Sol Blanco Soler: «Algunos muertos me dan las gracias por ayudarles a trascender al otro mundo»

Sol Blanco Soler es una mujer menuda; de raza, de nervio. Periodista de profesión y aficionada al mundo de parapsicología. Pertenece desde hace casi cuatro décadas al Grupo Hepta, fundado por el padre José María Pilón en 1987. La aportación de sus conocimientos, complementa los contactos que su amigo y compañero Aldo Linares realiza con los muertos perdidos en una dimensión desconocida y que necesitan dar el paso a una nueva luz.

¿Cómo es su experiencia con el Grupo Hepta?

¡Uy, maravillosa! Tuve la suerte de que cuando el padre José María Pilón organiza el Grupo Hepta, fui una de las elegidas. Él había elegido ya a Paloma Navarrete como sensitiva, a Piedad Cabero como grabadora de audiovisuales; a José Luis Ramos, que era físico, geólogo y doctor en medicina; a Lorenzo Plaza, que era físico de la rama de óptica, y Jaime Alvear, que era arquitecto. Entonces, le digo a Pilón, ¿y yo qué voy a hacer en el equipo? Yo llevaba ya varios años ayudándole, acompañándole. Me dice, hija, ¿qué le vamos a hacer? Tú eres periodista, pues mira, ocúpate de los informes, de los archivos, de coordinar el grupo cuando tengamos que ir a los sitios, de la fotografía. Él me adjudicó a mí esa tarea, esa parcela, porque todos en el grupo teníamos un rol diferente y seguimos teniéndolo.

¿Qué tiene Sol Blanco Soler del padre Pilón? ¿Qué absorbió? ¿Qué tomó de él?

Todo. Como una esponja. Yo estuve dos años acompañándole a los casos, llevándole la maleta, callada, absorbiendo todo y aprendiendo todo. Él me dijo los libros que yo tenía que leer para iniciarme y yo le veía a él, aprendí… tenía que preguntar, qué era lo paranormal y qué no lo era, cómo tenías que tratar a la gente y cómo tenías incluso que tratar el fenómeno paranormal. Eso es muy importante.

¿Y cómo hay que tratar el fenómeno paranormal? ¿Cómo lo trata el grupo?

Con la suficiente distancia. De la manera como los médicos se distancian del enfermo. Tienes que distanciarte del fenómeno. Por supuesto, nunca asustarte, porque si conoces el fenómeno no tienes por qué asustarte. Entonces tienes que tratarlo, tienes que investigarlo, tienes que desglosarlo y luego unir la opinión de todos los del grupo, que cada uno aporta su parcela de conocimiento y entonces puedes emitir un diagnóstico.

Y luego viene un tratamiento

Siempre. El diagnóstico implica un tratamiento. Es el mismo método que un médico. Cuando tú vas al médico, me duele aquí, me pasa esto, te mandan pruebas y luego él reúne toda esa información para poderte poner el tratamiento. Pues es lo mismo.

Ha investigado con Aldo Linares y con el grupo en lugares extraños. ¿Qué percibe, qué siente, qué es lo que ve en esos momentos?

Primero emoción, porque haces lo que te gusta. Segundo, te sientes útil, porque ayudas a la gente. Ya el protocolo del Padre Pilón hizo que el grupo Hepta fuera siempre de ayuda sin ningún cobro, es decir, nosotros no cobramos a nadie. Y luego el hecho y la satisfacción de ayudar a los demás acá y a los del más allá. Porque él decía, mira, el grupo está para ayudar. Si son los vivos, a los vivos. Y si son los muertos, a los muertos. Y eso lo hemos seguido haciendo.

Si tú vas a una casa y el problema lo tienen, es un poltergeist y está una persona viva en estado de estrés y produciendo ese fenómeno, tienes que ayudarle para que rebaje esa ansiedad y el fenómeno desaparezca. Si es un muerto, entonces entra el sensitivo, en este caso Aldo Linares, que yo le ayudo a comunicarme con él porque él no puede al mismo tiempo incorporar al muerto y hablar con él. Y entonces es un tratamiento psicológico, pero tanto a los vivos como a los muertos.

Cuénteme alguna experiencia… de ayudar al muerto a que pase al otro lado.

Es una satisfacción es que muchos, de hecho, me dicen gracias Sol cuando se van. ¿Tú sabes esa satisfacción? Después de que has estado dos horas tratando de convencerle, tratando de razonarle, tratando de explicarle que las causas por las que se ha quedado ya no son válidas, que va a encontrar una vida mucho mejor allí y que luego toda esa persona va reaccionando a tus palabras y se encamina por un camino de luz.

Y siempre les digo, por favor, cuando ya vayáis a pasar al otro lado, decírmelo. La mayoría me dicen gracias Sol. ¿Tú sabes qué satisfacción es eso? Eso es una maravilla.

Con Piedad Cavero es de las veteranas del grupo. ¿Ha contactado con los que ya fallecieron de Hepta?

Se han ido cinco. No hemos tenido contacto porque yo creo que han trascendido de una manera natural y maravillosa y ya no necesitan para nada volver. Es decir, que la persona que trasciende bien, que es lo normal, todos nosotros, y pasamos al otro lado. Aquello parece ser que es tan interesante que ya todo esto nos importa un pito, ¿sabes? Pero bueno, tuvimos una pequeña comunicación con Lorenzo que nos dijo, estoy bien, pero déjame en paz. Entonces ya.

¿Puede cualquier persona comunicarse con alguien fallecido?

No. No, porque para eso necesitas tener la capacidad que puede tener Aldo Linares de 'mediumnidad'. Yo no la tengo, ¿eh? Yo no tengo ninguna capacidad paranormal. Yo soy como el médico. Cuando muchas veces me dicen, usted, ¿cómo si no tiene ninguna capacidad puede estar en un grupo y ayudar? Digo, pues un médico no necesita pasar la enfermedad para curar. Lo que primero tienes que tener es conocimiento. Y con ese conocimiento, claro, que puedes ayudar.

Sol, que te tenga mucha vida por delante.

Es lo que Dios quiera, hijo. Supongo que cuando estoy aquí es porque todavía tengo algo que hacer, pero no lo sé, yo soy prescindible ya. Tengo 85 años y pico. Fíjate. Voy a hacer 86.

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