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Miles de años de tradiciones; leyendas asociadas a los montes y a los lugares sagrados nos acercan una realidad que se vive de manera muy profunda en el medio rural. Unas vivencias asociadas a lo sobrenatural, al culto a dioses paganos referenciados en peñas que ... representan para el pueblo mucho más de lo que realmente expresan.
Los estudios sitúan estas peñas sacras entre la Cordillera Cantábrica y el este de la provincia, la alta Sierra de la Demanda y los Obarenes. Estas peñas sacras «han llamado la atención del hombre, que las ha convertido en objeto de culto». El estudio de los tres profesores está publicado en el Boletín de la Institución Fernán González [Año 99, n. 260 (2020/1)].
Todas ellas se asocian a una visión animista y sobrenatural de la naturaleza. Se mezclan con elementos míticos del paisaje y del paisanaje, de la gente: manantiales, lagunas, árboles, piedras, cuevas. En la provincia existen todas estas representaciones. Encarnan el más puro misterio y secreto arrancado del interior de la tierra.
Lagunas, como las de Antuzanos, en Gayangos, o las del Páramo de Masa, con la de Cernégula como mejor ejemplo; el ya abordado Pozo Azul de Covanera; los Canales de Dulla, en Sotoscueva; los bosques de Barcina de los Montes, la peña de Gete y Peña Matanzas, árboles como los de Quecedo, Sotoscueva o Miñón; El Pozo del Infierno del que ya hablamos en Quintanilla Valdebodres… cientos de lugares sagrados en Burgos.
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Julio César Rico
En esta categoría se han elevado a verdaderos templos, por ejemplo, las ermitas rupestres; los eremitorios tiene un acento especial, una vena de conexión entre la naturaleza más esencial y el sentido de trascendencia del hombre. Son un verdadero paisaje sagrado.
En este sentido entran en contacto las leyendas con la realidad de cada espacio. La tradición oral ha traído narraciones populares, en algunos casos restos de literatura mítica prerromana identificados «en narraciones populares de tradición oral, que reflejan la misma concepción «mágica» o «sobrenatural» del mundo, que ha llegado a plasmarse en algunos conocidos pasajes de la primera literatura castellana», destacan Almagro, Ruiz Vélez y Palacios.
Los autores se detiene en los altares, quizá porque en otro tiempo se emplearon, quizá, para el sacrificio. Aras en las que postrar la sangre de los animales que ofrecer a los dioses. En la misma Biblia, en el Antiguo Testamento, entre las tribus de Yavhé se oficiaban estos rituales sobre rocas, con lo que no es nada descabellado pensar que en otros lugares ya existiera este rito.
Llaman la atención aquellos lugares con enterramientos. Y quizá, la primera peña sagrada de Burgos está en Atapuerca. Los rituales religiosos, la trascendencia y el sentido de la vida y de la muerte ya estaba presente entonces.
Uno de los lugares en los que se encierra más misterio en la provincia es Cuyacabras, en la Sierra, en Quintanar. Su necrópolis alto medieval contempla dos masas rocosas contiguas, una se denomina 'La Dama Negra' por tener forma de «matrona o diosa madre protectora», que ya Manuel Riu, al estudiar la necrópolis de Cuyacabras, consideró un posible recinto ceremonial pagano anterior a la ocupación medieval, afirman los autores del estudio.
El estudio contempla decenas de lugares más como la Peña del Elefante, de Oña, el Pozo del Hoyo, en Herbosa, la Peña Castejón de Hacinas...el Cerro Milagro, de Poza de la Sal y otros.
Es evidente que las culturas que nos han precedido han estado mucho más unidas a los elementos naturales que la actual. Por eso aprovechaban lo que el medio les ofrecía para sus actividades cotidianas y las que no lo eran tanto.
En Gete, cerca de Pinilla de los Barruecos, hay unas formaciones rocosas que son verdaderos tronos de coronación. El Altar de los 'Tres Tronos' y de los Cuatro Tronos están apenas a unos metros de distancia. Es una peña de seis metros de ancho cuya pared sur, casi vertical y de tres metros de alto, forma el respaldo de tres tronos u hornacinas curvadas orientados ala puesta del sol en los equinoccios.
Son lugares de culto, de misterio, espacios de poder. No es baladí que estén aquí y que lo dedicaran a entronizar a líderes celtas y que esta zona de la Sierra encierre tantos misterios y secretos tan difíciles de comprender con nuestra mente, pero tan sencillos para nuestros antepasados.
Lo cierro es que los tronos rupestres se extienden por toda la Península Ibérica, El de la Peña de Gete, se asocia a un magnífico altar rupestre; otros son llamados 'peñas de matrimonio' y 'peñas deslizaderas' . Todas estas peñas sagradas se asocian a mitos, ritos, leyendas y tradiciones populares insustituibles para conocer el imaginario de cada comarca.
Agua
Como uno de los elementos de la naturaleza, el agua también encierra un misterio, en ocasiones unido a las cuevas. Son muchas las lagunas míticas de Burgos El Poceirón en Aldea del Pinar; la Laguna Negra de Neila, de origen glaciar junto al denso bosque de pinos, que se asocia a la muerte de Doña Lambra. La gente del pueblo comenta que todavía puede verse su espíritu vagando por su perímetro.
Especial connotación tienen las Lagunas de Antuzanos,en Gayangos. Son cinco pequeñas lagunas ubicadas entre Gayangos y Bárcena de Pienza «cuyo origen tectónico explica su profundidad, por lo que siempre están llenas y con gran riqueza vegetal y animal en sus alrededores» y cuya leyenda abordaremos más adelante.
El Pozo del Infierno de Quintanilla Valdebodres, en la Merindad de Sotoscueva, un paso de este al otro mundo que ya abordamos en su día; las Calderas de Palacios de la Sierra; la impresionante Cueva del Agua de Orbaneja del Castillo y el Pozo Azul, asociado a la leyenda del 'Gaiterillo de Cobanera' que ya fue objeto de estudio en Burgos Misteriosa.
Los árboles también han sido, y siguen siendo, objeto de veneración mistérica. El poder y la energía que transmiten son hechos contrastados, tanto que muchas comunidades de diferente tipo han encontrado en su cobijo, lugar de reunión. Algunos bosques se han convertido en lugares sagrados, como el Roble Gordo de Arlanzón y las Tres Encinas de Villoviado.
Los autores del estudio establecen que, lo mismo que en la tradición vasca, en Burgos existen 'árboles junteros',que eran lugar de reunión de los concejos en la Edad Media hasta tiempos posteriores. «Su número, aunque no muy elevado, es significativo, si bien no siempre se ha conservado su carácter 'juntero»' que denota su función política. Quizás el mejor ejemplo sea laEncina de la Dehesa de Quecedo, en la Merindad de Valdivieso.
Y existen más, como el ya citado Roble Gordo de Arlanzón, ubicado en el pagoEl Hoyo, entre Arlanzón, Zalduendo y Mozoncillo de Juarros. O el Moral de Miñón, junto a la iglesia, al norte de Medina de Pomar.
Otro caso es el Moral de Abajas de gran antigüedad y con un diámetro de 5, 3 metros, la gran Olma de Vizcaínos de la Sierra, que cuatro personas con los brazos extendidos no podían abarcar, hasta que sufrió en la década de 1980 la terrible grafiosis que acabó con su larga historia. El Nogal de Villargura, en Arlanzón, de más de 5 metros de perímetro o el Espino de Cernégula.
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