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Domingo, 11 de diciembre 2022
Tres días después de ser detenido por ordenar el cierre del Congreso y tratar de instaurar un gobierno de emergencia, el expresidente peruano Pedro Castillo rompió su silencio. Lo hizo por medio de una carta que publicó la noche del sábado el congresista Guillermo Bermejo ... tras visitarle en la cárcel de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía. En la misiva, lejos de mostrar arrepentimiento por su intento de autogolpe de Estado, el depuesto mandatario dijo ser víctima de un «plan maquiavélico» dirigido por la Fiscalía, por el poder legislativo y la actual jefa de Estado, Dina Boluarte.
«En la tarde de ayer -por el viernes- un grupo de médicos camuflados y una fiscal sin rostro me obligaron a sacarme una muestra sin mi consentimiento, igualmente el día de hoy, volvieron con lo mismo por haberme negado, por seguridad y mi integridad», denunció Castillo en la misiva. La acusación fue desmentida por el presidente del Instituto de Medicina Legal, Francisco Brizuela, quien detalló que los facultativos acudieron a la prisión identificados y acompañados por un representante del Ministerio Público pero el expresidente «se negó a pasar la pericia psicológica y psiquiátrica». Tampoco autorizó «que se le tome una muestra de sangre y orina», con la que se podía buscar sustancias psicotrópicas.
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Los exámenes para detectar posibles drogas han sido ordenados por la Fiscalía luego de que el entorno de Castillo afirmara que en las horas previas al discurso en el que ordenó disolver el Congreso el exmandatario no parecía encontrarse bien de salud y que incluso podía haber ingerido alguna sustancia.
Primer muerto
Mientras tanto, el Congreso celebró anoche un pleno extraordinario para conocer las diligencias presentadas por la Fiscalía contra Castillo y dos exministros. La sesión tuvo que ser interrumpida temporalmente después de que un congresista afín al exmandatario propinara un puñetazo a un diputado conservador.
Al mismo tiempo, los seguidores del líder izquierdista mantienen su pulso en las calles. Miles de personas se movilizaron en Cajamarca, Arequipa, Tacna, Huancayo, Cuzco, Puno y Andahuaylas. En esta última localidad, donde se cerró el aeropuerto debido a los desórdenes e incendio de parte de sus instalaciones, se registró ayer la primera víctima mortal desde el estallido de la crisis, un adolescente que murió con una herida en el cuello en circunstancias que no habían sido aclaradas al cierre de esta edición.
Afines al depuesto mandatario han convocado un paro nacional de 24 horas para este jueves con el fin de exigir la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones.
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