Martínez-Acitores: «No queremos un gobierno de izquierdas en la ciudad»

Por ello, Vox puede facilitar un gobierno de derechas en la ciudad de Burgos que ya se da por hecho. Así lo demostraban los ambientes diferentes que se respiraban en la sede del PP de Burgos y en la del PSOE. Pero Fernando Martínez-Acitores, candidato de Vox a la Alcaldía, quería ser cauto en la noche electoral.

Comenzaba su discurso en terreno cómodo, agradeciendo a los burgaleses su apoyo y reconociendo el trabajo de Ángel Martín, compañero de Martínez-Acitores en el pleno de Burgos durante estos cuatro años. «Ha sido mi mentor en este mandato», ha reconocido el cabeza de lista de Vox.

Cuando las preguntas le han obligado a manifestar o adelantar cuál sería la posición de Vox en las negociaciones con el PP, que se dan por sentadas, Martínez-Acitores ha dejado varios mensajes de los que extraer conclusiones. Por un lado, hablarán con el PP, pero «me tendrá que llamar la señora Ayala, que es la que ha tenido más votos», así lo manifestaba.

Aun así, ha reconocido que hablarán con el PP, «a partir de ahora habrá que hablar con ellos». Pero reconocía que no tenía «ni idea» de lo que iba a exigir. Podría remitir al programa electoral, pero Martínez-Acitores ha afirmado que, en la noche electoral, «es imposible saber qué vamos a exigir porque no sabíamos el resultado que íbamos a tener». Aunque por la mañana, cuando ha ejercido su derecho al voto, ha vaticinado un «resultado histórico para Burgos».

Pero, finalmente, ha asegurado: «No voy a exigir nada, nosotros no queremos un gobierno de izquierdas en la ciudad», para después matizar, «pero Ayala dijo que tenía que gobernar la lista más votada». Lo que parecía tener claro Martínez-Acitores en esta noche electoral es que no quería 'mojarse', pero su partido será clave para el gobierno de la ciudad de Burgos, por lo que su posición quedará clara en algún momento.

Porque después de remitirse a las declaraciones de Cristina Ayala, cabeza de lista del PP, sobre el gobierno de la lista más votada, ha vuelto a otro giro de guion: «entiendo que el PP tampoco quiere un gobierno de izquierdas en la ciudad, pero no sé nada más».

Lo que ha dejado claro es que ahora se abre un periodo «para hablar», pero en 2019 ese periodo de hablar concluyó con los concejales de Vox votándose a sí mismos y facilitando el gobierno de Daniel de la Rosa (PSOE). Pero Martínez-Acitores ha asegurado que no es que ahí no hubiese entendimiento, «lo que ocurrió es que se intentó imponer un alcalde mercadeando con Burgos. Nosotros ahora mismo no tenemos líneas de ningún tipo. Siempre he dicho que intentemos gobernar según nuestro proyecto político y lógicamente nuestro proyecto político se acerca mucho más a opciones de derecha o centroderecha que a la izquierda. Con la izquierda es imposible llegar a acuerdos».

Vox no desvela las líneas y peticiones que presentará en las negociaciones con el PP, pero está dispuesto a sentarse a hablar siempre que Ayala tome la iniciativa. El partido tiene clara la idea de que Burgos no tiene que tener un gobierno de izquierdas.

La sede de Vox era una fiesta en esta noche electoral. No había acabado el escrutinio, pero sus cuatro concejales ya parecían estar más que asegurados. Abrazos, palmadas y algún grito de: «¿Dónde está el champán?». Banderas de España al aire, fotos. Y, de repente, un: «¡Les hemos mandado a la mierda!». Se referían a Podemos. Parecía que la victoria de Vox aumentaba y se hinchaba a medida que comprobaban que Podemos no entraría en el Ayuntamiento de Burgos.

El número tres de Vox, Ignacio Peña, reconocía que sí esperaba estos resultados, «el apoyo en la calle nos lo demostraba, era importante. Incluso se pensaba que podíamos sacar un quinto». Por su parte, Raúl Martínez, añadía que las encuestas les daban esta previsión, aunque «hasta que no se materializa no lo tienes claro, pero éramos optimistas».