años. El avance del resto, sin embargo, quedó en suspenso tras el tijeretazo que tuvo que meter el Ministerio a raíz de la crisis del ladrillo. De esta forma, y a pesar de estar ya redactados los proyectos de todos los tramos, hubo que esperar varios años para que las máquinas comenzaran de nuevo a trabajar en la autovía y en 2021 entró en servicio al fin el segundo de los tramos, ubicado entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia.

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La puesta en servicio de dicho tramo, de alrededor de 12 kilómetros de longitud, supuso un importante paso adelante y mejoró la movilidad del corredor, pero no fue sino un paso más del camino que aún falta por recorrer. De hecho, se da la circunstancia de que ese tramo está totalmente desconectado y su inicio y su final es la antigua carretera nacional, algo que, en parte, sucederá con el tramo actualmente en obras, que 'morirá' en una vía convencional.

Mientras tanto, aún se está a la espera de que el Ministerio concluya la tramitación de los otros tres tramos, que han de ser actualizados a la normativa vigente tras años en el cajón.

En este sentido, fuentes del Ministerio aseguran que dichos tramos están en proceso previo para la licitación del contrato de actualización. A la vista de la situación actual, hablar de previsiones o fechas más o menos concretas para su ejecución se antoja muy complicado. Y todo ello, después de que el Ministerio descartara la opción planteada por el exministro Íñigo Serna, que meses antes de la moción de censura a Mariano Rajoy puso sobre la mesa la opción de impulsar la construcción de todos los tramos pendientes mediante un único contrato de concesión.

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