Utrera celebra la carambola de su vida

Todos ellos no se lo creían cuando, pasado el ecuador del sorteo, los niños Nerea Pareja y Luis Alcides cantaron el primer cuarto premio de la mañana dominical: 200.000 euros la serie para el número 41710. Exacto, el código postal del pueblo. La mayoría de los décimos agraciados, 130 series, fueron vendidos en la administración número 1 de la localidad, ubicada en el número 13 (otro detalle para supersticiosos) de la plaza de la Constitución. Y fue entre centenares de vecinos: décimo a décimo, hasta 1.300 desde el mes de julio y en ventanilla. En octubre ya estaba agotado.

Así lo contó Vicente Benítez, marido de la propietaria de la administración, Belinda Montoya, quien reconoció que llevan muchos años comprando y repartiendo el número en el pueblo. Hasta que llegó la suerte. Muchos de los agraciados recibieron la noticia cuando se encontraban celebrando los tradicionales desayunos de Navidad en las Hermandades, pero no tardaron en echarse a la calle para celebrar sin tapujos que habían ganado con la carambola de sus vidas.

Las historias de solidaridad no faltaron en el pueblo sevillano. La lotera contó que había reservado un décimo para una asociación que trabaja con personas desamparadas; otro grupo de mujeres, integrantes de un club de senderismo, contaron que habían regalado un décimo a la hermana de una de ellas, cuyos familiares se encontraban precisamente todos en paro.

Otro de los décimos fue enviado a Chipiona (Cádiz) para compartirlo con un amigo de la localidad sevillana y, la propia lotera vendió uno más a una amiga que lo llevó a Barcelona. Muchos utreranos llevaron así el premio a otras provincias españolas donde trabajan, ya que son emigrantes. Además de Utrera, el número fue vendido en Badalona (3,4 millones de euros), Madrid (10 series vendidas), Alicante, Coruña, Málaga, Murcia y Valencia.

El segundo cuarto premio fue el último en conocerse. Cuando faltaban apenas 15 minutos para que finalizase el sorteo de 2019, los niños cantaron el 49797. Otro bonito número que también se acordó de los pueblos más pequeños. En este caso, bastante más pequeño de Utrera. Fue a parar casi íntegramente (se vendieron también 103 series) a la pequeña localidad de Pelayos de la Presa, en la zona suroeste de Madrid, que solo cuenta con unos 2.500 habitantes censados. En esta ocasión fue el Ayuntamiento el que repartió algo más de 20 millones de euros en participaciones, que prácticamente llevaban todos los vecinos de la localidad. Así lo explicó Luis, el propietario del bar El Huerto, quien comentaba que el pueblo estaba lleno de gente celebrándolo.

«Le ha debido tocar a muchísima gente. Y hay bastantes que aún no se lo creen», decía este restaurador mientras lamentaba que él no llevase participaciones. El resto del segundo cuarto premio fue más repartido. Exactamente, administraciones de 21 provincias lo han vendido. Abrera (Barcelona) y Pontevedra vendieron 30 y 25 series, respectivamente, y el resto de décimos se repartieron por media España, desde Santa Cruz de Tenerife a Cuenca, pasando por Vizcaya y Asturias.

Este año, como novedad, Hacienda ha elevado el mínimo exento de impuestos hasta los 20.000 euros. Así, el propietario de un décimo agraciado con estos cuartos premios no tendrá que pagar impuestos porque a cada uno le corresponde exactamente te esa misma cantidad.