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Un grupo de personas celebran en la administración madrileña de Doña Manolita que ha vendido el número 26.590, agraciado con el Gordo de Navidad RODRIGO JIMÉNEZ / EFE

El 26590 baña de alegría Tarragona y Salamanca

La Administración número 1 de Salou dispensó 90 series del Gordo y la número 19 de la ciudad universiataria vendió otras 25 series

Domingo, 22 de diciembre 2019, 09:53

Solo se habían cantado cuatro alambres de la primera tabla. Elizabeth del Carmen Roque y Noura Akrouh eran las encargadas de romper la mañana dominical con el sonsonete clásico de los niños de San Ildefonso. Detrás, Santo Daniel de León y Bileiky Lisselot Arias tenían ... la misión de sacar las bolas de los bombos. El reloj marcaba las 9:19 horas y Elizabeth ponía la mano en la parte superior de las dos varillas. Tocaba premio. El Gordo. Solo habían pasado ocho minutos del inicio y el número más deseado del Sorteo Extraordinario de Navidad aparecía en escena. El 26590 se convirtió en el segundo más rápido de la historia en desatar la felicidad. Solo le gana, desde que se miden estos parámetros, el de 2004. El 54600 salió a las 9:16 horas. Curiosamente, también terminaba en cero. Para los amantes de la estadística: es la vigesimosegunda vez que el Gordo acaba igual.

La alegría tuvo dos epicentros: Salou y Salamanca. La administración número 1 de esta turística localidad tarraconense tenía asignadas 90 de las 170 series del número; la administración 19 de Salamanca, situada en un centro comercial de la capital charra, poseía 25 series. Ninguna de las dos 'vendieron' la gran mayoría de los décimos en sus correspondientes ventanillas. Casi todas las series se las llevaron el centro aragonés El Cachirulo de Reus (Tarragona) y una escuela de judo en Salamanca. Entre estos dos lugares repartieron 400 millones entre familiares, amigos y socios.

Vídeo. Noura Akrouh y Elizabeth del Carmen Roque, las nilñas que han cantado el Gordo. EFE

El 26590 -400.000 euros al décimo, 324.000 euros limpios después de haber pasado por Hacienda- llegó a Reus por casualidad. «Nosotros no jugamos a un número fijo, nos ofrecieron unos cuantos y escogimos uno que es ese», afirmó el presidente de El Cachirulo, José Allueva, que se enteró diez minutos después del anuncio por la llamada de un conocido. Se llevaron 80 series. Es decir, repartieron 320 millones entre bastante gente. «Hay muchísimas participaciones», reconocía a TV3. Los cerca de 200 socios del centro aragonés llevan su décimo «seguro» y se han hecho multitud de participaciones. «Tiene mucha gente de Reus y de Salou. Y luego están los que vuelven a sus pueblos y reparten con sus familias», añadió Allueva. Los socios comieron este domingo con ellas para celebrar la fortuna y bailar jotas. «Si en cualquier cumpleaños nos arrancamos, hoy no va a ser menos», remachó el presidente de El Cachirulo.

Francisco Valle también estaba emocionado. Propietario de la Escuela de Judo Seiza, recibía abrazos de los padres de sus alumnos. Y se abrían botellas de cava. Había comprado 200 décimos del 26590, un número al que juega desde hace un lustro. «Es un número que siempre me ha gustado», indicó este autónomo, que pidió a la administración situada en el centro comercial cercana que le reservase el número. Luego lo convirtió en participaciones que vendió a los 60 alumnos de su escuela -que buscaba un patrocinador- a cinco euros (uno de donación). «Se ha repartido entre gente humilde», decía emocionado el judoca.

Vídeo. Celebración en una administración de Barcelona que ha vendido el Gordo. EFE

Más felicidad

El Gordo también se acordó de Murcia (Beniajan y Las Torres de Cotillas), Barcelona (la capital y Súria), Sevilla, Madrid y Alicante (San Vicente del Raspeig, Alcoy y Moraira). Un número con muchas otras historias. Como la de Manuel Soto. Regenta la Administración número 19 de San Vicente del Raspeig (Alicante), en el centro. Y estaba muy feliz. Había repartido unos 80 millones de euros en premios. Pero eso no era lo importante. Lo que más destacaba es que los agraciados son gente que conoce de toda la vida. «Es un número al que estamos abonados desde hace más de 30 años», explicó Manuel. «Lo tiene gente desde hace muchos, muchos años. Todo se ha quedado en el pueblo», añadía.

Más historias de alegría sin contención y sin tapujos. Fuensanta Aupí necesitaba medio minuto para respirar hondo. Su administración, la número 1 de Las Torres de Cotillas (a doce kilómetros de Murcia capital), vendió cinco series. «Décimo a décimo. Todo en ventanilla», recordaba. «Va todo para gente del pueblo», comentó esta lotera desde 1986, aunque ha sido ahora, en pleno siglo XXI, cuando más felicidad ha repartido. En 2006 vendió íntegramente el primer premio del sorteo del Niño. Fue el 60657. Y hace cuatro años también repartió un cuarto del Sorteo Extraordinario de Navidad (52215).

«Para gente humilde». De esta forma tan contundente se explicaba José María Nogales. Es el lotero del centro comercial Alcampo de la Ronda de Tamarguillo de Sevilla desde hace solo tres años. Y no podía ocultar su felicidad. «Es un barrio de gente trabajadora y todos nos conocemos. Estoy muy, muy feliz», indicó José María, que tenía asignada una serie del Gordo pero que «todavía» no tenía muy claro cuántos décimos había despachado.

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